29 de abril de 2024 | 08:48 p.m.
Opinión de Horacio Urbano

    ¿Neta, otro Museo para Chapultepec?

    Oooooootro museo que, además, será ooooootro de arte contemporáneo para exagerar la saturación
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    La Ciudad de México es una de las zonas urbanas con más museos del mundo.

    Tiene tantos, que un chilango promedio difícilmente los conocerá y menos los visitará todos a lo largo de su vida.

    Aunque en busca de ser más precisos cuando hablamos de una de las manchas urbanas más extensas del planeta, lo que habría que decir es que es su zona central la que más museos concentra.

    Claro... Nunca serán demasiados, porque los museos siempre serán un bien muy preciado... Pero sí, son muchos.

    Y sí, la verdad sea dicha, este gran número de museos se concentra fundamentalmente en las alcaldías centrales, y aún más puntualmente dicho, en algunas zonas privilegiadas de ellas, lo que queriendo o no construye una burbuja cultural, que se suma al cúmulo de privilegios que caracteriza a estas zonas y sus barrios, en claro contraste con lo que sucede en otras partes de la ciudad, agravando la desigualdad que nos habla de que, queriendo o no, la capital del país se forma por una ciudad de primera, que tiene como satélites a otras muchas de segunda... E incluso, de tercera...

    Ni hablar... Por una distorsión histórica de lo que tendría que ser un modelo de gestión urbana, las inversiones se han concentrado en el corazón de la ciudad...

    No solo museos, en esas alcaldías se concentran también inversiones en todo tipo infraestructuras...

    Es tan natural esa concentración, que los programas y acciones de gobierno deben tomar compromisos claros para evitar caer en la tentación de incrementar la concentración y pensar en el resto de la ciudad cuando se trata de hacer cosas bonitas o innovadoras.

    Y no será algo novedoso, es muy conocido el caso de ciudades colombianas que, como Medellín, han hecho frente a profundos retos sociales, atendiendo los rezagos en infraestructuras que se habían convertido en causa y consecuencia de esos mismos retos.

    Es así que, por ejemplo, al momento de pensar en la ubicación para una nueva biblioteca financiada por el gobierno español y que tendría que ser un nuevo símbolo de la arquitectura de la ciudad, el gobierno de Medellín decidió ubicarla en una de las zonas más pobres y conflictivas de la que en aquel momento era considerada la ciudad más violenta del mundo.

    Y se hizo la biblioteca, que llegó acompañada de un teleférico de alta calidad, que demostró con hechos la voluntad de hacer de la inversión pública un instrumento para reducir la brecha de desigualdad, eliminar barreras físicas, reducir distancias y acercar a la gente, física y conceptualmente, a los servicios de ciudad que hasta ese momento le habían sido negados.

    Porque la inversión pública no son solo ladrillos... Es también mensaje, compromiso y acción...

    La obra pública es la poco común traducción a hechos de las promesas de campaña.

    De ahí la necesidad de cuestionar un nuevo proyecto que pretende construir oooootro museo en el Bosque de Chapultepec.

    Oooooootro museo que, además, será ooooootro museo de arte contemporáneo para exagerar la saturación, al colocar tres museos de arte contemporáneo tan, pero tan, pegados uno del otro, que no habría más de 100 metros para separarlos.

    Hay además el agravante de que el nuevo proyecto implicaría destruir el Jardín Botánico y construir sobre la zona verde del Bosque de Chapultepec.

    ¿En verdad le hace falta un nuevo Museo al centro de la Ciudad de México?

    La verdad es que no...

    Independientemente a que en estos tiempos de pandemia y austeridad sería más que procedente preguntar si no hay mejores posibles destinos para esa inversión, habría también que preguntar si, en caso de que la inversión debiera hacerse, no sería más adecuado hacerla en una parte de la ciudad en que pudiera tener un mayor impacto en el ámbito social.

    ¿No cabría preguntar si la construcción de un nuevo museo, uno tan importante como el que se pretende hacer, tendría mayor valor en una zona alejada del centro de la ciudad que nunca ha contado con equipamientos culturales de esa calidad?

    ¿No cabría preguntar si ese museo y las infraestructuras que tendrían que complementarlo tendrían mayor valor si se hicieran en una zona densamente poblada en la que faltan espacios públicos y culturales, y más de esa calidad?

    Más allá de Paseo de la Reforma, la ciudad y sus habitantes también necesitan espacio público de calidad, carriles para bicis y museos...

    El reto de hacer ciudad implica pensar en todos sus habitantes y en atender todas sus necesidades por la vía de la planeación y las inversiones.

    Claro que le caben más museos a nuestra ciudad... Esa no tendría que ser la pregunta... Lo que hay que preguntar es dónde hacen falta y evitar la salida fácil de hacerlo en la burbuja.

    * Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.