Ulises Castellanos ha publicado en La Razón:

“Unos días antes de aquel fatídico 23 de marzo en Tijuana, me avisaron que habría una entrevista con Colosio en su casa de campaña en la Del Valle, la entrevista la realizó el excelente periodista de entonces Elías Chávez, y seríamos recibidos por Federico Arreola, amigo personal de Colosio quien era uno de los que había organizado dicha cita. El encuentro transcurrió sin problemas, recuerdo que la entrevista tuvo llamado en portada a la siguiente semana y fue en esos días cuando recibimos a cuentagotas los primeros reportes del atentado en Lomas Taurinas”.

En efecto, antes del discurso del 6 de marzo de 1994 en el Monumento a la Revolución recibí en la oficina de Luis Donaldo Colosio a dos periodistas de Proceso, el reportero Elías Chávez, y el fotógrafo Ulises Castellanos.

Como bien dice Ulises, yo era uno de los que habían pactado esa cita. No trabajaba en la campaña en el área de prensa ni en ninguna otra. Mi participación en la gira era en calidad de amigo. Pero, en los distintos recorridos, hablé mucho con Elías acerca de que el candidato presidencial del PRI diera entrevistas a la prensa crítica y no solo a Televisa. En 1994 ningún medio tan crítico como Proceso.

Le dije muchas veces a Donaldo que debía hacerlo. En cada oportunidad me comentó que lo había hablado con el director y fundador del semanario, Julio Scherer, y que algún día el propio Scherer lo entrevistaría. Lo convencí de que hablara con Elías Chávez con el siguiente argumento: “El autoritarismo en los medios se presenta cuando el propietario de un periódico o revista decide que solo él tiene tamaños para entrevistar al personaje con poder. No es el señor Scherer el que cubre tus actividades todas los días, sino Elías. Ya se cansó de hablar con tus colaboradores, que nomás le dan largas. Decídelo tú, no juegues al importante al que solo entrevistan los importantes”. Aceptó y estuve presente en aquella entrevista.

Ulises Castellanos tomó muchas fotos, lo que obligó a Luis Donaldo a decirle, creo que en broma: “Ya no me retrates, ustedes toman muchas fotos y publican nomás una y a veces ninguna. Y siempre la peor que encuentran”.

Preparó Donaldo una única respuesta a la gran pregunta que Proceso quería hacerle, de acuerdo a lo que el propio Elías Chávez me había dicho y a lo que Colosio había hablado con Scherer. La pregunta era: “¿Qué va a pasar con José Córdoba Montoya, el poderoso consejero de Carlos Salinas de Gortari?”. Pero, por alguna razón, en la larga entrevista Elías no hizo la pregunta. Me buscó más tarde para hacerla, pero no pude ayudarle porque no encontré a Donaldo.

La respuesta que no se publicó era: “Córdoba estará con el presidente Salinas hasta el último día de su gobierno”. Es decir, Córdoba no iba a colaborar con Colosio. Muchas veces me he preguntado qué tanto la historia habría cambiado de haber hecho Elías Chávez esa pregunta.

 

Liébano Sáenz, en Milenio reproduce lo que él mismo publicó, hace muchos años, en un libro de edición limitada:

“El momento siguiente fue uno de los más difíciles para todos, pues todavía nadie se había atrevido a enterar a la señora de la realidad del atentado y mucho menos de la gravedad del estado de Luis Donaldo. Con un valor que siempre admiraré en él… Federico Arreola, el amigo del matrimonio Colosio, se hizo cargo de la situación acercándose a Diana Laura y le manifestó:

—No, Diana Laura, no fue un palo, Donaldo tiene un balazo en la cabeza.

-¿Por qué en la cabeza? —inquirió la señora Colosio.

—Bueno, la bala entró y salió sin alojarse… Respondió Arreola (Federico) tratando de dar ánimos a la joven mujer que con incredulidad escuchaba esa parte de lo ocurrido… Diana Laura se dejó caer en la silla y permaneció en el mismo pasillo, haciendo gala de una serenidad y autocontrol que podían haber conmovido a cualquiera…”.

Cuando Diana Laura llegó al hospital de Tijuana nadie se atrevía a decirle lo que verdaderamente había pasado. Ella estaba muy inquieta, preguntaba y no recibía respuestas. El general Domiro García Reyes se me acercó y me dijo: “Por favor, informe usted a la señora…”. Lo hice.

 

Francisco Garfias, en Excélsior ha comentado lo siguiente:

“Este domingo se cumplen 20 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, Tijuana. Fue el 23 de marzo de aquel aciago 1994 cuando, de acuerdo con la historia oficial, el PRI se quedó sin candidato presidencial por los disparos de un ‘asesino solitario’.

“La efeméride ha multiplicado, en los medios de comunicación, reportajes, artículos, testimonios y hasta una absurda polémica sobre el artículo que el presidente Peña escribió en un sitio de internet que le es aparentemente antagónico: SDPnoticias.com.

“Carmen Aristegui calificó de ‘insulso’ y sin ‘informaciones de fondo’ el escrito de Peña Nieto sobre Colosio, y hasta dedujo que no hay intenciones de su gobierno por revisar la tesis del ‘asesino solitario’.

“Me pregunto si la influyente periodista esperaba realmente alguna revelación ‘de fondo’ en un artículo sobre una trágica efeméride o si de esas líneas se pueden sacar conclusiones tan contundentes.

“Federico Arreola, mero mero de ese visitado sitio de internet, dice que son ‘injustas’ las críticas de doña Carmen y se empleó a fondo para demostrar las ‘virtudes’ del artículo.

“A mí simplemente me pareció una buena idea de don Fede pedirle a Peña Nieto que narrara lo que estaba haciendo cuando ocurrió el magnicidio de Lomas Taurinas. Pero también, un buen detalle del Presidente el haber decidido contar cómo vivió ese 23 de marzo y lo que le significa el legado de Colosio, en un ‘modesto sitio de internet’, como lo define el propio Arreola”.

Sigo pensando que es muy bueno el artículo de Enrique Peña Nieto sobre Luis Donaldo Colosio. Casi 27 mil likes de Facebook y más de 8 mil retuits hablan de muy escrito muy aceptado por la gente.