2 de mayo de 2024 | 09:14 a.m.
Opinión de Manuel Díaz

Mito 9: Energía para el pueblo

La iniciativa de reforma para la Ley de la Industria Eléctrica de AMLO significa: oponerse al cambio.
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“Tenemos que garantizar el compromiso que hicimos con el pueblo de no aumentar el precio de la luz y llevamos dos años sin que aumente el precio de la luz. Cuando ellos mal gobernaban, constantemente aumentaba el precio de la luz como aumentaba constante el precio de las gasolinas, los gasolinazos”.

AMLO.

AMLO repite una y mil veces una mentira.

Lo que el presidente no dice es que al estabilizarse los precios de los energéticos empezaron a bajar, no de forma artificial, sino por condiciones de producción y de mercado, de hecho, si ahora los precios de los combustibles no han subido, es porque aún no ha podido derogar la reforma energética.

Las fantasías

Una de las obsesiones de AMLO es lograr el control patrimonialista del sector energético para usarlo como palanca de financiamiento de los proyectos políticos de la 4T.

Así sucedió en las administraciones de Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos cuandohundieron al sector energético e hicieron de Pemex y la CFE la “caja chica” para financiar las campañas electorales del PRI.

Es lo que hoy quiere hacer Andrés, regresar a Pemex y a CFE a su peor época de corrupción, desfalco y freno a la inversión.

Lázaro Cárdenas

Estos dos mandatarios le dieron la espalda a la reforma energética del general Lázaro Cárdenas del Río, es por eso que AMLO no hace referencia a este gran presidente.

La reforma de Cárdenas, no se oponía a la inversión privada: “Podrán celebrarse contratos con los particulares, a fin de que estos lleven a cabo, por cuenta del gobierno federal, los trabajos de exploración, ya sea mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los productos que obtengan” (Ley reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, promulgada el 30 de diciembre de 1939). Algo similar a lo que fue la reforma energética de la que tanto se queja AMLO.

Lo mismo sucedía con refinerías y oleoductos, según el gobierno cardenista, en al artículo 12 del reglamento: “La Secretaría de la Economía Nacional podrá otorgar concesiones para la construcción de refinerías y oleoductos y para la distribución del gas…”.

Pero esto cambió de acuerdo con los intereses político-electorales en los periodos de los Adolfos.

En 1958, Ruiz Cortines declaró el monopolio del Estado en la industria petrolera. “Sólo la Nación podrá llevar a cabo las distintas explotaciones de los hidrocarburos”, artículo segundo de su reglamento e incluyó gasolinas, gas y hasta la elaboración, almacenamiento y transporte de los derivados”. Ese reglamento, estuvo vigente hasta antes de la reforma energética de 2014.

Fue el tiempo de la peor corrupción en Pemex, con la Quina, Sergio Bolaños y Chavita Barragán, luego con el famoso Pemex Gate, Oceanografía y muchos más actos de corrupción, protagonizados por el aliado de AMLO, Carlos Romero Deschamps.

En 1960 Adolfo López Mateos prohibió los "contratos de riesgo" en el sector de Energía, y en 1960 instruyó su secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena nacionalizar los dos grandes grupos de la industria eléctrica.

Hasta antes de la reforma energética de 2014, México era el único país del mundo que no permitía ningún tipo de participación privada en exploración y producción de hidrocarburos, a diferencia de países como Cuba, Venezuela, China o Corea del Norte.

La reforma energética de 2014 dejó a las empresas del Estado, Pemex y CFE, como empresas predominantes inmersas en un proceso de saneamiento después de décadas de corrupción y anquilosamiento que las mantenían totalmente obsoletas y lejos de cumplir con la demanda de energía del país.

A pesar de las críticas de AMLO y Nahle, PEMEX y CFE eran empresas preponderantes en el mercado energético y se buscaba fortalecerlas con un proceso de transición energética, ademásPemex no había perdido presencia en el mercado, en otras palabras, AMLO las recibió con claras posibilidades de crecimiento y en proceso de modernización.

Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), órgano regulador encargado de los procesos de licitaciónen noviembre de 2018, consideraba que "Pemex es la empresa con el mayor conocimiento sobre el potencial de hidrocarburos del país". Según el reporte del tercer trimestre de ese año, Pemex estaba a la cabeza con 20% de los 70 bloques licitados y era socio de nueve empresas de un número similar de nacionalidades.

A quebrar

El compañero presidente empieza a utilizar las medidas populistas que hundieron al sector, como el regalar la luz, por motivos político-electorales, a sus paisanos de Tabasco.

Otro fenómeno aún más grave, es servir de trampolín para vender energía a sus nuevos aliados, mientras México deja de utilizar gas natural en la generación de electricidad para usar combustóleo y carbón.

¿Qué pasa con el gas natural?

Pues se lo venderá a China sacrificando a nuestro país.

Lamentablemente, lo que la iniciativa de reforma para la Ley de la Industria Eléctrica de AMLO significa, es oponerse al cambio y aferrarse a mantener el manejo patrimonialista, populista y corrupto. Es retroceder décadas y estamparle en la cara al general Cárdenas su reforma energética y todo con el fin de obtener una fuente inmensa de recursos para Morena y así perpetuarse en el poder.