En El Financiero la nota y la foto.
Dice el diario de Manuel Arroyo:
√ “Carlos Salinas de Gortari, expresidente de México, afirmó que a 500 años de la primera publicación de El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo, se puede decir que ‘muchos gobernantes y políticos han leído esa obra, pero pocos la han entendido’…”.
√ “El mandatario mexicano de 1988 a 1994, subrayó que ‘estamos en un momento maquiavélico, porque la República está ante un gran riesgo, el de renacer o el de desaparecer’…”.
√ “Durante su participación en la ponencia ‘Realismo e idealismo en Maquiavelo’, que se realizó en el Instituto Mexicano para la Justicia (IMJUS), mencionó que, como dijo el florentino, ‘el riesgo es alto para la República si las circunstancias cambian y el gobernante no cambia su forma de proceder, porque las Repúblicas también perecen’...”.
¿De qué habla Salinas?
¿La desaparición de la república? ¿La mexicana? ¿La idea de la república? ¿Cualquier república? ¿Si desapareciera México como república, habría monarquía o algún otro sistema autoritario? ¿Salinas como la opción después de que acabe la república? ¿Por qué hablar de la muerte de la República a un mes de que llegue a la Presidencia de México un gobernante de izquierda, el primero de esa ideología en nuestro país? ¿Habla Salinas como teórico que no es? ¿Se expresa como perverso hombre de poder que sí es? ¿Anuncia un ataque contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador? ¿Sería exagerado pensar que alguien como Salinas de Gortari, el gobernante del sexenio de los asesinatos políticos —Colosio, Ruiz Massieu, hasta el cardenal Posadas— está maquiavélicamente deslizando la idea de un golpe de estado en nuestro país?
¿Y Nuño?
Lo más lamentable es ver en la foto sonriendo al lado de Salinas al priista más brillante, Aurelio Nuño, uno de los que podrían encabezar la reconstrucción democrática del PRI. Hay gente ilusionada ante la posibilidad de que los tricolores jóvenes se cohesionen para refundar a su partido, por ejemplo con el eficaz activista Alejandro Alito Moreno dirigiendo al priismo acompañado por el más que acádemico Nuño encargado de darle nuevo sentido ideológico a un grupo político que muchos dan por muerto, pero que está absolutamente vivo en la cultura política de México. El hecho es que Nuño, a carcajadas con Salinas para la foto, quita la ilusión a los priistas. Porque si el modelo para rehacer al PRI es el personaje central del gobierno de los crímenes políticos, no hay futuro para el viejo partido. Claro que no. Una pena que Aurelio se haya prestado a ese show salinista de una probable destrucción de la república. De plano, se equivocó el joven colaborador de Enrique Peña Nieto.