Los millennials tenemos un rango de edad menor a los 30 años, años en los que nos han tocado vivir cosas buenas, malas y otras un tanto desastrosas, por ejemplo, sentir el poder de dos sismos, presenciar el Pacto por México, la aprobación de 13 reformas estructurales, la desaparición de 43 normalistas y recientemente la muerte de tres estudiantes de cine a manos del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Nacimos cuando gobernó Carlos Salinas (1988-1994), vivimos nuestra infancia con Ernesto Zedillo (1994-2000), nuestra adolescencia con Vicente Fox (2000-20016), nuestra juventud con Felipe Calderón (2006-20012) y nuestra mayoría de edad con Enrique Peña Nieto.
Sin duda, todos con vivencias diferentes pero con un común denominador: los malos gobiernos.
Del Gobierno de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo no guardo ningún recuerdo vivencial, conozco lo sucedido por lo que he leído en libros y escuchado en los medios de comunicación; en cuanto a Vicente Fox, viví junto a mi familia la euforia que trajo su triunfo y recuerdo a mis vecinos celebrar “el cambio” que nunca llegó; el sexenio de Felipe Calderón es una especie de “mal sabor de boca” que no termino de digerir y el de Peña Nieto es un presente que quiero cambiar.
A finales de 2006, Felipe Calderón puso en marcha la llamada guerra contra el narcotráfico y en 2012 Peña Nieto continuó con la misma estrategia de seguridad, lo que ha derivado en un sinfín de desapariciones y ejecuciones, que no solo no han terminado con el narcotráfico ni con los grupos de la delincuencia organizada, sino que han truncado la vida de miles de jóvenes como tú, como yo, pues según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SENSP) uno de cada cuatro ejecutados en dicha guerra, es joven.
De acuerdo con el Banco Mundial en “La violencia juvenil en México” entre 2008 y 2010 la tasa de homicidio juvenil se triplicó, pasando de 7.8 a 25.5 homicidios por cada 100 mil habitantes. Asimismo, señala que durante el gobierno de Calderón, en promedio hubo 1,743 adolescentes víctimas de homicidio por año.
Mientras que en los primeros cuatro años del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto 31 mil 552 jóvenes fueron víctimas de homicidio.
Entre 2007 y 2018, una de cada tres desapariciones que se registraron en el país fueron de jóvenes entre los 15 y 24 años, la suma asciende a 9 mil 404 jóvenes, el equivalente al 27% de las personas no encontradas (SENSP).
La Comisión Nacional de Derechos Humanos, señala que los jóvenes han sido víctimas pero también victimarios, ya que se tiene registro que desde 2010 la mitad de los delitos han sido cometidos por jóvenes entre los 18 y 24 años quienes, resalta, son vulnerables por falta de oportunidades.
Todas estas cifras reflejan que los Gobiernos del PRI y del PAN no han podido frenar la violencia en contra de los jóvenes y tampoco han sido capaces de brindarnos nuevas oportunidades; y por el contrario, los índices de delitos como el homicidio y la desaparición forzada han ido a la alza en estos años.
Frente a ello, estoy convencida de que requerimos un tiro de timón, exijamos al próximo presidente de México que base su estrategia de seguridad en la recuperación de la paz; en atacar las causas que dieron origen a la violencia porque sin paz no hay desarrollo, ni económico, ni educativo, ni de ningún tipo.
Salgamos a votar este primero de julio y a través de nuestro voto millenial cambiemos el rumbo de la historia.
¡Seamos los Avengers de estas elecciones y construyamos juntos un nuevo y mejor futuro!