30 de abril de 2024 | 12:17 p.m.
Opinión de Alberto Peralta Merino

    Notificaciones en tiempos de coronavirus

    Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso Hidalgo habrían fallecido según esto a las 17.25 horas
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    El pasado mes de octubre, los ciudadanos mexicanos José Guillermo Medina Álvarez y Carlos Meza Gutiérrez, denunciaron la cremación de los restos mortales de los fallecidos en el paraje conocido como “el cerro de Chacuaco” durante la fatídica noche buena del año 2018, por considerarla una conducta, eventualmente constitutiva de delito cometido en agravio de la procuración de justicia.

    La autoridad emitiría en la ocasión un proveído, en el sentido de que dicha denuncia era idéntica a otra presentada por el mismo motivo el día cuatro de enero de 2019, habría que integrarla a la carpeta de investigación instruida al respecto.

    Estrategia de ambigüedad política que permitía a la dicha autoridad, argüir dado el caso, que en la referida carpeta se había decretado la conclusión del asunto, o, en su defecto, presentarse como una instancia proclive a la atención de los tópicos fundamentales que afectan a nuestra comunidad.

    Tal ambigüedad, impropia de una instancia que debe regirse por el principio de “buena fe”, tal y como ha de serlo entre nosotros el ministerio público, según quedara al efecto establecido desde el célebre debate sobre los alcances de dicha institución que sostuvieran al respecto Luis Cabrera y Emilio Portes Gil hace cerca de un siglo.

    Saliendo al quite de tal ambigüedad, el pasado 24 de febrero, día de nuestra bandera, los referidos ciudadanos exhibieron las actas de defunción de los sujetos que perdieron la vida en el percance del “cerro de Chacuaco”, en las que, sorprendentemente, los decesos en cuestión, no coinciden en horario.

    Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso Hidalgo habrían fallecido según esto a las 17.25 horas , en tanto que Héctor Baltazar Mendoza a 18: 34 ,Marco Antonio Tavara Romero a 19:27 y Roberto Coppe Obregón 18:20; de suerte y manera tal, que los sujetos en cuestión habrían fallecidos al unísono en el mismo siniestro, sólo que, al parecer, en distinto “huso horario”.

    Cabe preguntar entonces, ¿Por qué motivo notificó la fiscalía el pasado 22 de abril, en medio de la cuarentena, el citado proveído?

    Parece inminente la atracción de la fiscalía general en relación al desplome del helicóptero que se desplomó el día de Nochebuena de 2018 en el paraje denominado “cerro del Chacuaco”, y lo primero que indagará, será, precisamente, porqué se dio la orden de cremación de los restos mortales en cuestión, estando pendiente de concluirse las diligencias de una carpeta de investigación derivada de los hechos en cuestión.

    El novelista Élmer Mendoza, acucioso observador de tales avatares, tuvo la gentileza de enviarme el presente mensaje por demás solidario con los valientes denunciantes del hecho: “Es inevitable pensar que hay algo oscuro allí que estos tipos, que se animan a todo, ocultan. Gracias por informar”, resultando claro que, habiendo cadáveres en el closet, pareciera que existen interesados en hacerlos desaparecer.

    alebertoperalta1963@gmail.com