Tan mal marchan las cosas en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador que ha llegado el punto en el que las Fuerzas Armadas deben convertirse en “todólogos” para atender tareas que conciernen a la administración pública federal.

Por falta de capacidad y profesionalismo, corrupción y desentendimiento en todos los ámbitos, se comienzan a acumular los problemas en el gobierno del compañero presidente y camarada donde su gabinete parece incapaz de enfrentarlos y atenderlos adecuadamente, circunstancia que implica una de dos para el camarada presidente, o es que tiene un gabinete incapaz, corrupto y falto de respeto a las instituciones o; simplemente que su propio gabinete no le hace el menor caso y actúan bajo su propia agenda.

Pareciera que AMLO decidió resolver su dilema recurriendo a las Fuerzas Armadas. El presidente solo confía en el Ejército y, para justificar su decisión, comenta que nunca han dado un golpe de Estado o desobedecido a la autoridad civil.

Así lo ha dicho en diversas ocasiones: “Lo dije y lo he repetido muchas veces, y no me voy a cansar, no me voy a cansar de expresarlo: este Ejército surge del pueblo, los soldados son pueblo uniformado y es un Ejército leal a las instituciones, un Ejército que nunca ha dado un golpe de Estado desde que surgió, desde la época de Carranza. Nunca el Ejército ha desobedecido a la autoridad civil y es un Ejército profesional y un Ejército con oficiales honestos. No hay generales que pertenezcan a la mafia del poder, son leales servidores de la nación”.

¿Donde quedó la dignidad del Ejército?

El Ejército pasó de ser el máximo cuerpo de defensa del país, a realizar tareas de seguridad pública, a pesar de que AMLO en campaña había dicho que los sacaría de la calle porque no era su función. Sin embargo, ahora les ha confiado también labores de construcción, la edificación de bancos y hasta de un aeropuerto; desarrollo social, reparto de libros y medicinas, plantación de árboles y hasta el traslado de las cenizas de José José o el rescate de un ex presidente perseguido en Bolivia y cada día les asigna más y más tareas.

A inicios de su gobierno, cuando se dio la escasez de combustible por el Plan Nacional contra el huachicol, el Presidente recurrió a la Sedena para custodiar las nuevas pipas que se adquirieron en un plan de distribución paralelo a los ductos.

También fueron los encargados de establecer guardias para evitar la ordeña de ductos y de colocar concreto en aquellos más críticos a fin de evitar el robo. Otro de los elementos más icónicos es la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Santa Lucía ‘General Felipe Ángeles’. En cuanto a programas sociales, el Ejército está a cargo de Sembrando Vida, poniendo a disposición los viveros de la Sedena y apoyando a los campesinos a plantar árboles y darles seguimiento.

Ante la escasez de medicamentos, la Sedena ayudó a la Secretaría de Salud para garantizar el abasto en aquellas zonas donde había más quejas.

Ahora también será la encargada de la distribución de la vacuna contra el covid-19, ya que, según el presidente, es la única institución que garantiza que pueda llegar a todo el pueblo de México.

Lo mismo sucedió al inició el ciclo escolar 2019-2020, que por órdenes de AMLO se encargaron de distribuir los libros de texto gratuito debido a los retrasos que se dieron en la impresión por los cambios en los procesos de licitación para la compra de papel.

AMLO quiere que el Banco del Bienestar sea el más importante de la nación, por eso le asignó al Ejército la construcción de 100 sucursales a fin de lograr dos mil 700 en dos años. Asimismo, se anunció la creación de un grupo especial dentro de la Sedena para que el gobierno federal tenga su propio equipo de traslado de valores y sean los soldados quienes repartan en estas sucursales los más de 300 mil millones de pesos que se van a programas sociales.

También la Marina, ya no solo vigila la seguridad de los puertos mercantiles y aduanas marítimas, ahora también hace las funciones administrativas

Este fin de semana el camarada presidente anunció una ultima encomienda al Ejército que ha levantado mucha expectación: entregará a las Fuerzas Armadas la operación y administración de tres tramos del Tren Maya, de aeropuertos del sureste del País y del Felipe Ángeles mediante una empresa que destinará el dinero a pensiones de militares jubilados, y evitar así su privatización.

¿No confía en su gabinete? 

En otras palabras, AMLO no les tiene confianza a sus secretarios de Salud, Comunicaciones y Transportes, Educación, Bienestar, Agricultura, Seguridad Pública, Hacienda y Medio Ambiente.

Es decir, el Ejército empieza a adquirir un poder político que nunca tuvo en prácticamente un siglo, mientras tanto las autoridades civiles se fragmentan y pierden peso, esto hace que el actual gobierno se convierta en gobierno de un solo hombre, el del “Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas”, en otras palabras, estamos transitando a un régimen autoritario y dictatorial.

El trasfondo de la 4T es la transformación de un régimen plural democrático a un sistema autoritario, sin instituciones y sujeto a la decisión de un solo hombre: el presidente.

¡Cuidado! Nos estamos aproximando a un camino en el que no habrá marcha atrás