Negligencia y conflicto entre funcionarios que además mal informan o engañan al gobernador, han causado ineficacia en manejo de la crisis sanitaria por el severo incremento del Dengue en Jalisco, al grado de seguir sin decretarse la emergencia, de por sí ya tardía. En la entidad suman 32 mil 414 personas que han presentado la sintomatología característica del dengue, -sin menoscabo de los que se van acumulando minuto a minuto a causa de la picadura del mosquito Aedes aegypti-, Jalisco ostenta el primer lugar nacional en casos probables de la enfermedad, y el segundo sitio en casos confirmados de pacientes que padecen la enfermedad con 5 mil 47, lo que nos habla de que casi 40 mil jaliscienses podrían estar infectados siendo que se espera los meses de octubre y noviembre sean todavía los más críticos en la propagación del dengue que sin piedad ha atacado a los jaliscienses sufriendo ya 13 decesos confirmados en la entidad, lo cual sin duda deja de manifiesto negligencia y reacción tardía por parte de las autoridades de salud para prevenir y combatir la enfermedad.

Aun cuando el titular de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) Fernando Petersen Aranguren, ha insistido en que el incremento en el número de pacientes afectados, no responde a omisiones gubernamentales en materia de prevención, fue la propia directora de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud, Blanca Estela Bravo Lara, quien desde hace un par de semanas reconoció en entrevista con medios de comunicación que fue tarde el inicio de las acciones preventivas contra el dengue.

Y es que fue hasta el 7 de septiembre cuando ya se daba cuenta de dos defunciones en el estado y se registraban mil 546 casos de dengue, que en coordinación con la secretaría de Salud, el Ayuntamiento de Guadalajara inició las fumigaciones en apenas dos colonias, El Zalate y la colonia Campesina.

En esa misma entrevista, la funcionaria reconoció que en diciembre pasado, es decir, a la entrada en funciones del nuevo gobierno, los contratos de los brigadistas se detuvieron, pero justificó que en ese lapso que no se realizó el trabajo de prevención ante la falta de brigadistas, había campañas publicitarias en Internet y en medios de comunicación, como si ello hubiese sido suficiente, pero hoy la epidemia les está demostrando que no lo fue.

Hay versiones que aseguran, la directora, una antropóloga de profesión, pasó de desempeñarse en una biblioteca a ser la encargada ni más ni menos que de prevenir las enfermedades en nuestra entidad, y a reserva de que se confirme el trascendido, es evidente que ha sido rebasada en su tarea y por congruencia y dignidad debería renunciar al cargo, sin menoscabo de que correspondería iniciar una carpeta de investigación para determinar hasta dónde su omisión y negligencia es la causante del desbordamiento de la enfermedad en nuestra entidad.

La responsabilidad en la negligencia también la comparte la directora del Organismo Público Descentralizado (OPD) Servicios de Salud Jalisco, Consuelo Robles, quien apenas el 9 de septiembre, informaba la contratación de 140 brigadistas para realizar fumigaciones y así combatir el dengue en la Zona Metropolitana de Guadalajara, cuando ya se registraban alrededor de dos mil brotes de la enfermedad y se hablaba de dos decesos, ella recién subía imágenes a su redes compartiendo información de que estaba iniciando la capacitación a brigadistas y entrevistas rechazaba que la respuesta en la atención hubiese sido tardía.

En este sentido, es claro que existe un conflicto de coordinación, pero también de comunicación entre los responsables de la Salud en el Estado, como es también evidente que se está mal informando al gobernador, quien ha puesto atención a lo que le informan sus funcionarios saliendo incluso en redes sociales a defender lo indefendible; ha asegurado que se actuó a tiempo, que se está brindando la atención en los hospitales, que no han sido rebasados, cuando la realidad es que existe una pandemia causada por negligencia y que ya los hospitales públicos están resultando insuficientes para brindar la atención.

Pero sin duda, quien debió haber causado baja ya desde hace algunos días es el propio Secretario de Salud, que independiente de que sea buena persona o buen médico, es evidente que la responsabilidad que ostenta en el actual gobierno le ha quedado grande, baste con ver los casi 40 mil posibles infectados de dengue a causa de la negligencia en el área a su cargo.

El 25 de septiembre pasado fueron los diputados de Morena en el Congreso de Jalisco quienes reprocharon la inatención y descuidos en la SSJ en el tema del dengue y presentaron una iniciativa para solicitar además de que se declarase la epidemia en la entidad, la remoción del titular de Salud, haciendo también responsable al titular del Ejecutivo por negligencia.

"El Secretario de Salud debe actuar de manera urgente, hacer la declaratoria de alerta epidemiológica por el dengue en Jalisco, queremos que se atienda a las personas que padecen dengue; si no está dispuesto a hacer su trabajo, pedimos que lo deje", sentenció la diputada María Esther López.

El asambleísta Arturo Lemus también urgió al titular de Salud a dar soluciones, ante el problema que está representando el dengue para el Estado.

"Nos damos cuenta que, tanto el Secretario como su jefe (el Gobernador), lo único que han hecho es dar pretextos y justificaciones ante la emergencia que representa el dengue; urgen soluciones, no explicaciones. La renuncia que pedimos del secretario no es por una cuestión personal, sino porque nos está dejando ver que el servicio público no es lo suyo", declaró Lemus.

Pero los diputados rechazaron la propuesta de destitución del secretario de salud, así como declarar la alerta epidemiológica que exige la población ante la emergencia, quedando en evidencia que los legisladores responden a otros intereses y no a los ciudadanos.

A la vista de todos están las condiciones dadas para que proceda la remoción del secretario de Salud; 13 fallecimientos confirmados a causa del dengue, 5 mil 47 casos ya oficiales de personas que padecen la enfermedad, y los más de 32 mil individuos que presentan la sintomatología, así como la evidente falta de prevención, atención, letargo, y negligencia, que permitieron el problema creciera y se expandiera, debieran ser argumentos suficientes para que se exija y proceda la renuncia.

Ahora bien, más allá de que le pidan, le exijan o aprueben su destitución, el doctor Petersen Aranguren, en congruencia, por dignidad y respeto a los ciudadanos a los que le falló por su incompetencia en el servicio público, debiese presentar su renuncia porque son los jaliscienses los que están sufriendo los daños a causa de su ineptitud; ya mencionamos el recuento de la crisis que se vive en la entidad y no podemos perder de vista que, según especialistas, aún viene lo más complicado y no podemos depender de alguien que ya demostró que le quedó grande la responsabilidad que le otorgó el Ejecutivo del Estado en esta administración.