Con un texto publicado el pasado 13 de noviembre, López Obrador celebra su 63 aniversario de existencia. Puede considerarse incluso un trabajo conmovedor que refiere y detalla de tal manera la vida animal y natural de su famoso rancho, La Chingada -en Palenque, Chiapas, muy cerca de su natal Macuspana, en Tabasco-, que pareciera describir un paraíso para vivir y morir (como debe de ser, paraíso terrenal, que no hay otro).

También establece en él lo que ha sido su deseo como político y como luchador social y lo que hará en caso de ganar, o no, la presidencia de México en 2018; si lo primero, sólo visitara de vez en cuando el lugar; si lo segundo, se retirará a disfrutar de La Chingada hasta fenecer.

Me llama la atención una columna de Federico Arreola que comenta el texto con el humor que le caracteriza y deseando que el político vaya muy poco al rancho; es decir, le desea que gane en 2018. Pero lo más curioso es el primer punto tratado por el periodista donde solicita, “con respeto”, a López Obrador “traducción” sobre un punto: “Los del norte de México le vamos a agradecer que nos explique qué es el ‘pico de paloma’”. Y es que el narrador había escrito: “Tengo sembradas las dos imprescindibles verduras para el puchero: la yuca y el macal; hay calabaza, momo y camote; y, ante lo rogado del chile amashito, cuento con pico de paloma”.

Y a menos que Arreola entreviste a López Obrador sobre el caso o lo encuentre en algún aeropuerto, como ya ha sucedido, y le dé la traducción puntual, dudo que la vaya a obtener por otra vía. Pues he allí una de las fallas del político, interactuar muy poco con los medios, sobre todo, en las redes sociales. He escrito que si en vez de sólo enviar mensajes por twitter, Facebook y youtube tuviera algún tipo de interlocución ocasional, aleatoria, le sentaría muy bien a sus propósitos y su proyecto político; además, se lo agradecerían.

Entonces, como está difícil que suceda y yo conozco del tema, le traduzco al señor Arreola.

El “pico de paloma” es un chile al cual en realidad la gente tabasqueña le dice “pico e’ paloma”. Tabasco cuenta con tres tipos principales de chile, el amashito, el pico e’ paloma y el habanero. Pero como el primero, que es el más deseado, se da poco en estos tiempos o es muy “rogado” como lo describe el político, la gente consume el que tiene una breve forma cónica, o puntiaguda, como la del pico de las palomas; y aunque es más picante que el primero, se desarrolla con mayor facilidad. Eso es todo.

Sin embargo, este chile tiene otra historia interesante e importante y ya escribí sobre ese tema en SDP hacia el 2010 o 2011, mas no encuentro en google el texto que se llama “Tabasco: Estado y salsa” (¿habrá que publicarlo de nuevo, señor Arreola?).

Capsicum frutescens, es el nombre científico del pico e’ paloma que hoy se conoce internacionalmente como Tabasco Pepper (y la competencia creó una variante, Greenleaf Tabasco), debido a que es el chile originalmente utilizado para la salsa Tabasco que elabora en Luisiana la compañía creada por la familia McIlhenny.

¿Cómo llegó hasta allá? Para abreviar informes (re-publicaré el texto referido arriba un poco más tarde): durante la invasión gringa a México en el siglo XIX, cuando ondeó la bandera de espectáculo por ocho meses en el Zócalo como símbolo de ocupación y despojo, algún soldado llevó consigo los chiles tabasqueños a Estados Unidos y los regaló a la familia McIlhenny, que primero los cosecharía para consumo familiar y con el tiempo los convertiría en un gigantesco negocio. Es decir, hubo una apropiación de la materia prima y del nombre de su lugar de origen y nadie más puede utilizarlo, pues es marca registrada. Así, el mundo desconoce la existencia del Estado mexicano, pero conoce la salsa. Con el tiempo se daría también una modificación en la genética del chile en la Avery Island, pero en Tabasco y en el rancho de López Obrador –nos acabamos de enterar- se encuentra en su versión original.

Esta es la breve historia del Capsicum frutescens, el pico e’ paloma. Espero que le haya quedado clara al señor Arreola, de quien desconozco si la salsa Tabasco le agrada o no (a mí me parece avinagrada en exceso), pero le aseguro que una salsa de pico e’ paloma natural sabe mucho mejor, sobre todo en un puchero con macal y yuca, entre otros tubérculos y frutos, que bien pudiera invitarle López Obrador un día de estos en ese paradisiaco lugar llamado La Chingada.