Desde las campañas electorales, la cancelación del aeropuerto de Texcoco fue uno de los temas centrales del entonces candidato López Obrador. Dada la complejidad del tema, el ahora presidente electo tuvo que cumplir su palabra. Si bien la obra ya estaba en avance, López Obrador decidió someter a consulta la cancelación del nuevo aeropuerto. Digamos que la “bolita” se la echó a quienes votaron en la consulta “patito”. Todo para compartir probables costos políticos y económicos derivados de una decisión apresurada.

Me parece de lo mejor y más acertado que la sociedad se integre a las decisiones de gobierno. Consultar al pueblo respecto a las decisiones de gran magnitud hace un mejor gobierno. Teóricamente hablando. Una cosa es consultar al pueblo y otra muy distinta hacer como que lo consultas. Me parece preocupante que la consulta sobre el NAICM haya tenido sesgos evidentes, votos duplicados, desorganización, etc. Pero bueno.

Hemos visto en las últimas semanas cómo los mexicanos se han atrincherado en dos extremos. Los chairos y derechairos se han confrontado en un vandalismo mediático, dejando la mesa puesta a que el presidente electo haga lo que le plazca. Una sociedad dividida siendo “consultada” de manera manipulada, pone los focos rojos en los siguientes seis años. Considero que la cancelación del NAICM tenía muchos argumentos y muy válidos para soportar una buena consulta, no la ocurrencia que pasó.

Una vez cancelado el NAICM, López Obrador dijo el lunes por la mañana que se debe separa el poder político del económico. La señal es más que obvia, va dirigida a la economía de cuates que ha existido en el país desde décadas. Leo Zuckermann, en su columna del martes (goo.gl/r5SQQW) describe el ejemplo de la economía de cuates que hay en México. De ser cierto que López Obrador terminaría con la economía de cuates, bienvenida esa medida. Pero Zuckermann exagera un poco y pone de ejemplo el caso ruso con lo que él llama plutocracia emanada del gobierno de Putin.

Si a lo que el tabasqueño llama “pueblo” puede tomarle el pelo con una consulta hecha por un estudiante de secundaria, estamos en serios problemas. Me parece que este ejercicio de la consulta fuese un experimento social para ver cómo manipular “consultando” los siguientes seis años. Las deficiencias que empieza a mostrar el gobierno electo no se ven por el odio y fanatismo que genera.

Pero toda esta narrativa un tanto fatalista, pareciera que López Obrador solo está contrarrestando la hostilidad que tendrá los siguientes seis años. Hoy en México hay dos bandos, los que están con López Obrador y los que están con algunos empresarios que desde lo “oscurito” están contribuyendo a este escenario polarizado y de desinformación. Me parecen lamentables ambas posturas, cada una manipulando a sus huestes, cada una polarizando más al país y cada una viendo por sus propios intereses disfrazados de bien común.

Considero importante que el sector privado participe en la política, siempre lo han hecho. La diferencia es que ahora el sector privado tiene que hacerlo activa y abiertamente. Ya no tienen suficientes “achichinlces” ―caso panistas y priistas― en el Senado y Cámara de Diputados, ahora deben tomar sus propias riendas. Válido que empresarios y más sectores sean activos en la política, pero sin incendiar a la sociedad.

Basta con ver los noticieros y redes sociales para ver el vandalismo que entre dos grupos poder. Como lo diría López Obrador, el político y económico. Todo este espectáculo llevado con el pretexto del NAICM y su consulta. Todo lo resumo a un juego de poder, sin importar los costos de un lado o del otro.

Nadie de los dos bandos incendiarios coincide en que la Ciudad de México necesita un aeropuerto más grande y mejor equipado. La opción de Santa Lucía y Toluca pareciera de “botepronto”. Nadie coincide que el NAICM siendo obra de Peña Nieto debería ser muy cuestionada y muy revisada. Nadie coincide del impacto ecológico en la zona de Texcoco. Tampoco coinciden con al desabasto de agua e inundaciones que pudo generar en la Ciudad de México y zonas aledañas a la zona del NAICM. Quienes sí mostraban argumentos no eran tomados en cuenta, total, no son de los clubes de “tobi”.

Nos esperan seis años de pesadilla si comenzamos así. Por un lado, un gobierno que hará como que consulta y por el otro un sector que se   medio esconde para hacer política. El resultado, una sociedad enferma de odio y reactiva, no hay análisis, mucho menos consenso. Todo es sensacionalismo mediático de un lado y de otro. Todo se está convirtiendo en confrontación, estar a favor de un lado y en contra del otro. El resultado ahí está, una decisión tomada por una consulta mal hecha y una polarización social que se puede incrementar y acabar muy mal.

Twitter: @Canehu