El paso de Alberto Fujimori por la presidencia del Perú entre los años de 1990 y 2000 le valieron un sinfín de calificativos y señalamientos por las torpes decisiones políticas y el peso de su ambición personal en la conducción del país andino, crímenes de lesa humanidad y una lista interminable de actos de corrupción han marcado al apellido Fujimori y a toda una generación de políticos peruanos. No hay mal que dure cien años, dice un refrán popular, sin embargo, en la política el tiempo transcurre lento y parece que una nueva integrante del clan peruano japonés se avecina a la silla presidencial.   

Este domingo 10 de abril, más de 23 millones de peruanos salieron a emitir su voto para renovar la presidencia del país y también al parlamento que gobernarán los próximos cinco años, la gran protagonista por curioso que parezca es Keiko Fujimori, la hija del ex presidente Alberto Fujimori, ella sin duda acapara los reflectores de la política peruana, su candidatura llena de contrastes, también está llena de intrigas, de intereses personales y de una ambición clara por obtener nuevamente el poder político del país.

Llega a ser desconcertante el saber que la hija de un dictador pretenda ocupar el mismo cargo que su padre nunca respetó y que sólo utilizó para convenir a sus intereses particulares, pero es de mayor sorpresa que es ella quien encabeza la preferencia de los sondeos electorales, está claro que la popularidad de Fujimori (hija) a pesar de ser sustancialmente alta, no le permitirá convertirse en presidenta de la nación sin participar en una segunda vuelta electoral, esto debido a la fortaleza de otros candidatos como lo son el ex ministro de Economía y Finanzas Pedro Kuczynski quien optó por la vía independiente y la candidata Verónika Mendoza.

La situación electoral que atravesará el país andino a partir de las elecciones marcará sin duda el escenario político, esto debido a la gran cercanía en cuanto a votos estimados que recibirán los candidatos y que se puede prestar a malos entendidos e interpretaciones erróneas, lo cual significará un ambiente de tensión hasta la oficialización de los resultados presidenciales y parlamentarios consiguientemente.

Otro aspecto por analizar y que fue rescatado por el diario español El País en sus ediciones previas a las jornadas electorales, son la presencia de las campañas negras y de miedo entre los diversos candidatos, la más marcada fue la campaña de miedo en contra de la candidata Verónika Mendoza, quien es abanderada por un frente de izquierda que ha logrado llamar la atención y aglomerar a una buena parte de los votantes, de ahí la urgente necesidad de los asesores de Keiko Fujimori por realizar declaraciones mediáticas en relación a la izquierda peruana y sus estrechos vínculos con el grupo terrorista Sendero Luminoso, en un acto sin duda por despertar antiguos miedos políticos y sociales.

Hasta el cierre de esta columna los resultados a boca de urna daban como primer lugar a Keiko Fujimori, la segunda vuelta está programada para el mes de junio próximo.