Desde el punto de vista etimológico, la palabra ética se refiere a “la rama de la filosofía que estudia la moral y la manera de juzgar la conducta humana”[1].  La ética estudia el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto de las conductas humanas.

La conducta humana, por tanto, puede ser sujeta al juicio de valor ético, cuando se realiza o se aparta del actuar de los valores positivos cultivados en una sociedad.

Por periodismo se entiende la captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades[2]. El periodismo narra, describe, lo que pasó, lo que sucede y lo que está por ocurrir.

El periodismo es una herramienta con la que cuenta la sociedad en su conjunto para mantenerse informados de manera objetiva, clara, precisa y verídica sobre hechos reales que se susciten a nivel nacional e internacional. Recordemos que toda persona tiene derecho a contar con información plural y oportuna en los términos que señala el artículo 6° y 7° constitucionales.

La ética periodística “no es lo mismo que un catálogo de deberes en el quehacer informativo; es más bien un motor unipersonal, un querer hacerlo, una búsqueda constante para ser mejor”.[3] Es decir, no se trata solo de un código deóntico para los periodistas, sino una forma de potencializar el ejercicio de los derechos humanos de expresión, información, libertad de prensa, pero también, de protección a la privacidad y la protección de datos personales, entre otros.

Por ello, la dedicación, empeño y profesionalismo de un periodista, debe mostrar una realidad objetiva a la sociedad a través de información exacta, responsable, imparcial, verídica, desde el inicio en la búsqueda de la información hasta su procesamiento, edición y publicación o transmisión, como se señala en el punto tres del Código de Ética para los medios mexicanos[4].

Al informar el periodista debe verificar la autenticidad de la información, actuar con libertad sin presiones de ningún tipo, para poder comunicar los hechos que conoce; siempre con pleno respeto a la dignidad humana, a la paz y a los derechos humanos, respetando los principios de equilibrio, respeto y responsabilidad entre otros.

La ética periodística debe evitar a toda costa la calumnia y la difamación. Dice un refrán popular que: “palo dado, ni dios lo quita”. Una información falsa, descuidada, ambigua o basada en simples dichos o rumores, que no cuente con el trabajo previo de investigación y el soporte documental requerido, puede hacer pedazos la reputación de una persona. Es un gran poder el que tienen en sus manos los periodistas. Es por ello que no pueden tomar a la ligera esa gran responsabilidad que conlleva ese gran poder.

Flor de loto: “La ética es la estética del alma”.

 

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[1] Diccionario Etimológico consultado en http://etimologias.dechile.net/?e.tica

[2] Diccionario de la Real Academia Española, consultado en http://dle.rae.es/?w=periodismo#/?id=SdXSbMM

[3] Martínez, Omar Raúl, Semillas de periodismo. Ética, información y democracia, Ed. Universidad Autónoma de Nuevo León, pág. 17, consultado en http://dereojo.org/omar/semillas-de-periodismo.pdf

[4] Trejo Delarbre, Raúl. Un código de ética para los medios mexicanos en http://dereojo.org/omar/semillas-de-periodismo.pdf