“No ser hombre de partido”. Un derecho en el que creía José Ortega y Gasset.

 

Recordé el derecho a no participar en política porque AMLO le pidió a Javier Sicilia no anular su voto.

 

¿Tiene Sicilia derecho a anular su voto? Por supuesto que sí. Y se le debe respetar.

 

Ortega y Gasset dijo muchas cosas interesantes aplicables a los políticos que conocemos.

 

“De querer ser a creer que se es ya, va la distancia de lo trágico o lo cómico”. Aplica a ciertos candidatos en campaña.

 

El alma vulgar impone el derecho a la vulgaridad, dijo Ortega y Gasset. Más en época electoral.

 

Según Ortega y Gasset, “el esfuerzo inútil conduce a la melancolía”. Tristes estarán los que no ganen la Presidencia.

 

“El malvado descansa algunas veces, el necio jamás”. Infatigables, sin duda, nuestros políticos. Todos.

 

“Hay tantas realidades como puntos de vista”. Si nuestros jóvenes protestantes lo entendieran se alejarían del fanatismo.

 

Para Ortega y Gasset el gran derecho de los jóvenes es sentirse superiores. Se equivocan, pero sienten que mandan por salir a la calle.

 

Los niños “quieren una cosa, pero no sus consecuencias”. Los que hoy, festivos, llaman a la revuelta, mañana, espantados, huirán de la violencia.

 

“No es fácil tratar con testarudos. No hay argumento que valga”. Como si Ortega y Gasset hubiera conocido a los tontos del Twitter.

 

Ser de izquierda, como ser de derecha, una de las infinitas maneras para ser un imbécil. Tantos fanáticos lo prueban.

 

Todas son expresiones de Ortega y Gasset. Vienen al caso.