El hombre más temido de la 4t no es ciertamente AMLO, el presidente mexicano quien tiene sin duda más poder en el México contemporáneo, probablemente mayor al que ostentó Carlos Salinas de Gortari de 1989 a 1994.

Tampoco, no, no es Alejandro Gertz Manero, el Fiscal General del nuevo gobierno, aunque vaya que está metiéndole lupa a personajes encumbrados del sexenio pasado. Muchos miembros de la clase política en desgracia estarían aterrados de que sus entuertos empiecen a ser vigilados por la oficina que dirige.

Tampoco, por supuesto no es ninguno de los personajes poderosos, infuencers de la política nacional, quienes, aunque no tienen millones de seguidores en sus redes sociales, gozan de peso político para tomar decisiones que impactan a lo largo y ancho del territorio nacional y afectan vidas y fortunas bajo escrutinio público de la 4t.

El personaje más temido del nuevo gobierno tampoco es Rocío Nahle, la Secretaría de Energía, u Octavio Romero, el capitán de Pemex, o Julio Scherer, el influyente consejero jurídico de la presidencia, quien goza de derecho de picaporte -y confianza- del despacho presidencial, y se ha convertido en un operador político de enorme peso en los círculos del poder.

Tampoco se trata de Ricardo Monreal, quien se recuperó de una crisis de confianza con el presidente de la república en los prolegómenos de la elección de la candidatura de jefe de gobierno, antes de la contienda de julio 2018, y cayó parado como un operador, quien, sigiloso, en los pasillos del Congreso, amarra las iniciativas de López Obrador

Como tampoco lo es la señora Claudia Sheinbaum, quien en la ciudad de México resiste embestidas de las protestas de género de las mujeres -donde pareciera que se filtran sus enemigos- , y trabaja cotidianamente horas extras para contener una crisis de inseguridad en la capital del país, que -según documentó Proceso- ya ha detonado en el primer trimestre del año alzas de 550% en el secuestro, 127% en la extorsión, 62% en robo a negocios, 48% en homicidios, 46% en robo a vehículo, y 31% en delitos relacionados con el crimen organizado.

No.

El hombre más poderoso es Santiago Nieto, quien encabeza la Unidad de Inteligencia Financiera (UIT) de la Secretaría de Hacienda.

Así es.

Es el más temido.

Respetado por sus indagaciones financieras, es hábil en hurgar en el entramado de las empresas fantasmas, de los evasores, de las cuentas que generan sospechosismo de vinculaciones con el crimen organizado; pero, sobre todo, en escarbar la veta que ha encontrado el nuevo gobierno de presunta corrupción de los otrora personajes poderosos del anterior gobierno, y quienes han caído en desgracia; como Emilio Lozoya en Pemex, prófugo; o Rosario Robles en la Sedesol, quien se encuentra en la cárcel, gracias en parte al seguimiento de la Unidad de Inteligencia Financiera del rastro del escándalo de la Estafa Maestra.

Nieto desnudó, como en una serie de Netflix, las operaciones encubiertas de Juan Collado, abogado cercano a Salinas, también tras las rejas.

Los opositores de López Obrador dirán que Santiago Nieto es el afil principal en la vendetta política personal del presidente. Que se violentó proceso en el encarcelamiento de Rosario Robles. Que en el caso contra la ex Secretaria de Desarrollo Social de Peña Nieto hay un conflicto de interés, porque el juez es sobrino de Dolores Padierna, esposa de René Bejarano, ambos enemigos acérrimos de Robles. O que se cebó el anzuelo, por lo pronto, de la indagatoria que seguramente pasó por la oficina de Santiago Nieto, de la captura de Carlos Ahumada en Argentina, quien fue liberado hoy por un juez de la república gaucha.

Los seguidores de AMLO, quienes ahora suman más ahora, jurarán que no, que Nieto solo arma la arquitectura financiera de acciones que integran las carpetas para las investigaciones de corrupción donde hay mucha tela que cortar.

Pero para tirios y troyanos, siempre, detrás de cada escándalo, de cada personaje del anterior gobierno que pisa la cárcel, de cada filtración a los medios que pone a temblar a muchos políticos de los que llama AMLO el viejo régimen, espantados por correr el destino de quienes ya duermen tras las rejas, en la penumbra, ahí está – es una constante- Santiago Nieto con sus indagatorias en Hacienda.

No hay duda.