Como veo doy

Llevamos dos años viviendo una guerra sin cuartel. Por un lado los medios informativos, destacados periodistas y notables empresarios, no todos; y por el otro el Presidente López Obrador, algunos medios, unos cuantos reporteros y contados hombres de empresas. En el campo de batalla, a fuego cruzado, estamos el pueblo esquivando las andanadas de dimes y diretes. A ratos nos cargamos de un lado, a ratos del otro, según nos parezca más o menos cierto lo que cada bando fundamenta o inventa. No se puede negar que es muy emocionante vivir al filo de la navaja, con sobresaltos, en la incertidumbre total, en la angustia y el temor de que tan persistente enfrentamiento, desemboque en un hecho de violencia mayor. Como diría Gestas, qué …

El gobierno debe, entre otras cosas, gobernar, cuidar del pueblo, que no falten alimentos ni medicamentos, alentar la creación de fuentes de trabajo, atender la salud y la educación, impartir justicia y cerrar el paso a la corrupción e impunidad. Por su parte el empresariado debe, por lo menos, impulsar la productividad de sus empresas, la calidad de sus productos, asegurar salarios dignos y suficientes, pagar con honestidad los impuestos que le correspondan y asumir estas tareas con responsabilidad social. Parece fácil, pero lo hacemos difícil.

Y lo hacemos difícil porque tenemos una moral o un estilo de ser, si usted amable Lector así lo prefiere, que data de tiempos lejanos y que puede resumirse en la pérdida social de la confianza. Nadie cree en las buenas intenciones del otro, en la honradez que presume; todo parece simulado, la evasión es un deporte; cuanto mayor es la multa y mas severa la ley, más oportunidad hay de obtener una buena mordida y los mercaderes prefieren violar la ley y correr el riesgo de una inspección desfavorable porque, con un generoso soborno, neutralizan al inspector y siguen obteniendo ganancias indebidas. Ya dije que no todos son así..

No cabe duda que vivimos en una sociedad convenenciera. Los dichos que son parte de la sabiduría popular así lo muestran: piensa mal y acertarás, que te lo crea tu abuela, me pagas poco trabajo poco, me vale madre, no es mi bronca, a otro perro con ese hueso, la buena fe no luce café, nomás la puntita (no, este último creo que no), bueno, en fin, el asunto es que se ha perdido la credibilidad y la confianza y sin duda ésta es una muy buena razón para procurar una profunda transformación moral de nuestra sociedad. El propósito por parte del gobierno es bueno y necesario y todo cambio implica una fuerte y dolorosa resistencia, sin embargo el camino empleado para lograrlo parece no ser adecuado ya que la resistencia raya en la exasperación y violencia: ¡López, somos tu patrón! Así le gritan Frenaa y Sí por México y otros más, al Presidente en el zócalo de la CDMX al tiempo que le exigen que se vaya a … ahí, a su rancho. Somos nada, diría un amigo.

Rendijas 

¿Habrá alcanzado el agua desbordada, el nivel de La Chingada? Así se nombra un rancho que se ubica en Tabasco -eso dicen-

Los pronósticos deportivos son mejores que los de López/Gatell. Y eso es mucho decir.

“... y seguirán usando nuestro dinero como más les convenga. Despierta México.” ¿Nuestro dinero? A quién se referirán, ¡porque la mayoría no tenemos!

Noviembre 22 del 2020

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