La competencia por el gobierno del Estado de Michoacán, ha comenzado a dar lectura aunque los tiempos electorales relativamente estén ubicados en un periodo altamente prematuro. Sin embargo, la característica de nuestro sistema político Nacional, se distingue por elaborar destapes anticipados que son calificados, como estrategias colocadas a fin de establecer un precedente o un impacto que se extienda a lo largo y ancho de los territorios. Esta premisa, produce una identificación favorable que surge a través de un escenario que permite descifrar con más claridad la realidad insoslayable para que exista una transición de partidos.
En el caso de Michoacán, hay una inclinación que estaría afirmando que el próximo gobernador de este Estado: será emanado de las filas de Regeneración Nacional. Hace unos días fundamentaba ese hecho a través de un ejercicio que evaluaba las posibilidades cuantitativas de cada uno de los partidos políticos.
No me sorprendió descubrir a Morena como puntero de la encuesta que realizó una institución dedicada a este rubro; la tendencia desde el 2018, ha mostrado una creciente simpatía que ha arrastrado la capacidad de una imagen que representa Andrés Manuel López Obrador; asimismo es la forma que imprime la animadversión enorme, que surge de la interpretación del cansancio generalizado por los malos gobiernos.
De igual forma, ha sido determinante la debacle que ha tenido el PRD a nivel Nacional; ese hecho evidentemente fue un golpe durísimo para la estructura local, por conservar el último bastión que posicionó un enclave estratégico que alimentaba el escenario competitivo por la figura del Cardenismo.
Eso explica los matices que fortalecen la hipótesis de que Morena gane el Estado de Michoacán; puede apreciarse a todos luces, la clave que traería esa posibilidad que se ha ido consolidando cada vez con mayor fuerza. A pesar que en el seno de la dirigencia Estatal del PRD, estén trazando un trayecto de reconstrucción, no veo como disputarle una contienda competitiva a Morena. Primero, porque han sufrido una polarización interna recientemente, ya que varios cuadros han abandonado las filas, a fin de tomar una ruta inversa que afiance aún más las posibilidades de derrota para el sol azteca. Asimismo, hemos comprobado que no necesariamente hay que realizar una coalición multipartidista de polos distintos, y menos cuando ideológicamente anteponen la doctrina ideológica. (En la discursiva narrativa, “dicen que ya aprendieron”)
Además de todo lo anterior, ayer se publicó la evaluación de El Financiero que sustenta una aprobación del 30% al mandatario Estatal: Silvano Aureoles. Evidentemente es un promedio muy bajo, y trae un impacto negativo que abre más la brecha y la probabilidad para las definiciones a posteriori. Observo que difícilmente podrá revertir la eventualidad de retener la administración. Habiendo una evidencia tan clara, obviamente aumenta considerablemente la existencia real de que Morena sea el referente principal para la elecciones del 2021 en Michoacán.
En el PRD no existe políticamente hablando; ya lo preparan para transformarlo en futuro 21, que es una engañosa plataforma que representa los intereses de aquella fatídica coalición de por “México el Frente”. No tiene remedio, está desdibujado y su estructura es prácticamente inexistente luego de tantos fracasos, servilismo y traición que no contrarrestaba la posibilidad real para ser una bloque progresista y de izquierda; todo eso produjo inestabilidad y escaso liderazgo.
Este esquema desgastado, naturalmente traerá un efecto que explique por qué constituye un desafío quimérico retener el poder; eso provocará que el PRD pierda su último bastión Nacional, es un hecho prácticamente inexorable.
La alternancia de partido, parece arrojar un posible escenario que favorezca al senador Cristóbal Arias Solís; pero de igual manera, hay perfiles que pueden estar fuertemente bien preparados para cualquier consenso que permita designar el candidato; hasta ahorita se ha podido verificar que el superdelegado federal Roberto Pantoja, así como el presidente de Pátzcuaro Víctor Báez son opciones que están en la baraja de la dirigencia Estatal y Nacional, pero sobre todo en la corriente de opinión de la ciudadanía.
Actualmente es este el clima que se vive en Michoacán.
En esta connotación, surgen también destapes de una virtual candidatura. En la coyuntura del PAN, el pasado domingo perfilaron a Marko Cortés, actual dirigente Nacional de PAN, quien a pesar de ser una emulación de Ricardo Anaya, es la figura ampliamente visible que tiene el territorio michoacano. En el caso de que no construyan un frente de adhesiones bipartidistas o tripartidistas, el PRD estará listo para ponderar, cuya carta más fuerte es Antonio García Conejo, medio hermano del gobernador y senador de la República.
Notas finales: observo dos escenarios posibles que pueden incursionar en las elecciones del 2021 en Michoacán. El primero, que todos los partidos hagan un frente para competirle a morena; una correlación que no importa si antepone a los principios; lo medular es contener el impacto que esté generando Morena. Las dirigencias en teoría dicen que “no”, sin embargo, siempre están abiertos al diálogo para negociar y ejecutar pactos a costillas de la militancia, que ha quedado excluida de la toma de decisiones. La segunda es que exista la civilidad y los consensos en Morena; el partido regeneración, debe privilegiar que las posibilidades son altamente factibles a ganar el Estado; empero, este instituto político, tiene la obligación cerrar filas y las ventanas porque hay muchos oportunistas que ya merodean en la dirigencia Estatal, o aprovechan los escenarios público a fin de promocionarse.
Nos vemos pronto