Hagamos un poco de memoria… en agosto de 2017 la periodista Lilly Téllez escribió una columna en la cual elogió sin medida a José Antonio Meade cuando éste era candidato del PRI a la presidencia. Afirmando que era “súper bueno como funcionario porque había sido secretario de Estado cinco veces: “Sí, cinco veces: secretario de Energía, de Relaciones Exteriores, de Sedesol y por haber dobleteado como secretario de Hacienda”. Afirmó que Meade era: “requetebueno como político” ya que había sido miembro del gabinete de dos presidentes de distintos partidos el de Felipe Calderón del PAN y el de Enrique Peña Nieto del PRI.

Sus adulaciones como político no le bastaron… lo calificó como excelente esposo y padre de familia. Además “Meade es un hijo extraordinario. Su padre Dionisio posee una reputación de principios y valores, al igual que su abuelo, el abogado y escultor, José Kuribreña”. “José Antonio Meade es híper-bueno para tejer alianzas. Es de los hombres consentidos de Luis Videgaray, el vicepresidente de México, ni más ni menos”. “Ahora todo mundo habla de él no por bueno, sino porque parece que es el bueno para el 2018… me pregunto si será malo ser tan bueno en una contienda presidencial. Ojalá no. El PRI necesita hombres buenos…”.

El caudal de elogios se extendieron hasta su esposa Juana: “es por demás buena como él, es culta y discreta, son conmovedoras las anécdotas sobre la calidad humana y generosidad de la señora Cuevas”.

Bien arropada con el atuendo tricolor, con el PRI bien arraigado en su corazón, Lilly Téllez denostó a López Obrador en una video columna: “hace algunos años nos aseguraron que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México, que destruiría a nuestro país, nos dijeron que era un dictador, un obstinado ególatra, mesiánico. Pregonaron que no sabe nada de economía, de mercados, que no entiende de oferta y demanda, que es un comunista prehistórico que hundiría a México bajo las peores prácticas antidemocráticas, lo llamaron ignorante por no saber hablar inglés y hasta lo despreciaron porque no hace grandes viajes por el mundo. Así nos lo pintaron… como un populista mentiroso que se creía dios, a muchos, me cuento entre ellos, nos convencieron de que AMLO era el mayor riesgo para la precaria estabilidad mexicana. Se ha hecho una campaña feroz contra “El Peje” al señalarlo como el enemigo público, el enemigo a vencer, todos contra él…”.

Afirmó también: “Andrés Manuel, tiene un carácter especial, y eso no lo ayuda creo que peca de soberbia y su terquedad lo hace un político demasiado rígido, a veces involuntariamente sus reacciones parecen confirmar las acusaciones de sus enemigos”. “ No tengo duda de que perdió ante Calderón porque al expresidente se le sumó una aliada, Elba Esther Gordillo. “El Peje” tuvo que aguantarse, pero no se quedó inmóvil, es un hombre de excesos, no es un peligro para México, es un peligro para él mismo, para sus propias aspiraciones políticas cuando le da rienda suelta a su intolerancia”.

Escasos meses después, ese político al que catalogó como ególatra, rígido y de carácter especial, aquel a quien se refería como un peligro no solo para México sino para él mismo; ése hombre a quien denostó, fue quien la invitó a ocupar una senaduría de Morena. Téllez se olvidó de Meade, del PRI se despojó de su atuendo tricolor y aceptó la senaduría…

La camaleónica Téllez se vistió de marrón cambiando de ideales… poco tiempo después el marrón comenzó a perderse, a teñirse… la senadora a través de sus redes sociales comenzó a mostrar posturas diferentes contra las iniciativas impulsadas por sus compañeros de bancada, como la despenalización del aborto. Por lo que la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena solicitó expulsar a María Lilly del Carmen Téllez García del Senado.

Téllez aterrizó en el PAN revistiéndose de azul. Adoptó con esa convicción ligera y momentánea que la caracteriza, las iniciativas de su nuevo partido. Afirmó que seguirá trabajando contra la corrupción, la injusticia y la desigualdad. “Voy con fuerza por la libertad, el Estado de Derecho y la prosperidad de México. Firme en mis principios y valores cumplo con mi palabra”. Éstas son ahora las declaraciones blanquiazules que hace la senadora.

El día de ayer, Téllez exaltada, y sobre actuada increpó al Doctor Hugo López-Gatell: “usted dice que hacer pruebas no cambia el impacto ni la proyección epidemiológica ¿verdad?, ¿entonces por qué a los políticos importantes de este país les han hecho las pruebas al menor síntoma? Un grado más de temperatura, un estornudo, un ligero dolor de cabeza… ¡y claro los secretarios y la gente privilegiada, los políticos ya tienen pruebas, y sin embargo el pueblo mexicano se tiene que estar muriendo prácticamente para que le hagan una prueba!…”. López-Gatell escuchaba atento arqueando las cejas, las recriminaciones enardecidas de Lilly… “¡su cara de sorpresa! ¡Levante más las cejas a ver si así lo entiende!”. A cada palabra, la indignada Lilly, alzaba más y más la voz…

Después de la exaltada postura de la ahora orgullosamente senadora del PAN Lilly Téllez, el doctor Hugo López-Gatell sin necesidad de alzar la voz, contestó: “Les invitamos nuevamente con todo respeto a que se integren; que esta disonancia cognoscitiva no les haga mantenerse en el reducto de la minoría o de la auto-representación de su papel minoritario en la conciencia pública, les invitamos que sean parte de la solución”.

Téllez cambió los ideales del tricolor, para representar el marrón que tanto dijo despreciar, y después de “renunciar” pasó al blanquiazul que ahora parece adorar… sólo una persona sin ética, sin valores y sin convicción puede cambiar de “color” ; así es la camaleónica Lilly Téllez…