Si usted vive en la Ciudad de México, seguramente ha ido en Semana Santa a comprar pescados y mariscos al Mercado de la Viga. Dicen que en este mercado pudiera encontrar estos productos tan frescos como si los hubiera comprado en el lugar donde fueron pescados.
Dentro de las tradiciones, que no son necesariamente obligatorias, marcadas por la iglesia católica, se sabe que en cuaresma no se debe de comer carnes rojas o cualquier producto derivado de esta los viernes. Esto como un símbolo de penitencia y sacrificio para ofrecerlo como parte de la celebración. Esta tradición se hace más fuerte el Viernes Santo, día lleno de simbolismo. Repito, es una tradición, pero no es algo que sea obligatorio.
Pues parece que ayer se les olvidó a los chilangos guardar “Susana Distancia” y se abarrotaron en el famoso mercado para “cumplir” con la tradición de comer pescado o mariscos el Viernes Santo.
Después de todas las advertencias, de todas las indicaciones, del tiempo que muchos de nosotros nos hemos guardado en casa, que hemos practicado el distanciamiento social, que no hemos visto a nuestras familias, llega un montón de personas irresponsables que por tradición comen pescados y mariscos en estos días que se pueden convertir y seguramente se convertirán en portadores y “contagiadores” del virus que tanto se ha querido contener.
Recapitulemos sobre la tasa de contagio, en el caso del coronavirus la tasa es de 1.4 a 2.5, es decir una persona infectada puede infectar a entre dos y tres personas, también se habla de los “supercontagiadores” que pueden infectar hasta 16 personas. La tasa de mortalidad no es tan grande como la de otras enfermedades, lo malo es que la tasa de contagio es mayor a la de otras enfermedades y todos nos podemos contagiar, lo que hace que todo esto sea más peligroso para todos.
Muchos de los que acudieron al Mercado de la Viga seguramente criticaron que no se haya suspendido el evento de “Vive Latino” en la ciudad. También son de los que critican al gobierno por la forma de contener la pandemia. Otros de ellos creerán que, al ser una tradición religiosa, “están protegidos” de cierta manera ante el contagio, aunque no lo sea así.
En estos días he visto comentarios aislados que son dignos de enmarcarse en el museo de la estupidez humana. Leí sobre una vegana en redes sociales que dice que no la pueden criticar por salir a la calle y no mantener la distancia social, que los virus son purificadores y que si comemos bien y hacemos ejercicio no corremos peligro. Esta señora también es antivacunas. He visto también en redes, personas “que ya no aguantan el encierro” y van a una estética irresponsable y casi clandestina, a hacerse el pelo y las uñas arriesgando la salud de sus familias y de todas las personas que atienden a ese local. He sabido de personas de diferentes religiones que se arriesgan diciendo que “ellas están protegidas” y que la protección divina las salvaría. Vemos a los que se reúnen en fiestas sabiendo que las aglomeraciones, por más pequeñas que parezcan, son focos de contagio. Estas personas no están pensando en el peligro que están poniéndonos a todos.
Para los que fueron al Mercado de la Viga, lamento decirles que son unos irresponsables. Que el ir a un mercado, sabiendo que habría mucha más gente, pone en riesgo a sus familias, a sus vecinos, a la sociedad y a la ciudad entera. Los vendedores del mercado tienen que vender para sobrevivir pero hay muchas otras maneras de lograr la venta sin poner en peligro a los demás. Esta Semana Santa, no es tiempo de vacaciones. Esta Semana Santa, se guardan las tradiciones de manera diferente y no yendo a un lugar donde se pone a la sociedad en peligro.
En estos días, los mensajes de la gente de la Secretaría de Salud han sido muy claros, no salgas de casa a menos que sea necesario, quédate en casa para proteger a tu familia. El mismo Papa en años anteriores ha dicho que la época de cuaresma no se trata sólo de lo que puedes y no puedes comer, sino de hacer actos de caridad. ¿Usted cree que salir a un lugar lleno de gente a comprar pescado, porque no se puede comer carne, es un acto de caridad? Definitivamente no.
Hablando de tradiciones, las celebraciones eucarísticas en todo el mundo han sido suspendidas. En el Vaticano, todas las celebraciones por la Semana Santa se están llevando a cabo sin personas. La tradicional representación de la Pasión de Cristo en varios pueblos y ciudades se ha suspendido. En el acto de hoy, donde tradicionalmente el Papa besa la cruz, no la besará no porque no esté sanitizada, sino para dar un ejemplo para los que estamos viviendo esta pandemia.
Si no se están llevando a cabo las celebraciones de Semana Santa en los templos, si no hay misiones, si no hay celebraciones eucarísticas de ningún tipo, ni las de difuntos, ¿usted cree que es importantísimo no comer carne en viernes? Creo que la respuesta la tenemos en los actos de las diferentes iglesias y religiones del mundo.
No creo que queramos llegar a que en nuestro país se hagan los toques de queda tan restrictivos como los que se están haciendo en otros países. Los que acudieron al Mercado La Viga de una manera irresponsable, ya en la etapa 2 de la pandemia, pueden ser los principales responsables de que la cuarentena que muchos de nosotros hemos guardado responsablemente no sirva para nada.
Esperemos que las consecuencias de este acto de irresponsabilidad sean las mínimas y que durante los días que sigamos en cuarentena seamos lo suficientemente responsables como para evitar este tipo de aglomeraciones. No obliguemos a las autoridades a que pongan medidas de contención más agresivas y restrictivas que las que se están tomando ahora donde confían en la inteligencia y en la prudencia de las personas.
Veámonos en el espejo de España e Italia, muchos de ellos no siguieron las recomendaciones y ahora viven en un escenario apocalíptico. Muchos de los contagiados les llegó la enfermedad sin salir de casa, se las trajo alguien que no le importaron las consecuencias y las recomendaciones dadas por las autoridades.
Si usted busca hacer abstención, coma solo tortillas y frijoles con un vaso con agua. Si usted busca hacer un sacrificio, solo piense que el mismo encierro ya es una forma de hacer penitencia. Si usted quiere ayudar, no salga, quédese en casa. Las personas que no están guardando la cuarentena y no tienen las debidas precauciones al salir de casa por razones necesarias se convierten de manera automática en corresponsables de los contagios. Lo hemos hecho bastante bien hasta ahora, no echemos a perder todo por unas tradiciones que no son obligatorias en otros tiempos, menos ahora. Quédense en casa, por favor, quédense en casa.