A más de dos años de gobernar al país, Morena sabe que las cosas no les han salido nada bien y que las consecuencias se verán reflejadas en las urnas el próximo seis de junio.

Aunque el compañero presidente y camarada asegure tener “fuerza moral” los problemas han empeorado, con un perverso ingrediente extra, la polarización de la población.

Con la 4T los problemas en inseguridad, corrupción, salud, economía, medio ambiente y democracia se han acentuado.

El eterno candidato

Con la mayor parte de su vida política en campaña o encabezando algún movimiento, AMLO es un experto en elecciones que ya se percató de que esta vez Morena no ganará la mayoría en la Cámara de Diputados, ni en más de 17 Congresos locales necesarios para ratificar sus reformas Constitucionales, por ello, antes de la elección y de que concluya el actual periodo ordinario de sesiones, va por todo para tener los hilos del poder concentrados en sus manos.

Antes de que cambie el escenario político decidió mandar al Congreso una retahíla de iniciativas de ley anticonstitucionales para su aprobación, con ellas pretende una concentración del poder tal, que le permita literalmente “mandar al diablo” a las instituciones y al Estado de Derecho.

A la fecha cinco de sus iniciativas terminaron impugnadas y fueron turnadas a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ser validadas, por eso ahora lo que AMLO pretende es controlar y dar órdenes desde Palacio Nacional a la SCJN.

Entre las leyes, producto del autoritarismo de AMLO, están la de la Industria Eléctrica, la de Hidrocarburos, la del padrón de Celulares y datos biométricos, la de la FGR y la cereza del pastel, la reforma al Poder Judicial.

Desde que asumió el poder el compañero presidente, ha faltado a uno de los principios básicos de la democracia: el respeto a la pluralidad, a la diversidad, la división de poderese incluso al principio básico de cualquier democracia, el de cumplir y hacer cumplir la Constitución.

Legislativo sumiso

Ordena a los diputados cuáles iniciativas y cómo -sin cambiar ni una coma- deben ser aprobadas y ni siquiera son propiamente debatidas, la fórmula es aplicar la “aplanadora” de Morena en cumplimiento a las instrucciones del tabasqueño.

A pesar de ser aprobadas en el Congreso de la Unión, la mayor parte de sus iniciativas, abiertamente inconstitucionales, resultan impugnadas y pasan a la SCJN para que esa instancia se encargue de determinar su constitucionalidad.

Lo que resulta lamentable es que para AMLO y sus partidos Morena, PVEM, PT junto con la “morralla” de partidos políticos activados con líderes sindicales corruptos como Elba Esther Gordillo y Pedro Haces, su secta de evangélicos o el mercenario más grande de la política, el dueño de MC, Dante Delgado, la expresión republicana no existe, con tal de no perder sus beneficios, se limitan a cumplir las órdenes del dictador.

A AMLO le preocupa que Morena como partido, depende única y exclusivamente de él, candidatos, funcionarios, legisladores y sus corifeos, son simples “levanta-manos”, viles y serviles del poder a cambio de beneficios personales. Él sabe que por sí solos, difícilmente podrían ganar una campaña electoral, al grado de que sus propuestas y discurso de campaña sea repetir y repetir los dichos y ocurrencias del “mesías tropical”. El poder de un solo hombre.

Por ahora, la reforma que más le interesa a AMLO es la de la SCJN, porque, según él, sólo el actual presidente de la Corte, Arturo Zaldívar puede garantizar la transformación del Poder Judicial. Zaldívar, junto con la ministra Esquivel, esposa del asesor de AMLO, José María Rioboo, serán los encargados de custodiar la ambición dictatorial de poder del jefe del Ejecutivo para que dependa de lo que se discuta en el Congreso, porque lo sabe perdido.

Uno de los acérrimos opositores a la iniciativa de reforma al Poder Judicial y particularmente al artículo 13 transitorio es Porfirio Muñoz Ledo, diputado por Morena, el mismo que tomó protesta a AMLO como presidente, en el acto donde juró respetar y hacer cumplir la Constitución. Muñoz Ledo, un jurista digno de respeto fue claro y contundente: 

“Me opongo con toda la fuerza y convicción de mi ser, con todo el esfuerzo memorioso, que hemos hecho desde 1988 para instaurar en el país un orden democrático y no de una República autoritaria a este insensato proyecto de volar la Constitución Política de este país”.

Lo peor es que de acuerdo con lo que ha trascendido, la propuesta de reforma al Poder Judicial se hizo, como los viejos y cuestionados acuerdos de la Mafia del Poder.

Además, Julio Scherer, Consejero Jurídico de presidencia fue acusado por Muñoz Ledo de generar presiones: "Están haciendo presiones de todo tipo, a mi me han hecho amenazas, a mi colaborador más cercano, no a mi, provienen todas, he checado los números, de gentes de arriba, de gentes de mi amigo, hasta ahora, Julio Scherer García, hijo de un gran periodista".

Ya no quedan dudas de cómo alienan a los diputados desde Palacio Nacional ni de las “triquiñuelas” para que se aprobará la iniciativa.

AMLO se ve perdido y la desesperación lo lleva a ejercer las prácticas más antidemocráticas al atentar contra la ley, la Constitución y las Instituciones para imponer su supuesta “superioridad moral”.