Estamos ante una transformación política sin precedentes donde la democracia, la libre expresión y la incorporación del desarrollo tecnológico, quedarán supeditados a situaciones de fe y de principios religiosos.

La crisis de los partidos políticos, desde Morena hasta el PES, pasando por el PRI, el PAN y toda la morralla oportunista como MC, PVEM, PT, los cuales no tienen programa definido, no tienen principios básicos y sólo se han convertido en agrupaciones de interés personal y político, para alcanzar posiciones de poder, muestran que en México atravesamos por una profunda transición política, donde las expresiones ya no corresponden a partidos de izquierda, centro o derecha.

Ahora, la arena política se debate entre fundamentalistas religiosos y populistas económicos y sociales.

Falso que Morena sea de izquierda

Hablar de Morena como un partido de izquierda es una falsedad. La composición de este partido radica básicamente en la recuperación del espíritu priísta de la década de los cuarenta, el nacional revolucionario. En sus filas no hay verdaderos pensadores o luchadores de izquierda lo más que hay son algunos surgidos de la categoría descrita por Carlos Marx como el “Lumpen Proletarios”.

 

El perdón de don Andrés

La expresión que quizá muestra con mayor claridad este contraste entre fundamentalismo religioso y crisis de los partidos es a través de una cita del compañero presidente y camarada Andrés Manuel López Obrador en la lucha electoral. Cuando él era del PRD en la contienda electoral en Tabasco, señaló a candidato del PRI de esta manera: "El candidato del PRI, ya saben ustedes quién es, es el corrupto, el tal Evaristo Hernández Cruz”.

Años después AMLO, el redentor le dijo: "Todo el que está en el PRI, pero se arrepiente de todo lo que hizo mal y decide pasarse a Morena, puede ser perdonado”. Hoy Evaristo es el alcalde de Centro por Morena.

 

PriMor: del nacionalimo revolucionario a cristianismo

Por otra parte, mientras Morena mantiene la bandera del nacional revolucionario priísta, con un esquema “populista” utilizado precisamente por el PRI ante una falta de oposición, su líder, AMLO entra en choque con ellos al mantener un principio religioso que en muchos sectores de Morena no ha permeado.

AMLO ha mostrado un mayor acercamiento con las iglesias evangélicas que con su propio partido. En febrero de 2019 se reunió en privado en Palacio Nacional con 20 pastores de Iglesias cristiano-evangélicas del país quienes le regalaron una biblia y le manifestaron su apoyo al programa de combate a la corrupción y a la impunidad.

En aquella ocasión, Arturo Farela, pastor presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas-Evangélicas (Cofraternice), explicó que llegaron a “expresarle nuestro apoyo a la cuarta transformación, porque nosotros creemos lo que la Biblia dice: que la corrupción y la violencia, solamente a través de la Fe en Jesucristo, se puede transformar, y apoyamos de igual manera al presidente de la República en su decisión de la lucha en contra de las adicciones”.

En algo inesperado y fuera de lo común de la liturgia política, Farela reveló que “yo he orado muchas veces con el presidente de la República, inclusive fui llevado a juicio, fui llevado al Tribunal Federal Electoral […] él y yo somos amigos de muchos años, entonces, hemos orado en muchas partes del país, él ama a Dios y ama la Biblia, por eso la cita frecuentemente”. También revelaron que ofrecieron al presidente las instalaciones de los templos cristianos-evangélicos en el país para apoyar la operación de los programas sociales.

En junio del año pasado, AMLO reafirmó ser seguidor de Jesucristo porque éste defendía a los pobres y estaba en contra de la opresión. “En esa religión tenemos prohibido permitir la corrupción y en esa religión me prohíben los lujos y la fantochería”.

 

Cartilla Moral

En el mes de julio, como lo comprometió AMLO, se inició la distribución de la cartilla Moral, cuyo primer lote de 10 mil ejemplares se comenzó a repartir en las iglesias evangélicas. Arturo Farela aseguró que esa cartilla no solo será difundida en sus templos, sino que sería llevada casa por casa y se daría a conocer en eventos multitudinarios organizados por las iglesias Cristianas Evangélicas.

AMLO mantiene un principio religioso para gobernar, que no está en Morena. El Plan Nacional de Paz y Seguridad establece una Constitución moral para "regenerar la ética de la sociedad" y por ello, afirmó también, que confía en que va a conseguir la paz en el país y el cese de actos criminales pues –dijo– su gobierno tiene “la autoridad moral” para hacerlo.

 

La economía Moral

El primero de diciembre pasado, dio a conocer su libro La Economía Moral que no es otra cosa que la consolidación de sus principios morales basados en su religión con los cuales está gobernando. Para ello no recurrió a su partido ni a las bases de éste, sino a las organizaciones evangélicas que tienen presencia en el país.

Sobre el libro, AMLO comentó: “Aquí está el fundamento de nuestra política, lo que se aplica en el periodo posneoliberal, ya ven que siempre decían que no había de otra. Aquí está el modelo alternativo”. No se refirió a Morena, no redactó su libro con los principios básicos y plataforma de su partido, lo hizo con un principio de fe religiosa, con sus creencias.

Tal es lo disruptivo de la propuesta de AMLO, que se puede observar en la calificación de él y sus funcionarios después de un año de gobierno. Mientras que sus principales colaboradores como Eréndira Sandoval, Manuel Bartlett, Javier Jiménez Espriú entre otros prácticamente están reprobados y su partido Morena empieza a perder preferencia, AMLO como líder moral aparece con más del 65 por ciento de aprobación.

En otras palabras, solo existe un redentor, las instituciones y los programas no importan, como tampoco importan los resultados. En un proceso fundamentalista, lo que importa es la retórica y la fe que se tenga al líder moral.