Las palabras del perdón presidencial de este lunes en la promulgación de las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción pueden tener diversas lecturas y una en especial es el reconocimiento con ese perdón y ofrecimiento de disculpas que hace el presidente Enrique Peña Nieto a la investigación de la Casa Blanca, es decir al equipo de Carmen Aristegui.

A partir de su expulsión del grupo MVS en el noticiero más escuchado de la radio, el equipo de Aristegui obtuvo varios  reconocimientos entre los que destacan en 2014 el Premio Nacional de Periodismo de México por el reportaje de la casa blanca; en septiembre de 2015 el premio Gabriel García Márquez en Medellín ; en EU Premio Presidencial al Valor de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos; en noviembre de 2015 gana el premio Colpin 2015; el reportaje es seleccionado como una de las 12 mejores investigaciones en el mundo por el Global Shining Award  ése es un galardón que entrega cada dos años la Global Investigative Journalism Network; el Internacional Center for Journalists en alianza con CONNECTAS  seleccionaron la investigación como una de las mejores historias producidas en el marco del iniciativa para el periodismo de investigación en las américas en marzo de 2015 y eligieron el reportaje  sobre la casa blanca  de EPN publicada en noviembre en su sitio con una reproducción de más de 5.4 millones de personas, como la ganadora de investigación en la categoría de impacto. Para el mes de diciembre de  2015 también Carmen Aristegui obtiene la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania en grado de Cruz de Caballero.

El equipo de Carmen está integrado por Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera, Irving Huerta, Sebastián Barragán, Enrique Galván Ochoa, Denise Dresser, Sergio Aguayo Quezada, Mardonio Carballo, Kirén Miret y algunos periodistas más que no recuerdo.

El reconocimiento del presidente como un error en la “percepción” del origen  de la casa blanca y la naturaleza de los recursos, así como la forma de  su adquisición no han quedado claros, el conflicto de interés y el reconocimiento como pago de favores de parte de los constructores inmobiliarios sigue en duda, el ofrecimiento de disculpas públicamente  no puede ser completo si no hay reparación del daño y este equipo fue el primero en recibir los efectos del error presidencial, a partir de ahí perdieron su empleo, su espacio radiofónico y fueron bloqueados en todos los medios del país, incluso en radios comunitarias, incluso en la radio de la Universidad Autónoma Metropolitana, incluso por el Rector de la UNAM, el equilibrio se rompió por órdenes presidenciales no pudo ser por otra forma, mientras en el extranjero recibían reconocimientos y galardones. En tanto eso pasaba en México MVS tiene demandada por una cantidad millonaria a Carmen, ¿eso seguirá no obstante el perdón presidencial?

Lo que puede ser una injusticia a los derechos humanos y a los derechos de audiencia que en su momento se enarbolaron; lo que en México se condenó en el extranjero se reconoció, se premió. En cualquier lugar del mundo que el presidente se paró el reclamo le llegó; la exigencia y el descrédito.

Estos dos años simplemente sirvieron en los medios convencionales y digitales para reconocer el alto valor de Carmen Aristegui y su equipo como los mejores periodistas con los que cuenta México, lamentable que no haya punto de comparación con otros periodistas en la actualidad en México, simplemente no hay más.

En nuestro periodismo si lo comparamos con una escuadra o división naval el Buque Insignia sería Carmen, nuestra periodista insignia sin duda. Hoy el jefe del Estado mexicano le reconoce tácitamente su profesionalismo, su valor, eso es lo más importante. El Príncipe se rinde.

Hoy Aristegui no tiene espacio en radio o televisión abierta y sin embargo sigue siendo la mejor periodista de México.

Posdata.- El común denominador del mexicano hoy está seguro que algo ilegítimo, quizá no ilegal, está detrás de ese largometraje llamado la casa blanca, producto de lavados, enjuagues y agradecimientos. Borrar del consciente colectivo esa percepción es un duro trabajo pero el inicio es reconociéndolo. Ya se reconoció, se manifestó producto de un error y se ofrecieron disculpas, lo siguiente es lo más interesante, la reparación del daño. La aplicación irrestricta de la ley, permear de este perdón a la saciedad en su conjunto, resanar las heridas, hacer que funcionarios, gobernadores y exgobernadores no se burlen de sus gobernados. Aún es tiempo.