En su último informe Calderón escupió una estupidez. Que me disculpe la madre de Felipe donde quiera que esté, pero su hijo no tiene madre al declarar que “la guerra contra las drogas no ha sido en contra del consumo porque este se da en Estados Unidos”. Es decir, con las adicciones no hay bronca, ni aquí ni allá; y la guerra se fraguó aquí y no allá porque no hay guerra contra el consumo, sino contra el tráfico. Pero que los que consuman drogas, pues que lo sigan haciendo.

Haber declarado esto, es un sin sentido, una aberración ante la política prohibicionista.  Acto de un estúpido fue la decisión de declaración de guerra, el efecto de esta decisión está a la vista. Por ello será recordado este usurpador presidencial del 2006 como el provocador oficial de mortandad grotesca en México y por nada más.

¿La guerra es contra el tráfico de enervantes de aquí para allá de armas de allá para acá pero no contra el consumo ni contra el lavado de riqueza producida por este comercio?  A los bancos mundiales que se encargan de diluir estos fondos jamás los han tocado.

¿Cuál será el dirigente mundial que se atreva a decir la verdad sobre este tema? Con la transparencia sí que no hay bronca y ese, será un buen día para la humanidad.

La guerra es un negocio que mantiene a millones de personas actualmente en el mundo, el tráfico de los llamados estupefacientes, también. Las armas nos las venden o las exportan hacia otro lado; sino, no habría tanta fábrica de armamento, no expondrían sus productos letales en Walmart frente a los ojos de los niños como si fuesen juguetes, no considerarían sus cuernos de chivo escondidos entre la gruesa manta de lana su mayor tesoro los que habitan en pueblos narcos. Nosotros a ellos les surtimos desde aquí drogas, petróleo, metales etc. Economía bilateral inequitativa derivada de vecindad  inequitativa y de la necesidad del boyante mercado. Derrame de riqueza que no se comparte para el bien de la ciudadanía.  

Es un hecho, además, que la mayoría de los traficantes de drogas provienen de las fuerzas de la policía o del ejército.

En reunión reciente escuche de boca de un almirante de la marina retirado por acá, muy bien relacionado, la premisa de que los mandos bajos del ejército están hasta la coronilla de esta guerra fallida donde se rompen ellos la madre para sobrevivir y nomás ven pasar los kilos de “valiosos productos y cuantiosos dineros” frente a su cara sin llevarse ni una tajada y no hay más para ellos que aguantar esa vida tan dura e injusta.

Si hubiese un golpe de Estado de las fuerzas armadas de la nación como insinuó el almirante, lo que no sería un hecho raro pues así de recia la lumbre que le dejó al caldero el monito michoacano que pretende salir de los Pinos con el show de haber sido persona decente, sin ser tocado sin ser juzgado, sería debido a su imprudencia, a su macroeconómica estupidez, que ha sido sufrida por miles de familias mexicanas que por su propia pérdida, por causa de la propia tragedia vivida, o simplemente observando a su alrededor, han salido del engaño y llaman a Calderón traidor, mentiroso, cobarde. México te repudia Calderón.