Circula en redes sociales una nota informativa que se atribuye a un sitio titulado El Comercio donde se afirma que un agente de la DEA infiltrado en la organización criminal de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera pagó varios millones de dólares a “la familia” de Vicente Fox para escapar de la prisión de Puente Grande, en Jalisco, el 20 de enero de 2001.

Pero no para allí: afirma la publicación que el acuerdo fue para que el gobierno brindara protección al cártel de “El Chapo” y combatiera al de los hermanos Arellano Félix. Es revelador que, en efecto, Guzmán Loera fue reaprehendido dos veces en la administración de Enrique Peña Nieto. Ni en el sexenio de Fox ni en el Calderón fue tocado el imperio del famoso narcotraficante.

El capo había ingresado en ese reclusorio de “alta seguridad” el 22 de noviembre de 1995, tras su estancia de más de dos años en el penal de Almoloya, que hoy ser llama del Altiplano. Pasaron algunos años para que el propio Guzmán filtrara en los medios que no se escapó, sino que (durante la administración de Fox) le abrieron la puerta.

El 16 de mayo de 2016, la página web especializada en temas de narcotráfico, El Blog del Narco dio cuenta de una entrevista que la famosa “Reina del Pacífco”, Sandra Ávila Beltrán, dio a The Guardian

Reproduzco dos párrafos de la publicación, que son más que reveladores:

“Ávila que pasó siete años en prisión por lavado de dinero, incluyendo dos años en régimen de aislamiento, dio una entrevista exclusiva a The Guardian, su primera vez en casi una década, ‘en la que atacó a la corrupción políticos mexicanos, se burló de la futilidad de la prohibición de las drogas y celebró la fuga de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán’”.

“‘Lo más que he oído fue de un soborno de 100 millones de dólares para un presidente mexicano’”, dijo Ávila. ‘“Un millón de dólares no es nada. He visto a (políticos) mirar en la bolsa para ver si (el dinero) estaba allí. Lo sabía todo”’, aseguró. ‘“No me sorprendió, el dinero compra todo en México. Pero me hizo feliz”’, dijo Ávila al describir la fuga de la prisión de “El Chapo” Guzmán. ‘“Tiene que ser la ayuda de los más altos niveles de gobierno. El sistema federal de prisiones es difícil. ¿Para poder comprar ese sistema? Tiene que ser desde lo alto, no el director de una prisión. Ni los guardias. Tiene que ser a nivel del gabinete (Federal)”’, aseguró “La Reina del Pacífico”’.

(http://www.elblogdelnarco.com/2016/05/100-millones-de-dolares-pago-el-chapo-a-vicente-fox-por-su-libertad-dice-la-reina-del-pac%C3%ADfico.html#ixzz4XPA7KwDS)

El Comercio omitió –por razones obvias— el nombre del agente de la DEA infiltrado, pero hay que subrayar que es un asunto ya ventilado en público tras la fuga de Guzmán Loera de Puente Grande.

Pero lo publicado por The Guardian-Blog del Narco tampoco fue novedad, pues al final del sexenio foxista la periodista Anabel Hernández publicó un libro titulado Fin de fiesta en Los Pinos, donde hace alarde de precisión al documentar la connivencia entre la familia de Vicente Fox con el crimen organizado.

Antes de salir a la luz pública el libro, el sitio Reporte Índigo publicó en 2006 algunos adelantos donde se afirmaba sin rodeos de la complicidad del foxismo con el narcotráfico.

El periodista Jorge Ramos, de la cadena Univisión, encaró a Fox ese mismo año y le pidió que respondiera a las acusaciones directas que le hacía Anabel, pero Fox dio por terminada la entrevista como respuesta.

Afirma Anabel en su obra citada que Carlos Rojas Magñón “fue uno de los cómplices de la delincuencial agrupación Amigos de Fox que metió ilegalmente dinero del extranjero para apuntalar la candidatura presidencial del candidato panista”.

La única novedad es que la DEA filtra esos testimonios sin informar si se abrió un expediente contra el ex presidente o alguno de sus altos funcionarios y eso también huele a campaña de desgaste justo cuando la administración Trump se propone “proteger” la economía norteamericana a costa de destruir la de su vecino, México. Podría ser, porque no es la primera vez que se hacen estas “revelaciones”. Se ha involucrado a muchas personalidades mexicanas con actividades del narco, sin más repercusiones que el desprestigio.