Se ha abierto el debate sobre las conveniencias o no de construir un partido a partir del Movimiento Regeneración Nacional, MORENA. Como muchos otros, yo vengo desde el Partido Comunista Mexicano pasando por todos los partidos que terminaron en el PRD. En el viejo Partido Comunista, sus militantes éramos de otra pasta. Nos movían convicciones políticas, un proyecto de transformación del país, teníamos una escuela de cuadros donde se estudiaba el marxismo, a los teóricos del movimiento comunista internacional, estábamos organizados por células en los centros de trabajo, resistimos exitosamente la mayor parte de los períodos represivos de los regímenes priistas, y sobre todo, supimos enfrentarnos a las políticas gubernamentales y eliminar de nuestras filas el oportunismo y la corrupción
El tres de mayo de 1978 el PCM obtiene su registro condicionado y a partir de entonces decide participar en las elecciones con los procedimientos y normas electorales aprobadas a finales de 1977. Al nombrar a nuestros candidatos para ir al Congreso, fue difícil encontrar compañeros que quisieran desempeñar esta tarea. En mi caso, fui propuesto para Diputado Federal y a pesar de que obtuve la mayoría de votos en el Congreso, decliné a favor del camarada Samuel Melendres porque consideré que tenía más merecimientos que yo. Hoy, casi treinta y cinco años después, lo que falta son militantes de base, proyectos políticos, honestidad, ideología, cultura y trabajo. Lo que sobran son trepadores, oportunistas y corruptos
Se perdió la mística revolucionaria. Se desarrolló una concepción utilitaria del partido, se dejaron de lado los intereses de la gente y se hizo de los puestos públicos el modus vivendi de los que hoy viven del PRD. La llegada de grupos corporativos, acostumbrados a la política clientelar, devino en fuerzas de presión, ajenas a la ideología revolucionaria y cargadas de prácticas y comportamientos que funcionaron como leyes internas, sujetando el destino y las necesidades de la gente. Las tribus incluyeron en su quehacer la incultura y el adocenamiento de las bases, sepultaron los proyectos transformadores y abrieron espacio al descrédito de la política para fortalecerse como tribus y grillos profesionales.
Hoy esos partidos se encuentran en su fase terminal. Su fuerza no viene de su trabajo ni de un proyecto de gobierno al servicio de los ciudadanos. Los electores le dieron a la “izquierda moderna” dieciséis millones de votos porque no tenían opción y era mucho su interés por el cambio. Pero los directivos del PRD no tuvieron ni la fuerza ni la convicción de resistir los encantos del poder y volvieron a la traición de la que ya son especialistas. Los ciudadanos quedaron en la frustración y la impotencia ante los atropellos electorales por parte de las mafias y sus lacayos. Es por esto que ahora la gente se pregunta con razón. ¿Qué vamos a hacer?
Andrés Manuel plantea que se discuta si conviene hacer de MORENA un partido que supere las desviaciones y comportamientos de la izquierda entreguista y trepadora. Pues bien. Entremos al debate
En la Convocatoria emitida el 14 de septiembre del año en curso por el Comité Ejecutivo de MORENA se reitera que de hacerse partido, este abrirá sus puertas a todos los interesados en la transformación del país.50% de los delegados serán integrantes de la estructura de MORENA, 25% de los que participaron en su calidad de ciudadanos pero dentro de su estructura electoral y como protagonistas del cambio Verdadero y el otro 25% serán ciudadanos de la Sociedad Civil que hayan participado a favor de este cambio. No está mal la idea de hacer un partido plural, incluyente, democrático. Pero ¿y los candados para impedir que otra vez entren los grupos corporativos, clientelares, oportunistas y trepadores para deformar los principios y los ideales de este nuevo Partido? ¿Acaso no corremos el riesgo de que andando los meses o los años se adueñen de la dirección y de sus estructuras intermedias, los que tienen el poder económico, las relaciones políticas y los grupos de poder, y dejen al margen a los que hacen el trabajo y a la base social que da sustento al Partido?
Incorporar al Partido MORENA al amplio abanico de personas y de representantes de los más variados estamentos sociales, sin definir lo esencial del proyecto doctrinal, y el marco jurídico al que se sujetarán los funcionarios y líderes del partido, es un riesgo descomunal. ¿Cómo hacer compatibles la necesidad de tener un partido plural, incluyente, con un conjunto de intereses y posiciones políticas e ideológicas que de manera natural se van a expresar en algún momento de la vida de la nueva Organización Política?
Es un hecho que muchos de los militantes de los otros partidos de izquierda se van a incorporar definitivamente al Partido MORENA, si así se acuerda en el Congreso. Sin embargo en la Convocatoria y en el COFIPE hay elementos que indican que no se puede estar en dos partidos a la vez. Esto implica la renuncia individual DE QUIENES AÚN MILITAN EN OTRO PARTIDO. Tarea nada sencilla si tomamos en cuenta los tiempos a los que estamos atados de acuerdo con la ley
Por último, se habla de que este partido debe ser sostenido por la aportación individual de los ciudadanos que decidan incorporarse a él. Este llamamiento es incuestionable desde el punto de vista ético, pero irreal en la práctica para poder sostener con éxito la construcción de un partido como el que se quiere construir para cambiar el país. ¿Se ha estudiado la conveniencia de que alguno de los partidos que participaron en el Movimiento Progresista, ceda su registro como lo hizo el PMS para formar el PRD? Naturalmente que esa cesión de registro requiere acotamientos políticos y legales, completamente claros para que no ocurra lo que ocurrió con la bufalada oportunista del partido de los camachuchos. Estoy claro que eso implicaría compromisos que podrían influir en el ánimo o en las intenciones que se contienen en el espíritu del nuevo Partido. Pero ¿acaso no puede suceder lo mismo con la idea de que a la nueva Organización puede entrar todo mundo si en la declaración de principios y en los Estatutos no se acotan los derechos y las obligaciones de los miembros del nuevo partido?
Yo tomo nota de que esta es una empresa difícil y mediada por los tiempos legales. Sin embargo, en este proyecto predomina la decisión y el compromiso de sanear la política y los políticos que tanto daño le han hecho a México. Mi compromiso de toda la vida, ha estado al servicio de las mejores causas de México. Parte de ese esfuerzo y de mis convicciones, están registrados en la historia de mi trabajo en el Partido Comunista Mexicano, en el PSUM, PMS y por algún tiempo en el PRD. Son las conductas y los comportamientos oportunistas de los dirigentes de este último partido el que me lleva al convencimiento de que el Partido de la “izquierda moderna” de la que hablan los chuchos ya no tiene remedio. Hoy decido renunciar públicamente al PRD y me sumo al trabajo y al esfuerzo de construir el Partido MORENA. Estoy seguro que millones de mexicanos lo harán y México y su gente, tendrán en breve tiempo una opción política que, espero, jamás caiga en el oportunismo y en la corrupción. ¡Para impedir que esto ocurra, vamos a trabajar desde ya!
México D. F. a 12 de septiembre del 2012
JESUS SOSA CASTRO