SONRISAS.- El tema no está como para tomarse a la ligera. Es serio. Muy serio y grave. Serio porque el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta Saucedo, anda por la libre encabezando eventos donde convive con personas que realizan actividades al margen de la ley, aunque él lo niegue; y, grave porque el Presidente, Andrés López Obrador, asegura molesto y sorprendido no estar enterado de las actividades que realiza este funcionario federal. Y, la verdad, la cosa se pone más complicada cuando tres gobernadores (de Guerrero, Héctor Astudillo; de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca y de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo) protestan de manera justificada que este subsecretario se reúne, pacta e incluso le entrega dinero a grupos que, como lo señaló anteayer el mandatario michoacano, se dedican a actividades ilícitas.

RISAS.- Y no, no se está estigmatizando a nadie, como salió a reclamar Peralta Saucedo en una entrevista radiofónica. La realidad y los hechos refutan cualquier argumento que pueda esgrimir para justificar su presencia en zonas donde distintos grupos delincuenciales, disfrazados de honorables ciudadanos, hacen de las suyas robando, incendiando, amenazando, extorsionando, secuestrando y asesinando personas, disfrazados de autodefensas, ya sea para llevar agua para su propio molino o poniéndose al servicio de los cárteles de la droga que a diario se disputan territorios. Y un simple botón de muestra lo podemos obtener en la agresión que recibieron miembros del Ejército el pasado 26 de mayo en La Huacana, Michoacán, justo donde anteayer se apersonó el Subsecretario de Gobernación, lo que provocó la desaprobación del Presidente López Obrador. Y, previamente, estuvo en el poblado de Hidalgo, en Tamaulipas, donde participó en un evento a invitación de Octavio Leal Moncada, alias “El Tarzán”, mandamás de la llamada “Columna Armada General Pedro José Méndez”, que no es más que un grupo paramilitar que surgió en 2010 dizque para proteger a los pobladores de Hidalgo, Mainero y Villagrán del cártel de “Los Zetas”.

CARCAJADAS.- Ahora bien, digamos que le obsequiamos el beneficio de la duda a Peralta Saucedo y que lo chamaquearon porque no supo bien a bien con quiénes se reunió, lo cual de todos modos resulta inadmisible porque un funcionario de ese nivel y jerarquía tiene que ser sumamente cuidadoso todo el tiempo sobre los eventos y reuniones en los que toma parte, además de que tiene superiores a quienes reportar su agenda. Siendo un representante de primer nivel del Gobierno Federal no se puede dar el lujo de no investigar, evaluar e informarse respecto a las comunidades que visita y con quiénes se va a reunir. Además, él acudió a La Huacana a colocar la primera piedra de una planta agroindustrial, lo cual se entiende como un acto oficial. Sin embargo, López Obrador dijo en la mañanera de ayer que él no estaba enterado de ello, por lo que lo conminó a apegarse a la Constitución. Y aquí surge una enorme duda: Si el Presidente de México no sabía sobre este evento, entonces ¿de dónde van a salir los recursos para construir esa planta agroindustrial?, ¿la Secretaría de Hacienda (que es la encargada de administrar y repartir el Presupuesto para todas las obras gubernamentales) sí estaba enterada de este evento o el subsecretario Peralta les metió un gol también a ellos?

LA PREGUNTA DE LA SEMANA.- ¿Y qué pasó con la Ley Bonilla (en la cual, por cierto, también metió las manos el subsecretario Peralta) de Baja California? De repente todos enfermaron de alzheimer…

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