30 de abril de 2024 | 12:55 p.m.
Opinión de Plácido Garza

    Contradicciones y confusiones del gobierno sobre el neoliberalismo

    Los ataques contra esa corriente los encuentra uno debajo de cualquier piedra y se reproducen peor que gremlins en aguacero.
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    Es difícil no rozar la cosa política al tocar un tema económico, y más en estos días de efervescencia que se viven en México en ese escenario.

    Tomando en cuenta lo anterior, les platico que pocos términos han sido más satanizados por el nuevo presidente, por sus colaboradores y por sus apasionados defensores.

    Los ataques contra esa corriente los encuentra uno debajo de cualquier piedra y se reproducen peor que gremlins en aguacero.

    Al neoliberalismo -creado por el austríaco Nóbel de Economía 1974 Friedrich von Hayek- se le achacan hoy todas las desgracias que arrastra el país en materia económica. Bueno, también a los anteriores gobiernos priistas y panistas.

    Leyendo lo que dicen al respecto políticos y defensores oficiosos del nuevo régimen, me pregunto si están conscientes del cruzadero de cables que se gasta el nuevo presidente en sus discursos, cuando por un lado le zumba al neoliberalismo y por el otro pregona la reducción de salarios a funcionarios y el despido del 70% de la alta burocracia, sin tocar -obvio- a los sindicalizados.

    Porque resulta que uno de los postulados de la escuela de Hakey y más recientemente de Milton Friedman -Nóbel de Economía en 1976- es que el neoliberalismo propugna precisamente por algunas de las banderas que López Obrador está enarbolando.

    Estas banderas aparecen profusamente en los libros de Hayek, Mises, Friedman y otros “demoníacos intelectuales”. Algunos de los postulados del presidente en materia económica son:

    1.- Respeto de su gobierno a la autonomía del Banco de México.

    2.- Cuidado que se tendrá de no desbordar el gasto público y

    3.- No se recurrirá al endeudamiento para hacer crecer el País.

    Justamente los tres temas están dentro de los tratados fundamentales del neoliberalismo, que busca darle continuidad a la tradición económica inglesa que desde hace siglos impulsó y defendió una concepción mínima del Estado y preconizó la eliminación de las intervenciones sociales y económicas públicas, por el alto riesgo que representan para la aparición de gobiernos absolutistas, populistas, oligopólicos, proteccionistas y con tendencias a perpetuarse en el poder.

    Fíjense en este otro principio del neoliberalismo: Buscar un Estado mínimo que le dé poder a las clases bajas y medias económicamente hablando, a fin de obtener la redistribución de la riqueza mediante el fisco.

    El fisco, ese despiadado instrumento que en manos de la 4aT trae asoleados a miles o cientos de miles de empresarios que rezan por que no les suceda lo que a un grupo de inversionistas de la CDMX que tras haber anunciado con bombo y platillo la construcción de un nuevo centro comercial y urbanístico en San Pedro Garza García, recibieron un muy bien redactado y amable escrito del SAT donde les piden que pongan a disposición de dicha dependencia, documentos suficientes para demostrar el origen de la inversión que planean destinar para el proyecto citado.

    Un bróker que les está ayudando en la pre comercialización de los locales, oficinas y departamentos de ese desarrollo, me dijo que si a él le sucede lo mismo, se pega un tiro. Así andará en sus cuentas con el fisco ese angelito.

    Entonces, el mensaje del nuevo presidente es la mar de confuso porque fustiga al neoliberalismo, pero se apega a sus principios y se desmarca de esa práctica económica en lo que le conviene, como el Estado mínimo que impulsó Hakey, porque las aspiraciones de López Obrador son hacerlo más grande y poderoso que nunca.

    Una fuente muy bien informada que tengo aún en el Palacio Nacional me dice que la primera etapa del gobierno de Morena es afianzar durante los primeros dos años, el modelo de restricción económica -así le llaman los tecnócratas de la 4aT- para que el gobierno tome las riendas de todos los puntos de contacto de la macro economía con el desempeño económico del primer piso, esto es, del que se vive todos los días en la mesa, en la escuela, en la tienda, en los bancos, en todo el devenir de la gente.

    En otro artículo les platicaré cuáles son la segunda y la tercera etapa. Por lo pronto, hoy quise exponer las incongruencias que hay detrás del furor satanizador desatado contra el neoliberalismo y lo que desde las entrañas del nuevo gobierno se mueve precisamente hacia esa dirección.

    Y para evidenciar más la distorsión del mensaje presidencial cierro con esto: A pesar de que públicamente se pronunció por respetar la autonomía del Banco de México -teoría químicamente pura neoliberal- desde el Palacio Nacional se impulsó el nombramiento de Gerardo Esquivel como miembro de la Junta de Gobierno del banco central mexicano.

    El problema es que Esquivel fue pieza clave del equipo de transición de AMLO que se encargó de elaborar el proyecto de presupuesto federal del 2019.

     

    “Todo un galimatías en éste gobierno, donde la economía está por los suelos y la inseguridad por los cielos”, dice la irreverente de mi Gaby y precisamente ese es el título de uno de mis siguientes artículos.

    plácido garza@gmail.com

    PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 40 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.