Durante la comparecencia del Subsecretario de Salud, Dr. Hugo López-Gatell, en el Senado de la República, subió a la tribuna una senadora notoriamente intoxicada, lo cual, es un pésimo ejemplo para los niños.
Con la natural mirada de conmiseración que cualquiera tendría ante una persona “mala copa”, el doctor nomás la miraba, lo cual, agigantaba la furia que ya había agarrado vuelo en una persona incapaz de razonar: “¡Siga alzando las cejas! ¡A ver si así entiende!”
Bueno, hasta Felipe Calderón se metía unas “rayitas” antes de aparecer en un acto público (salvo cuando le falló el dealer el día que apareció detrás de Josefina Vázquez Mota, haciendo caras de delirium tremens y se volvió un clásico de los memes). Qué pena. Hay que tener respeto, ya no a la investidura ni al recinto, sino a una misma.
Cuando a la Senadora se le baje la borrachera y vea el video de su intervención, lo menos que puede hacer es acudir a una junta de información de Alcohólicos Anónimos, para que inicie la solución a su manera de beber, o se seguirá quemando socialmente y ni los de Frenaaa querrán invitarla a su plantón.
Despeinada, pelando los ojos y gritando horrible, dijo un montón de bravatas, mentiras e incoherencias (si no había bebido, está loca; quizás por eso el Dr Gatell recordó el problema de salud mental que representa la disonancia cognitiva).
Dijo que al Subsecretario “tuvieron que obligarlo a comparecer” y luego “que no era bienvenido al senado” ¿? ¿Obligaron a ir a una persona que no es bienvenida, o cómo? ¿? Aseguró cosas, como: “¡Usted dice que hacer pruebas no cambia el impacto ni la proyección epidemiológica! ¿verdad?”, “270 mil personas que mandaron a sus casas con covid y quien sabe qué pasó con ellas”, “¡El 73% de los intubados se mueren!”; pero cuando la senadora empezó a dar miedo de verdad, es cuando se puso agresiva y necia: “¡Y usted sabe que la palabra ‘significativamente’ en su área de especialidad, es una palabra clave ¿sí o no? (expresión de Gatell de “¡Qué pedo que esta ruca!”) “¡Le da miedo negarlo, porque sabe que mi información viene de epidemiólogos de verdad!” (Cuando se llega a este punto, yo recomiendo no discutir con esa persona, pues no tiene caso, se le va a olvidar. Lo que se debe hacer es esperar a que se le baje y entonces ya se habla con ella).
Cuando el “Fua” se quedó de a seis, fue cuando dijo: “Le voy a entregar su cetro, pequeño Virrey de las camas vacías y de los muertos en casa. Con su lealtad a ciegas al presidente, usted solo ha dado palos de ciego”. ¡Y moles, le lleva un cetro!, que obviamente no es recibido; aparte de que, comprensiblemente, el Dr. Gatell ni la mira, no le vaya dar un guamazo con el cetro; lo mejor es ignorar a las personas que llegan a ese nivel.
Lo más absurdo es que, para la prensa “chayotera”, esa senadora, devota de Provida, que se opone a que la mujer decida sobre su cuerpo ¡ahora resultó la “rebelde con pantalones para decirle sus verdades al presidente”! ¡Y aplauden palabra por palabra de su deshilvanado discurso!, en vez traducirlo al cristiano, pues estará muy encendido, pero no tiene la mínima coherencia
Cual típica persona alcohólica, ignorando “el oso” que acababa de hacer, sencillamente agarró su bolso y se fue (ya mañana se enterará de lo que hizo, con una cerveza y un caldito picoso).
El show fue tan burdo que llegué a pensar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (sospechosamente mustio desde el viernes), aprovecharía la “cortina de humo” para dar a conocer el registro del narco-partido México Libre (ojalá no se les ocurra hacerlo esta madrugada, pequeños Virreyes del madruguete y el chanchullo).