No hay duda acerca de que Carlos Loret de Mola es un periodista conocido e influyente. Su prestigio —bueno y malo— lo debe a la televisión abierta mexicana. Tiene oficio, sin duda, y y ahora trata de reinventarse como lo que no fue durante los mejores años de su carrera: un investigador periodístico crítico e independiente.

Que Loret en la actualdad critica bastante al presidente AMLO, es una gran verdad. Que no lo hizo con los anteriores presidentes, es otra verdad gigantesca.

¿Es un periodista independiente? No se lo voy a creer si no revela el financiamiento del sitio Latinus, que evidentemente paga bastante bien a sus colaboradores —el propio Loret, Brozo, etcétera—. No está legalmente obligado a hacerlo, pero la más elemental ética periodística debería llevarlo a ser transparente en un tema fundamental.

Si no abre las finanzas de Latinus, algunas personas seguirán pensando que a Carlos Loret lo patrocina uno de sus amigos, Claudio X. González; en efecto, el de Sí por México, que es el coordinador de la alianza antiAMLO de PAN, PRI y PRD.

Ha publicado Loret un tuit en el que quiere ser gracioso, pero cae en la calumnia:

Nadie ha censurado al señor Loret en el gobierno de México. Él ha podido difundir lo que se le ha pegado la gana con entera libertad en Latinus, en El Universal y en W Radio. Lo único que ha pasado es que el presidente López Obrador, ejerciendo el más elemental de los derechos en una democracia —sí, el de la libre expresión— ha cuestionado la calidad de la información presentada por Carlos Loret. Eso no es censura: es debate.

Los que sí podrían haber molestado un tanto excesivamente a Loret son algunos seguidores de la 4T, que insultan en Twitter a cualquier crítico del presidente de México. Pero esto no lo hace Andrés Manuel, sino gente apasionada que cree en su movimiento. Tampoco es censura, por cierto: tales personas simplemente se expresan, pero de muy mal modo. Las ofensas no son aceptables, aunque en realidad muy poco representen.

Ojalá Andrés Manuel, cualquier mañanera de estas, le pida a Jesús Ramírez poner en la pantalla gigante de Palacio Nacional tuits de los lopezobradoristas que dedican su vida a insultar periodistas críticos de la 4T. El presidente de México debería reprocharles su pésima conducta.

También, por supuesto, el presidente López Obrador debería dejar de dar la palabra en las mañaneras a los no periodistas que toman el micrófono para agredir a periodistas de verdad, como los lamentables Lord Molécula, Falso Pirata, la Corredora Keniata y demás impresentables que tanto dañan la imagen del gobierno de México.

Claro está, Carlos Loret tendría que dejar de mentir y sentirse víctima. Nadie lo ha censurado y nadie lo va a censurar. E insisto en mi consejo: si quiere ser verdaderamente creíble y respetado que haga público su financiamiento, con todo detalle.

Un saludo a todos