Nadie nos informó que Felipe Calderón había pedido licencia a la usurpada banda presidencial para integrarse al equipo de campaña de Josefina Vázquez Mota. Como cuando ella lo hiciera al abandonar la Secretaría de Desarrollo Social el 6 de enero de 2006 para acompañarlo en el camino presidencial.
De imprudente no lo han bajado la mayoría de los columnistas, pero hasta ahí. Sin embargo, lo dicho por Felipe Calderón ante una reunión "privada" con 700 consejeros de Banamex, podría tener una repercusión real y de efecto inmediato sí existiera la aplicación del marco legal existente y la voluntad política. Una verdadera tragedia ocurriría al interior del blanquiazul: la destitución de su mejor apuesta, Josefina Vázquez Mota.
A decir de un periódico gratuito que se distribuye en la Ciudad de México, las ocurrencias oportunas del presidente con licencia para hacer proselitismo, indica que "lo delicado para el proceso es que, según los priistas, hubo una grave violación a la ley por lo que podrían plantear una queja ante el Instituto Federal Electoral que, a decir de expertos, llevaría hasta la inhabilitación de Josefina Vázquez Mota como candidata". Así o más “ocurrente e inoportuno” resultó Calderón.
Vaya que dolió hasta la más altas esferas la encuesta de Covarrubias publicada en SDPNoticias.
Lo que sigue
Distintos medios, actores políticos y otros más repetirán la consigna cual activistas: No hay violación a la ley sin fundamentarlo jurídicamente.
Ahora, el balón está en la cancha priista o perredista, de cuya voluntad política dependerá que se ejerza una acción legal contra el oportunismo de toda una estructura gubernamental en favor de su abanderada partidaria.