Una de las recientes maniobras que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pretende hacer prosperar, es la realización de una consulta ciudadana, ?establecida en el artículo 35 de la Constitución-, para preguntar a los ciudadanos de la nación sobre la reducción de 100 diputados plurinominales y la eliminación de los 32 senadores electos por esta vía de representación proporcional en el Congreso, argumentando que pretenden reducir el gasto y facilitar la construcción de acuerdos en el congreso.

Las preguntas son: ¿Por qué el PRI quiere bajar de 200 a 100 diputados federales plurinominales? ¿Por qué no lo hizo antes, si era una promesa de campaña de Peña Nieto? ¿Por qué el PRI no busca impulsar un sistema de rendición de cuentas y transparencia de los recursos públicos que manejan los diputados y senadores sometiéndola a su hipotética consulta popular?

Respuestas sobran y justificaciones hay aún más, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quiere bajar el número de diputados plurinominales porque así le conviene, no lo hizo antes, simple y sencillamente, porque necesitó de los votos de los otros partidos para sacar adelante las reformas estructurales que propuso el Presidente de la República, que es él quien ahora lo plantea, porque busca distraer la atención de la ciudadanía sobre la pregunta que prepara la izquierda nacional, donde ya recaba firmas para realizar una consulta popular que someta a consideración de la ciudadanía el revertir la recientemente promulgada y entreguista Reforma Energética ?que abre el sector a la inversión privada nacional y extranjera-, en tanto que el Partido Acción Nacional (PAN) impulsa la irónica consulta popular sobre si la ciudadanía quiere que se ajuste el salario mínimo.

Para que dichas consultas prosperen, los partidos deben conseguir antes del 15 de septiembre las firmas del 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores, si cumplen con los requisitos, las preguntas se plantearán en los comicios federales del 7 de junio de 2015. Los resultados serán vinculantes, lo que obligará a los cambios necesarios para su cumplimiento.

Los ciudadanos sólo pueden firmar a favor de la realización de una pregunta por cada elección federal, pero en las elecciones pueden plantearse a los electores diversas preguntas, todas las que hayan cumplido con los requisitos para convocar a dicha consulta.

En ese mismo orden, tal parece que la consigna del ?Nuevo PRI?, es volver a ser ese PRI de antaño, volver a los tiempos en que tenían una ?sobrerrepresentación abultada?, tanto en la cámara de baja, como en la alta, donde había una hegemonía de un congreso al servicio del ejecutivo, transgrediendo el génesis de la división de poderes. El camino no ha sido fácil, primero el sistema de ese partido, cedió con la incorporación de los famosos ?diputados de partido?, para posteriormente con la primer Reforma Electoral de 1977, dar la oportunidad a que partidos opositores accedieran a una curul, por la vía de la representación proporcional, ya que para esa época el PRI dominaba todo y su maquinaria era capaz de hacer ganar a sus candidatos a diputados en los 300 distritos electorales federales.

El PRI apuesta a que sea la ciudadanía quien respalde la eliminación de 100 de los 200 diputados plurinominales, y nadie duda de que lo logrará, no por el contexto que manejan, de que al eliminar dicho número de diputados, habrá reducción de gasto público y facilitarán mejores acuerdos entre los partidos, lo dudo, la gente dará el ?sí?, por el hartazgo que hay hacia ellos, en principio, porque no se sienten representados por dichos representantes populares, así como tampoco los ven que actúen en defensa de los ciudadanos y de la nación, sin embargo, todo lo contrario, así hay muchas razones por lo que la ciudadanía no siente simpatía por ya tan devaluados servidores públicos.

Para ello, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) debe pronunciarse sobre la constitucionalidad de los cuestionamientos de los partidos dentro de sus respectivas consultas populares. Los artículos de la Carta Magna que definen el número de legisladores plurinominales son los 52, 53, 54 y 56.

Uno de los intereses del PRI, por bajar el número de diputados plurinominales y senadores, ya lo dijo el presidente nacional de dicho partido, César Camacho Quiroz es, ?una mejor construcción de acuerdos entre los partidos?, lo que hace vislumbrar, es que los famosos ?bonos? para concretar acuerdos, se pretenden seguir dando y los recursos manejándose a discrecionalidad, por lo que el verdadero motivo, es la mayoría absoluta en el Congreso mexicano, ya que desde 1997 ningún partido ha logrado tener una sobrerrepresentación en el órgano legislativo, por lo que el PRI, pretende tenerla con la eliminación de dichos ?servidores?.

Por lo que hoy resulta, bien podría decirse que no hay razón de ser de los diputados plurinominales federales, amén de que no se trata solo del PRI, -aunque con esta propuesta sería el más beneficiado-, sino desaparecer por completo los diputados plurinominales y dejar solo a los diputados por la vía uninominal, lo que nos llevaría este ejercicio, a la sobrerrepresentación de un partido, (en este caso el PRI), que podría ganar la mayoría de los distritos electorales, -federales y locales-, dejando a los otros partidos en estado de indefensión, porque solo podrían ganar unos cuantos distritos, que con la vía plurinominal hubiesen podido ganar en mayor proporcionalidad, y con ello, equilibrar el juego en el congreso.

La realidad es que sí se necesitan los diputados tanto por la vía uninominal como por la vía plurinominal, como señala José Woldenberg ?un país como el nuestro, de estas dimensiones sí puede vivir con 500 diputados?, y es que sí tienen fundamento y razón de ser los diputados plurinominales, porque son ellos quienes deben ser el equilibrio en el congreso y los que representan aquellos votos que resultaron ser en contra en los distritos electorales federales. Además es preciso señalar que son los que más productividad legislativa presentan y más poder de negociación para llegar a acuerdos.

Si la propuesta es respaldada por los votantes, la Cámara de Diputados quedaría integrada por 400, ?300 de mayoría relativa y 100 de representación proporcional?, y la Cámara de Senadores por 96, todos éstos electos directamente de la ciudadanía.

En conclusión, no es el número de diputados dentro del congreso lo que nos debe ocupar, lo que debe analizar el PRI, y los demás partidos, es que, deben estar pendientes de la calidad y compromiso de sus representantes en la cámara legislativa, y así como el PRI, que es el que pretende que su iniciativa se concrete, son ellos los que deben exigir que los diputados rindan cuentas de sus actividades y  en qué se gastan los recursos del erario, así como también, el PRI debe esclarecer el reparto de ?bonos? para acordar reformas, porque de nada servirá tener 400 diputados, si se sigue manteniendo lo de 500 de ellos.