"Descubrir algo significa mirar lo mismo que está viendo todo el mundo
y percibirlo de manera diferente".- Albert Szent-Györgyi.
Cuando escuchas diversas opiniones sobre una persona, hay de dos: te conformas con las opiniones de terceros, o te das la oportunidad de conocerla y confirmar si esa imagen correspondía o no con la realidad; lo mismo sucede con los destinos turísticos.
Si queremos que el turismo sea la fuente número uno de divisas para el país, porque tiene el potencial para serlo, tenemos que contemplar tanto los casos reales de inseguridad como la percepción de la misma, especialmente ante sucesos que hagan sentir al visitante que su integridad física y moral está en riesgo (factor que afecta sensiblemente la conducta de compra de un turista potencial).
Martha Honey, directora ejecutiva del Centro para el Turismo Responsable (CREST) en los Estados Unidos, insiste que en la base de la pirámide de las Necesidades del Turista está la Seguridad-Salud, por delante de otras como: Accesibilidad, la Calidad de la Experiencia o la Sostenibilidad Ambiental y Cultural. Esto nos dice que antes de permitirse seducir por las impresionantes playas turquesa o por los encantadores y coloridos pasillos coloniales los viajeros se dejarán influenciar por la experiencia de seguridad (física, moral, de salud o económica) que podrían llegar a tener en algún destino. La ‘percepción’ importa, la ‘percepción de riesgo’ determina la llegada o no de un turista.
Una crisis en percepción puede acompañar a una crisis real, como lo hemos visto en Egipto por años, lo cual afecta inevitablemente al turismo y, por ende, el desarrollo de la localidad en cuestión. Podemos observar otros casos puntuales, como el que vivió Europa en el verano del año pasado debido a problemas de seguridad y atentados terroristas, en el que registró una caída importante en materia de turismo en todo el continente. Turquía registró el desplome más fuerte con una reducción del 26.7 por ciento en afluencia. Cabe mencionar que el turismo disminuyó entre el 16 de julio y el 9 de agosto, después de los atentados presentados en países como Francia (Niza) y Turquía.
En México, el año pasado recibimos a 35 millones de viajeros y nos colocamos en el lugar no. 9 del ranking de la Organización Mundial de Turismo (OMT). Esto debe ser un aliciente para saber que caminamos en el sentido correcto, sin embargo, debemos continuar en la búsqueda de una mejoría constante. Lamentablemente, hoy, en dos de los puntos más turísticos del país han incrementado las cifras inseguridad: la Ciudad de México y Quintana Roo. Con este aumento, también nos enfrentamos a una posible crisis en percepción. Quintana Roo, aún con los incrementos de inseguridad, permanece con uno de los menores niveles de incidencia delictivas entre los estados con mayor vocación turística, y aún así, se ha reportado la cancelación del 40 por ciento de springbreakers canadienses que planeaban visitar Cancún.
Es importante prevenir ambas situaciones, tanto la crisis en números como la crisis de percepción; la primera estableciendo medidas estratégicas para garantizar el derecho humano a un medio ambiente sano y erradicando las situaciones que inhiban el turismo; la segunda, creando campañas integrales de saneamiento de imagen del territorio y la población afectada.
Seamos voceros de las virtudes de nuestro país, extendamos abrazos cálidos a quienes nos visitan para conocer más sobre nuestra cultura, demostremos que somos un pueblo en el que somos más los que luchamos por la paz, para que todos tengan la oportunidad de descubrir por sí mismos el paraíso que es México.
Chanito Toledo
Diputado Federal por Quintana Roo