Esta semana se cumplen cuatro años de la tragedia de Ayotzinapa. Aquella fecha, el 26 de septiembre de 2014, nuestro país fue sacudido. Nos dimos cuenta que la barbarie no tenía límites y las y los desaparecidos pasaron a estar presentes en la agenda pública de todos los días. Los 43 estudiantes desaparecidos pagaron la infiltración de los gobiernos locales y la incapacidad del gobierno estatal y federal para dar respuestas. Ayotzinapa es, hoy por hoy, un símbolo de un estado fallido que no puede evitar que sus jóvenes sean asesinadas y asesinados frente a sus narices.

El Gobierno de Enrique Peña Nieto quiso cerrar por decreto. Nos quiso endilgar la “verdad histórica”, compuesta de engaños, manipulaciones y testimonios incompletos. Imagine usted: si la Procuraduría General de la República actúa con tal inoperancia en casos tan mediáticos, ¿qué nos dicen las decenas de miles de expedientes de desaparecidas y desaparecidos no mediáticos? ¿Qué decimos de esas miles de víctimas que no tienen el amparo de los medios de comunicación o la atención de las redes sociales? Ayotzinapa supuso el despertar.

Lo lamentable es que la tragedia no nos haya hecho aprender nada. Los gobiernos no han cambiado la forma en que enfrentan el problema de las y los desaparecidos y la impunidad sigue siendo el común denominador. Jalisco es el espejo más contundente. Más de 444 cadáveres están sin reconocer y se mueven en tráileres ante la gran cantidad de homicidios que ocurren en el Estado. Las fotografías son de una indignidad pasmosa. Cuerpos apilados en camiones, como si transportaran comida para animales o ganado. El trato cruel a aquellas y  aquellos que no tienen ni voz y que perdemos la esperanza de que sean reconocidos. Hombres y mujeres que fueron ignorados en vida por las autoridades, ¿qué podemos esperar cuando están muertos?

En el PRD estamos muy preocupados por el trato a las víctimas que se da en Jalisco. Estamos muy preocupados porque la Fiscalía de Jalisco gasta más en comunicación social que en atender a las víctimas. Gasta más en publicidad que en buscar a las y los desaparecidos. Lo decimos claro y alto: no es posible ser tan omiso frente a la crisis de violencia que vive Jalisco y que se materializa en un asesinado cada seis horas y un desaparecido cada ocho horas. Ante ello, apoyaremos la constitución de una comisión que permita investigar los casos más graves que han aparecido en el Estado en los últimos años. No queremos más impunidad.

Este país necesita paz y no es posible llegar a ella sin la verdad y la justicia. Basta de verdades fabricadas, basta de tratar mal a las víctimas. Basta de invisibilizar un problema que tiene una raíz muy profunda. Desde la Cámara de Diputados haremos un fuerte llamado a las autoridades locales a atender el problema de las y los desaparecidos y profesionalizar las estructuras para dar respuestas a la ola de violencia que sacude al país. No queremos ver nunca más una escena como la del tráiler de la muerte. Una vergüenza para Jalisco y para México.

Dip. Verónica B. Juárez Piña

Vicecoordinadora del GP-PRD en la Cámara de Diputados