Pasadas las seis de la tarde de este domingo 5 de junio comenzaron a fluir las primeras encuestas de salida en los catorce estados donde se llevaron a cabo elecciones para renovar gubernaturas, diputaciones o alcaldías. Si bien los primeros resultados no completamente infalibles, ayudan a crear una tendencia y en algunos casos marcan el comportamiento electoral de dicha elección. En la gran mayoría de los estados con jornada electoral todos los candidatos se declaraban ganadores aun cuando no había iniciado el conteo oficial ni la captura de votos en los sistemas de resultados preliminares.
Con el pasar de las horas, era perceptible la ruta de la elección, los presidentes de los tres principales partidos generaban un primer balance destacando los aciertos y las debilidades en el proceso electoral, sin embargo para las veintitrés horas los resultados comenzaban a dar muestra de solidez, los miedos se hicieron realidad y el fracaso electoral histórico del Partido Revolucionario Institucional se convirtió en las primeras horas del día lunes en una triste realidad. El PRI perdió uno de sus más grandes bastiones electorales, Veracruz.
Veracruz aporta poco más de cinco millones y medio de votantes, se encuentra muy por encima de los demás estados de la República, exceptuando al Estado de México y a la Ciudad de México; además de ello, el PRI también perdió Tamaulipas otro polo estratégico al norte del país; con lo cual se pone en riesgo gran parte de la ruta marcada hacia el 2018 pero sobre todo chocan de frente las realidades partidistas y la inconformidad de la población; sí, el PRI fue castigado.
El PRI fue el gran perdedor en esta contienda electoral, es cuestión de horas para que se conozca el fracaso político en Chihuahua, Quintana Roo, Aguascalientes y Durango más las derrotas confirmadas en Veracruz, Tamaulipas y Puebla. El PRI no logró ganar o mantener ni la mitad de los estados en disputa. El presidente del partido Manlio Fabio Beltrones trató de ser positivo el día domingo en las primeras horas tras el cierre de casillas, pero la realidad siempre la gana hasta al más optimista, no hay más ciego que el que no quiere ver. Ya aseguró que no renunciará a su cargo al frente del partido así como también reafirmó sus intenciones de no ser incluido en la lista de presidenciables para el 2018.
Finalmente y como observación queda por decir que el escaso interés mostrado por el PRI para la conformación del Constituyente en la Ciudad de México, le valió quedar relegado a la cuarta posición, el triunfo para las izquierdas fue avasallador, por un lado la extrema con Morena logró posicionarse como primera fuerza política, y por el otro el lado el PRD se mantuvo muy por arriba del PAN y del PRI.