La realidad es inocultable: el gobierno de Jaime Rodríguez el “Bronco”, es un rotundo fracaso. El sello característico se asemejó a las habladurías de Vicente Fox, que no representaron ningún cambio sociopolítico más que la narrativa de dos bravucones al que les funcionó un estereotipo de salvadores del pueblo.

Ante ello, vivimos en una etapa de definiciones políticas. Lo anterior significa que, con más precisión, podemos ir sacando y adquiriendo nuevos pronósticos basándose en las consecuencias que ha desatado el rompimiento de alianzas y perfiles que se bajan de la contienda. Esta nueva brecha abrió paso para que Morena triunfe sin contratiempos en Nuevo León. 

Resulta que las viejas rivalidades terminaron por sepultar una coalición entre priistas, perredistas y panistas. Mientras eso pasó, Morena selló un acuerdo con PT y PVEM que, en definitiva, sumará muchos votos a su causa. Caso contrario al llamado Bloque Opositor que pese a los intentos de las dirigencias Nacionales hubo dificultades por las añejas conspiraciones.

Indudablemente, Nuevo León fue la prueba más fehaciente de la intransigencia de este patrón de alianzas. Esto pasará en varios puntos del país donde ya se cocinó una alianza para el 2021 que, en teoría, pretende frenar el avance inexorable de Morena. Pero, ¿qué pasó? Evidentemente ha quedado claro que este tipo de coaliciones jalan un amplio sentido de incongruencia política; todos quieren mano pero nadie cede en las negociaciones debido a las ambiciones personales de cada partido. Pensaron que sería sorprendente anunciar un bloque rimbombante que manifestara organización, unidad y poderío en a la hora de la votación, fracasaron. 

Evidentemente muchos repudian ese tipo de alianzas. La idea absurda de unificar fuerzas para vencer a Morena, salió a relucir como un fracaso para la derecha. Tratándose de PRI y PAN, las consecuencias no causan estupor en ningún plano político, sino reprobación y desdén.

Siempre impera más la soberbia, la arrogancia y la altanería en la derecha que la coherencia y la congruencia.

A pesar de que durante años han amasado una sociedad depredadora en el escenario legislativo, político y gubernamental, ambos patológicamente son altamente espurios. Tanto en uno como el otro sin duda alguna no han sido capaces de ganarse la confianza. 

Esto redujo la propuesta de vencer a Morena. Más allá de que estamos convencidos que este tipo de alianzas arrastrarían más detractores a la derecha, Regeneración tiene cancha abierta para triunfar. Fue una lástima que Tatiana Clouthier decidió salirse de la contienda previa; sin duda hubiera arrasado en la elección a gobernador.

Según el último dato de Alejandro Moreno y El Financiero, la legisladora hubiera doblegado al senador, Samuel García con un trecho de 4 votos a 1. Aun así, las proyecciones dan muchas probabilidades para que Morena triunfe.

Y sobre todo— porque Luis Donaldo Colosio que evidentemente sería una mejor apuesta que el narcisismo de Samuel García, declinó. A pesar de que con Riojas seguramente habría una contienda más cerrada, finalmente tengo la seguridad que Morena hubiera superado esa prueba.

Pese a que las cosas no le salieron como esperaban a las dirigencias Nacionales del PAN, MC y PRI, Luis Donaldo esperó hasta el final para observar si se cerraba un acuerdo con el PAN, al final se desvaneció y decidió declinar para buscar la alcaldía de Monterrey, ahí ganará.

Para MC claramente también significó una derrota. Apostó por Samuel García, y pagará el costo político de tener un abanderado poco competitivo. Es cierto, el senador figuró durante algún tiempo entre los preferidos, no obstante, sus inconsistencias y comportamientos garantizarán un descalabro sólido en la elección del 2021.

Morena tiene campo abierto para triunfar. Pesó más la ambición desmedida del Bloque Amplio Opositor. Sin embargo, reitero mi teoría de que, este tipo de alianzas, arrojan más detractores que seguidores. Pasó en 2018 y estoy convencido de que así será. Las pugnas y rivalidades aceleraron la decadencia. 

De hecho, más allá de que el BOA no supera la idea de que Morena sea el partido a vencer, enfrentarán unos comicios en medio de la incertidumbre que producen cada uno de ellos. Hay que recordar que, el PRI, sigue siendo uno de los partidos que más detesta la población; en lo que respecta el PRD, es prácticamente inexistente. Pretende negociar alianzas y ni siquiera es fuerte políticamente hablando. Han dejado de ser una alternativa, sus cuadros y bases se cargaron hacia Morena.

Es por ello que además de que los números de intención de voto hacia Morena son altísimos, se desarticulará en muchas partes del país el Bloque Amplio Opositor. Nuevo León fue el ejemplo más tangible del grado de incongruencia y de una genética de polos que chocan por el apetito desmedido del poder.