Don Eugenio Garza Sada no iba a Los Pinos ni al Palacio Nacional, solo ni acompañado. Recibía a los presidentes en su casa de Monterrey y muchas veces, ni los gobernadores de Nuevo León se enteraban de tales visitas, que tenían como propósito consultarlo sobre planes de gobierno, económicos, sociales y de índoles relacionadas.
Echeverría vino a verlo varias veces para proponerle al industrial regiomontano, lo que el mandatario pensaba que al gobierno le convenía. De este tipo de prácticas partía la buena o mala relación que los presidentes tenían con la Iniciativa Privada. Esos tiempos, se fueron.
Les platico: Don Eugenio y otros capitanes de industria mexicanos lideraban a la IP, que buscaba servir como contrapeso económico del poder político que detentaban los presidentes emanados del PRI.
El asesinato de don Eugenio a manos de guerrilleros de la “Liga Comunista 23 de Septiembre” el 17 de ese mes de 1973, cambió para siempre el rol del empresariado mexicano.
A partir de ese suceso, los empresarios dejaron de actuar como gremio y comenzaron a rascarse cada quien con sus propias uñas.
Bueno, gremios de la IP ha habido siempre, pero antes de la muerte de don Eugenio, el CCE -por ejemplo- era de a deveras, y las voces de sus presidentes retumbaban en los pasillos de Los Pinos, del Palacio Nacional y de todas las dependencias federales.
Del antaño poderoso Consejo Mexicano de Hombres de Negocio, hoy apenas quedan las cenizas esparcidas alrededor de poco más de 60 nombres, que se juntan en las mejores mesas culinarias de la Capital, para añorar sus pasadas glorias.
A partir de 1974, alrededor de los llamados OISP -organismos intermedios del sector privado- se gestaron los groseros y arteros oligopolios que desencadenaron el neoliberalismo que puso y tiene en jaque al desarrollo económico de México.
Los santones de la IP se surtieron a lo lindo de las borracheras privatizadoras de Salinas de Gortari; de los Fobaproa que hicieron más ricos a los ricos y más pobres a los pobres; de los agraviantes rescates a corporaciones privadas por parte de Banobras -Alfa, 1981-1982-; de “créditos a la palabra” para salvar a empresas quebradas por los juniors de los viejos empresarios; del saqueo que sufrió Banjército a manos de vivales que se declararon “insolventes” para no pagar créditos multimillonarios que les fueron concedidos por mandos castrenses que ignoraban todo de la cosa bancaria.
Siempre ha habido tres tipos de empresarios y ésta clasificación se volvió más evidente de 1974 para acá:
1.- Los que buscan cómo “colgarse” del régimen en turno.
2.- Los que observan por dónde viene la “pitcheada” para saber cuándo, cómo y dónde invertir. Ellos son los que realmente desarrollan la economía, la industria y el comercio, con o SIN gobierno, y
3.- Los kamikaze que se le tiran a la yugular al presidente en sus desatinos.
2.- En su visita de éstos días al presidente López Obrador, el Diablo José Antonio Fernández, presidente ejecutivo del Consejo de Administración de Femsa, demuestra otra vez que forma parte de los empresarios del segundo grupo.
Este tipo de empresarios no hace “bola” con los oportunistas del primero; no necesitan “guajes para nadar”, llámense Poncho Romo, Carlos Salazar o como les quieran llamar. Por ejemplo, las bien sabidas discrepancias entre el Diablo y Poncho se quedan bien atrás, bien abajo, bien lejos, porque se trata de diferendos familiares y el acercamiento que se dio ésta semana con el presidente es un Asunto de Estado.
La relación AMLO-Fernández, rebasa la del Diablo-Poncho y lo más relevante es que ni López Obrador ni el presidente de Femsa -conociendo muy bien cada uno sus posiciones y sus fortalezas- se hayan precipitado y prefirieron esperar el momento justo para reunirse.
Señores, no había avaricia por ninguno de los dos lados, era simple estrategia a largo plazo, donde a ambos personajes les alienta el mismo propósito de armonizar las fuerzas para que la economía -golpeada por los neoliberales del gobierno en las pasadas administraciones y los oportunistas del grupo 1 que saquearon a México- repunte para mejorar los números que van en caída libre.
Aun cuando en el primero o tercer informe -como quieran llamarle- se hable del éxito de los primeros meses del nuevo gobierno -que solo existen en la agenda presidencial- después de ésta reunión deben soplar nuevos vientos, el tipo de vientos que el País necesita.
¿A qué empresarios conozco de este grupo? No a muchos: Fernando Turner, Noé Paredes Meza, Sergio Arturo Vela, Fernando Luna, Jesús Vizcarra Calderón, Ernesto Salmón Castelo, Gustavo M. de la Garza O., entre otros.
1.- Carlos Slim, Emilio Azcárraga Jean, Germán Larrea, Alberto Bailléres, Daniel Servitje, Miguel Torruco, Marcos Fastlitch, María Asunción Aramburuzabala y Jaime Bonilla, si, éste último el gobernador de Baja California que renunció en el 2012 a su nacionalidad gringa, empecinado en que se aumente a cinco años su mandato constitucional de dos, forman parte -con varios más- del primer grupo.
3.- Gustavo de Hoyos Walther y los últimos ex presidentes de Coparmex con sus seguidores que realizan la gira “Construyendo México”, integran este grupo.
“¿A poco no hay empresarios que también se ´pasan de lanzas´ con sus trabajadores al controlarlos y manipularlos mediante sindicatos ´blancos´ o de ´protección´? ¿Cuándo vas a escribir sobre el secreto a voces de que muchos directores o gerentes de RH, están traficando con las cuotas económicas que las empresas pagan a los sindicatos? ¿De eso no vas a hablar? ¿Y dónde dejas lo que ligeramente has tocado en otros artículos respecto a que López Obrador no cree en los empresarios ni muchos de éstos en él?”
Son las preguntas de la irreverente de mi Gaby, mismas que responderé en mi siguiente entrega, en la cual incluiré el comunicado oficial transmitido por el Diablo Fernández a su círculo cercano de colaboradores en Femsa, respecto a su reunión con el presidente, en el cual se aclara muy bien quién gestionó éste encuentro. ¿Andrés Manuel? Poncho? ¿El Diablo? ¿Carlos Salazar? Entonces, como decían las radionovelas de antaño: “No se pierda usted el siguiente capítulo de ésta historia, mañana, en éste mismo espacio”.
placido.garza@gmail.com
PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.