Muchos no se sienten muy contentos que digamos con la visita del Papa Francisco, en cambio, otros ya se encuentran planeando postrarse en un lugar estratégico y participar en la cadena luminosa para recibirlo, y verlo… aunque sea de lejitos.
Mucho es lo que se especula y se afirma con esta mencionada visita: que si la ciudad está tapizada de carteles armoniosos, tales como “Papa bienvenido a México, tu casa”. Que si la propaganda de la campaña de bienvenida está pagada con dinero público. Que si el Papa echará agua bendita a los católicos durante los recorridos. Que si habrá Ley Seca en Ecatepec por la visita. Que si se dejará tomar selfies. Etc.
Finalmente y le guste a quien le guste, Papa Pancho, como tiernamente le llaman algunos, llegará a México el día viernes 12 de febrero. Trayendo esperanza y fe a todos los fervientes que lo esperan. Desgraciadamente visitas como esta, logran alegrar a unos cuantos, el problema no son los fieles católicos, ni mucho menos la visita del Papa, el gran problema radica en que los gobernantes y las jerarquías católicas se jactan utilizando la figura del máximo representante del iglesia católica como moneda de cambio para fines lucrativamente perversos. Y no es estar en contra de una religión, sino de los grupos con intereses particulares.
Si la visita de Papa Pancho te alegra puedes realizar alguna de estas actividades:
* Hacerle llegar un tweet de desengaño: “querido Papa Francisco, hasta ayer no había florecitas en las avenidas por donde pasarás con tu Papamovil”
* Ponerte un disfraz de acólito.
* Comprar una biblia e informarte sobre la vida de Cristo para parecer un religioso comprometido.
* Realizar una pancarta que diga “Welcome Potato”.
* Relajarte sino pasa el camión, metrobus, metro, o si no llegas temprano a tu lugar de trabajo (o pedir el día libre).
Ojalá que la visita de Papa traiga un poco de aliento momentáneo al país. Ojalá más personalidades como Papa Pancho nos visiten más seguido para arreglar las calles de las ciudades y que ésta siempre se vea siempre tan chula. Ojalá…