La tristeza o el desánimo que produce la muerte de ciertas personas, es mayor en función de su posición en la sociedad y su contribución al bien común. Es el caso de Arnaldo Córdova. Ver una foto montada con una cita suya en el Facebook me hizo recordar el exacto origen de la misma, un artículo del 15 d diciembre de 2013 en La Jornada, “El desmantelamiento de la Constitución”; tal vez uno de los últimos trabajos del escritor.

Escritor, investigador, académico, profesor, periodista. Desafortunadamente no lo tuve como profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. En el momento que pudo haber sido, se encontraba de año sabático. Sin embargo lo vería posteriormente en los pasillos de la misma ya acompañado de esa aura de “vaca sagrada” que le va a ciertos académicos.

La combinación del estudio del derecho con la ciencia política ha sido un acierto brillante en el caso de Córdova, sobre todo en el análisis periodístico, donde lo más común es recurrir a la simple opinión, la vaguedad o la superficialidad. Aparte de la importancia de la obra publicada, su colaboración en el diario La Jornada es una muestra ejemplar para todo columnista o articulista. Veraz en el contenido, crítico como fundamento, mas comprometido con lo que comúnmente se llama “las mejores causas de la sociedad”.

El párrafo referido perfila el pensamiento, el estilo y la persona:

“La Constitución está moribunda. El pacto social y político que encarnaba no existe ya. Lo que hoy tenemos es una oligarquía convertida en sistema dominante. Tenemos el gobierno de los ricos más ricos y el dominio absoluto del dinero con sus secuelas de corrupción, dilapidación y desperdicio que es propio de los regímenes plutocráticos. Enrique Peña Nieto es el sepulturero de la Constitución de 1917.”.