Urge revisar estrategia contra pandemia para evitar llorar más muertes, ya que más que drama o teatro se requieren acciones eficaces por México.
Pocas pruebas y una muy alta positividad en los resultados de estas, aunado a las más de mil muertes reportadas en un solo día según se informó este domingo, así como un hilo de twitter que fue replicado por los principales diarios y portales del país en el que un científico de Harvard dramáticamente externa que estaba llorando por México, encendieron nuevamente las luces de alarma en cuanto a la prevalecencia de la pandemia en nuestro territorio y los visos de catástrofe que se han pintado hacia fuera del suelo nacional. Y siendo que no sabemos a ciencia cierta si estamos en la ruta correcta, pareciere urgente revisar la estrategia imperante en la administración gubernamental para evitar que México siga llorando más muertes de las 21 mil 825 que ya adolece.
Eric Feogl-Ding, se hizo famoso en menos de 24 horas, tras haber emitido un tuit en donde se duele de lo que ocurre en México con el Covid-19, al tiempo que critica la estrategia puesta en operación.
“Estoy llorando por MÉXICO ¡Más del 50% es el porcentaje de POSITIVIDAD! Más de la mitad de todos los que se hacen un examen son positivos. Incluso en los peores períodos de Nueva York, Madrid o Lombardía … ¡nunca se acercaron al 50% de positividad! México puede estar experimentando algo sin precedentes” dijo.
A través de un hilo informativo acompañado de una serie de gráficas mostró un estudio que realizó al respecto en el que compara los casos de contagios y mortalidad per cápita en México contra los reportados en Estados Unidos.
"Existe claramente un diagnóstico insuficiente en México y un tratamiento deficiente. El 56 por ciento de positividad refleja eso. Entonces sí, maldición, necesitamos más pruebas", opinó.
En las redes sociales inmediatamente aparecieron publicaciones desacreditando al personaje en cuestión, pero siendo que Forbes fue uno de los portales que replicaron la información, se dio a la tarea de confirmar a través de un artículo adicional.
“¿Quién es Eric Feigl-Ding, el doctor de Harvard que ‘llora’ por el Covid-19 en México?”, resultando que se trata de un especialista catalogado como uno de los mejores científicos del mundo. Según su biografía en el sitio web de Harvard, es epidemiólogo y economista de Salud en la Escuela de Salud Pública de dicha Universidad y miembro principal de la Federación de Científicos Americanos en Washington DC. Forma parte del Comité Directivo del FAS Covid-19, un grupo de respuesta rápida ante la pandemia. Se graduó de la Universidad Johns Hopkins con honores en salud pública y Phi Beta Kappa. Luego completó su doble doctorado en epidemiología y doctorado en nutrición, como el graduado más joven en completar su programa dual a los 23 años de Harvard SPH. Ha publicado en las principales revistas del mundo, y recibido múltiples reconocimientos, galardones y honores por su destacado desempeño.
Pero más allá de interesarnos en quién es el famoso científico que llora por México, quizá lo más importante sea revisar porqué nuestro país se encuentra en ese punto en el que al parecer se ha estacionado con un incremento significativo de muertos cada día. Nada menos ayer las autoridades reportaron 1,044 nuevos fallecidos relacionados al coronavirus, elevando a 21 mil 825 la cifra total de muertos en el país, el séptimo con más decesos vinculados al virus en el mundo.
El titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, en la Secretaría de Salud México, Hugo López-Gatell, ha repetido hasta el cansancio que no es necesario aplicar pruebas de Covid-19 a toda la población porque sería “un desperdicio de tiempo, de esfuerzo, de recursos” ante el tamaño de la pandemia, en México y todo el mundo.
El 27 de mayo pasado, en una reunión virtual con senadores, López-Gatell destacó que “ningún país sabe exactamente cuántos casos tiene de Covid-19”, ni siquiera Estados Unidos, que aplica el mayor número de pruebas.
“No nos interesa porque es inútil, costoso e inviable aplicar una entrevista (o prueba) a todas las personas de un país, nadie sabe cuántos casos reales hay en su país, y esto no debe considerarse una negligencia.
Se ha manejado que sólo México no tiene un registro completo de casos, falso, pero la diferencia estriba en que el Gobierno mexicano ha declarado que no tiene como propósito contar cada uno de los casos, sino acudir a los mecanismos eficientes modernos y probados para atajar la pandemia”, enfatizó.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha declarado que “No se puede combatir un incendio con los ojos vendados. Y no podemos detener esta pandemia si no sabemos quién está infectado”, al externar su preocupación ante la desproporción de la escalada en el número de casos confirmados y muertes registradas por la COVID-19, y el número de pruebas realizadas para detectar a los infectados a nivel mundial.
“Tenemos un mensaje muy sencillo para todos los países: pruebas, pruebas, pruebas”, señaló Tedros Adhanom.
Es un hecho que México es uno de los países donde se han aplicado menos pruebas para detectar el Covid-19, de ahí que resulte contradictorio que la propia Organización Mundial de la Salud invitase al subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, siendo el coordinador de la estrategia gubernamental , como integrante del panel de expertos internacionales que elaborará el Reglamento Sanitario Internacional con unnombramiento por cuatro años.
En una de las declaraciones más recientes, López-Gatell defendió su postura de no aplicar más pruebas de Covid-19, arremetiendo en contra de quienes asegura, responden a intereses de la comercialización de fármacos, equipos médicos y ciertos grupos empresariales.
Aseveró que entre las voces que demandan la aplicación de pruebas existe un mensaje replicado a través de periódicos nacionales, canales de televisión, radio, redes sociales y ciertos columnistas “cuyas agendas característicamente están alineadas a ciertos intereses, de los intermediarios de la comercialización de fármacos y equipos médicos, de ciertos grupos empresariales”, y reiteró que la demanda de pruebas no tiene un razonamiento técnico o científico, pero “nos interesaría mucho si existe una explicación por qué el acto de hacer prueba tendría que resultar en mayor control, que lo explique”.
Quizá el doctor López-Gatell se aventure al apuntar estrategias e intereses comerciales detrás de las preguntas de reporteros, primeras planas y columnas, y por otro lado, quizá tenga razón en su estrategia de rechazo a la aplicación de pruebas masivas. No somos epidemiólogos, ni científicos, ni egresados de Harvard, pero sí estamos llorando por México, pero sí queremos que esto pare, y sí necesitamos ver que su estrategia, cualquiera que esta sea, dé resultados y logre amainar a la mayor brevedad el número de muertos y de contagios.