Los disparates de Antonio Attolini

Antonio Attolini es un personaje de segundo orden en la vida política mexicana. Sin embargo, desde su aparición en los medios de comunicación como acérrimo defensor de AMLO y de la autoproclamada cuarta transformación, la prensa se ha hecho de eco de sus disparatadas declaraciones colmadas de eslóganes, medias verdades y profundas exageraciones.

El pasado lunes, en el programa Tragaluz, dirigido por Fernando del Collado, el cual ahora se transmite por Latinus, Attolini expresó una retahila de disparates que bien podrían dignamente ser guiones de alguna comedia francesa. En realidad, las expresiones del militante morenista serían anecdóticas - y no merecerían mayores espacios en prensa- si no representasen el pensamiento de millones de mexicanos.

Attolini, quien hoy busca la candidatura de Morena al distrito de V de Torreón, Coahuila, hizo unas escandalosas comparaciones de López Obrador con personajes celebérrimos de la historia universal tales como Jesucristo, Nelson Mandela, Martin Luther King y Mahatma Gandhi. 

Ante la pregunta expresa del entrevistador sobre si consideraba que AMLO era un dios, Attolini respondió:

“No, es un ser humano de carne y hueso”. ¡Gracias a Dios! 

Antonio Attolini

Quizá referirse al presidente como una deidad hubiese supuesto la suspensión inmediata del programa y una potencial investigación sobre el posible consumo de sustancias alucinógenas por parte del entrevistado.

Sin embargo, el joven Attolini sí que refirió que su líder máximo podía compararse con aquellos próceres en el nombre de “ un sacrificio en nombre de algo más grande”. Vamos a ver. La comparación con el fundador del cristianismo como personaje histórico, derivado del respeto al lector, ni siquiera merece un par de líneas. En lo que respecta a Luther King, Gandhi y Mandela, estos líderes indiscutibles comparten su convicción histórica de haberse erigido au-tén-ti-ca-men-te como adalides de las libertades, de la igualdad racial y en contra del imperialismo lacerante.

“El mesías tropical”

Sin embargo, estos personajes, a diferencia del “mesías tropical” lideraron movimientos políticos dirigidos a reivindicar derechos de las minorías ante el atropellamiento de las élites gobernantes. Ciertamente, algunos podrán aducir que ello es justamente lo que hace el presidente López Obrador. Sin embargo, las acciones del presidente mexicano se limitan -desafortunadamente- a un discurso polarizador que busca la exacerbación de los odios sociales, justamente para enriquecer su popularidad en el seno de una mayoría abandonada por los más privilegiados.

A su vez, el presidente AMLO busca incansablemente la concentración del poder político en su persona, en detrimento de los principales contrapesos del Estado mexicano, trátese de la prensa, de los organismos autónomos o del Poder Judicial. ¿Nos evoca a Ghandi o a Mandela?

En el imaginario de AMLO sí que existe el anhelo de emular a los personajes mencionados por Attolini; y así le han de percibir sus millones de seguidores a lo largo del país. Sin embargo, en las acciones, el presidente exacerba las tensiones sociales a la vez que implementa políticas públicas que poco abonarán a la solución de los problemas de la mayoría de los mexicanos.

A raiz de la victoria de AMLO, el encono social se ha agudizado. El trato diario del presidente hacia la prensa “conservadora”, hacia sus rivales políticos y hacia la herencia española que tanto ha enriquecido a la nación mexicana profundiza nuestras diferencias y nos aleja del concepto de pueblos unidos y solidarios que algún día personajes como Ghandi, Luther King y Mandela imaginaron.

En suma, los despropósitos históricos del joven Attolini, sea derivado de un profundo adoctrinamiento o de un interés político de hacerse notar en los medios de comunicación, representan -desafortunadamente- a millones de mexicanos que, a pesar de los resultados, creen aún en el proyecto lopezobradorista.

 Al tiempo.