Tuve el honor de ser profesor de Historia y Filosofía de la Medicina en la Universidad Westhill, materia que impartía el Dr. Federico Ortiz Quezada, de quien tengo el privilegio de ser su amigo, y fue de gran ayuda para mi para entender la evolución de la Humanidad, y no sólo de la Medicina.

La historia de la anestesia es grandiosa: un dentista estadounidense, llamado William Thomas Morton, en 1846, anestesió a un paciente en el auditorio de la Universidad de Massachusetts, el viernes 16 de Octubre de ese año, a las 10 AM, con éter inhalado, para realizarle una cirugía de cuello ante la incredulidad de los más grandes médicos y científicos estadounidenses de la época, éxito que ya había publicado Thomas Morton en el Boston Daily en Septiembre de 1846 con otro paciente.

William Thomas Morton quiso patentar el éter después de esa demostración pública llamándole “Letheon”, pero no fue posible al reconocer que el éter es un compuesto orgánico natural obtenido de la destilación del alcohol de caña.

Desde esa época se presentó mucha controversia sobre la autoría intelectual del uso del éter como anestesia, ya que decían que en México ya se utilizaba como tal, al igual que el cloroformo, y que al invadir los estadounidenses el territorio nacional bélicamente en esos años, conocieron estos usos médicos del éter y del cloroformo, y así, presuntamente, William Thomas Morton los utilizó.

Al respecto, analizando la Historia, el primero que utilizó el éter como anestésico fue Paracelso, por 1535, pero éste personaje fue uno de los que la Humanidad quiso ocultar para no reconocer su grandeza, aunque finalmente eso la Historia no lo permitió (leer artículo sobre el avión presidencial en SDP Noticias: Noviembre 9, 2020).

Pero finalmente, eso del uso de la anestesia en México antes de la demostración de Thomas Morton nunca se verificó, y el Doctor Pablo Martínez del Río, quien fue el que lo dijo, cuando presentó su controversia en la Academia Nacional de Medicina el 16 de Febrero de 1852, comentó que no podía establecer la fecha en la que en México ya se utilizaban los anestésicos inhalados, y nunca pudo demostrar que se hayan utilizado antes de la demostración pública de Thomas Morton.

Y aconteció, que en Estados Unidos, no entregaron el premio que merecía Thomas Morton en efectivo, y nunca se supo si fue por la controversia generada en México en la Academia Nacional de Medicina por la autoría intelectual de los anestésicos, por su intento ambicioso de patentar el éter, y/o por el coraje que le tuvieron los médicos estadounidenses por ser dentista, y por haber aportado uno de los descubrimientos más importantes de la Historia.

William Thomas Morton murió de un derrame cerebral sin haber recibido su premio, pero a pesar de las controversias generadas en México por la Academia Nacional de Medicina, y por los jueces estadounidenses que no quisieron darle dicho premio que merecía por su demostración de la efectividad del éter como anestésico con un paciente humano, la Historia lo recuerda y lo reconoce como el padre de la anestesia.

Nota bibliográfica: En la revista Gaceta Médica de México, volumen 146, número 6, del año 2007, en el artículo publicado por el Dr. Sánchez-Meneses sobre la anestesia mexicana, se menciona como el Dr. Pablo Martínez del Río no precisó la fecha en la que en México se utilizó la anestesia inhalada por primera vez.