¿Quién de nosotros no conoce a una mujer que haya padecido cáncer de mama? Esta enfermedad es la neoplasia más común en las mujeres en el mundo, afectando a más de 2 millones de mujeres. En México, en el 2018 se presentaron alrededor de 105,000 casos de cáncer de mama, que representan la cuarta parte de todos los cánceres que afectaron a las mujeres en ese año. De cada diez mujeres que fallecen, dos de estas muertes se deben al cáncer de mama. Ante este problema de salud pública, es importante establecer estrategias de prevención que, aunque no eliminan totalmente el riesgo de contraer la enfermedad, sí pueden ayudar a que disminuya, y además mejorar la supervivencia. Esto es importante en nuestro país, ya que menos del 60% de mujeres sobreviven al cáncer mamario a los 5 años de haber sido diagnosticadas.

Es por eso que las organizaciones de cáncer recomiendan a los sobrevivientes que aumenten su consumo de verduras, frutas y granos enteros; también sugieren disminuir los alimentos ricos en grasa, como aquellos fritos con mucho aceite o manteca. Además, es conveniente disminuir el consumo de carnes rojas y procesadas, como la salchicha, y los alimentos con alto contenido de azúcares simples, como los refrescos o jugos azucarados. De igual manera, se recomienda mantener un peso corporal saludable, ya que la obesidad es un factor de riesgo para el cáncer de mama en la postmenopausia. Otra recomendación es realizar actividad física moderada, por al menos 2.5 horas por semana.

Estas recomendaciones surgen de diferentes estudios científicos que se han realizado a través de los años en distintas poblaciones.

Las investigaciones sobre alimentación y cáncer, indican que un patrón de alimentación alto en verduras, frutas y cereales, así como una baja ingestión de grasas, pueden ayudar a disminuir el riesgo de recurrencia de la enfermedad y la mortalidad por otras causas entre las sobrevivientes de cáncer de mama. También se ha observado que practicar la actividad física de manera regular se asocia con mejor supervivencia de cáncer mamario, ya que ayuda a disminuir la mortalidad por todas las causas, así como el riesgo de recurrencia. Otro de los beneficios de practicar actividad física, es que ayuda a reducir el peso y grasa corporal, lo cual es recomendable como estrategia de prevención.

A pesar de todos los beneficios de una dieta y actividad física saludables, se sabe que muchas de las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama aún continúan con un estilo de vida poco saludable. En un estudio que realizamos en mujeres de Sonora, nos dimos cuenta de que solo la mitad de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, recibieron sugerencias de cambios en su alimentación o actividad física, y el 50% de estas sugerencias fueron hechas por el médico. Solo en dos o tres casos, las mujeres fueron canalizadas con una persona experta en nutrición. La falta de consejos prácticos para poder seguir las recomendaciones, da como resultado que las pacientes continúen con hábitos poco saludables.

En nuestro grupo de investigación, estamos trabajando en una estrategia que se llama Entrevista Motivacional, para ayudar a las mujeres sobrevivientes de cáncer de mama a adquirir hábitos saludables en su alimentación y actividad física.* Hemos logrado que aumenten su consumo de frutas y verduras, que bajen su consumo de grasa y que disminuyan un poco su peso y grasa corporal. Es una estrategia prometedora, aunque en este campo queda todavía mucho por hacer.

Es importante establecer a nivel de los hospitales, las estrategias adecuadas como parte de una política pública para que las personas diagnosticadas con cáncer puedan estar informadas y concientizadas de la importancia de adquirir hábitos saludables, tales como una buena alimentación y hacer actividad física. Los profesionales de la salud apoyados por los especialistas en nutrición, deben de formar parte activa de estas estrategias. Esto podría llevarse a cabo como parte de la rehabilitación oncológica, donde se incluyan programas de alimentación y actividad física y que se asigne a cada paciente, un régimen que se adapte a sus necesidades y circunstancias.

*Estudio apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (SS/IMSS/ISSSTE-CONACyT/S0008/2115/1/262211).