De acuerdo a los sondeos a nivel a nacional y por entidad federativa, Joe Biden será el presidente número 46 de los Estados Unidos. A reserva de que los estadounidenses efectivamente acudan a las urnas el próximo 3 de noviembre, todo indica que Donald Trump no será reelecto para un segundo periodo presidencial.
Según ha trascendido en la prensa estadounidense, Susan Rice —quien fuese en su momento considerada por el equipo de Biden para acompañarle como compañera de fórmula— podría ser nombrada la próxima secretaria de Estado. Como diplomática de carrera, Rice ocupó destacados cargos en los gobiernos de Bill Clinton y Barack Obama, entre ellos, el de embajadora de su país ante Naciones Unidas y como asesora de Seguridad Nacional. El lector recordará que mujeres suelen dirigir la diplomacia en Estados Unidos en gobiernos demócratas (Madeleine Albright con Bill Clinton y Hillary Clinton con Barack Obama).
Por su parte, la cancillería mexicana, bajo el liderazgo de Marcelo Ebrard, deberá estar analizando los pormenores de una nueva relación diplomática con los Estados Unidos. Su antecesora en Plaza Juárez, la priista Claudia Ruiz-Massieu, supo conducir exitosamente los trabajos con Rice en materias como comercio exterior y migración. Ahora, Ebrard deberá diseñar una estrategia ante un desconocido paradigma representado por un nuevo tratado comercial, y ante un presidente mexicano quien ha demostrado un profundo desdén por las relaciones internacionales de nuestro país.
Si Biden es electo presidente en los próximos comicios, y si se confirma a Susan Rice para encabezar el Departamento de Estado, la diplomacia mexicana deberá formular un plan que le permita sortear los obstáculos e incógnitas presentados por el T-MEC, y adicionalmente, deberá plantar cara al mundo en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, del cual será miembro no permanente a partir del 1 de enero de 2021.
En este tenor, recordemos que Rice conoce los entresijos del multilateralismo, y que un gobierno intervencionista estadounidense en alguna región del mundo podría representar encontronazos con México en el Consejo de Seguridad, tal como lo fue en 2003 tras la postura del gobierno de Vicente Fox ante la invasión estadounidense de Iraq.
La Secretaría de Relaciones Exteriores es encabezada por un canciller competente (sin lugar a dudas, de lo mejor que hay en el gabinete de López Obrador). Sin embargo, Ebrard tiene ante sí un reto de gran envergadura si se confirman las tendencias electorales en Estados Unidos. Un nuevo gobierno en Washington ha conllevado históricamente nuevos desafíos para la diplomacia mexicana.