El subsecretario Hugo López-Gatell ha sido nuevamente objeto de golpeteos políticos y mediáticos sin precedente contra un funcionario de mediano nivel del gobierno federal. Lo anterior derivó de unas fotografías donde aparece en un restaurante en Zipolite, Oaxaca. El argumento de sus detractores ha sido, una vez más, que el subsecretario no predica con el ejemplo cuando exhorta a los ciudadanos a permanecer en casa durante la pandemia.

Como bien he expresado en numerosas ocasiones en este espacio de SDP Noticias, parece que continuarán los ríos de tinta hasta el fin de los tiempos o de la pandemia. El subsecretario López-Gatell ha errado sistemáticamente en la conducción de la gestión del gobierno federal frente al embate del covid-19. Sin embargo, las mismas pifias han sido cometidos alrededor del mundo frente a un virus apenas conocido.

López-Gatell, en este contexto, ha sido objeto de un escarnio público debido a un par de días que el funcionario decidió pasar en la costa del Pacífico; después de comparecencias diarias —matutinas y vespertinas— a lo largo de toda la pandemia.

Uno no puede imaginar las presiones políticas ejercidas por el presidente López Obrador sobre López-Gatell con el propósito de salvar el rostro de la 4T frente a los momentos aciagos que vive el país. Sin embargo, la presión no es ejercida exclusivamente por el presidente, sino por el sinnúmero de comentaristas, columnistas y demás líderes de opinión quienes no cejan en su voluntad de polarizar la tragedia nacional en favor de sus pretensiones políticas.

De un momento al otro, a raíz de la irrupción de un enemigo implacable llamado SARS-CoV-2, López-Gatell se ha convertido en la Diana de Gales mexicano, y en un personaje cuya vida privada es invadida —y ventilada— por paparazzis anónimos por motivos políticos. Trátese de ciudadanos de a pie o de emisarios de la oposición, se trata de una intromisión en la vida personal del funcionario.

El viaje de López-Gatell ha sido quizá desafortunado, y ciertamente, no abona en el ejemplo brindado por el gobierno federal hacia los médicos y enfermeras quienes combaten desde la primera línea contra el virus. Esto es indiscutible. Sin embargo, el haber publicado las fotografías del subsecretario en primeras planas de diarios de circulación nacional es un ataque desproporcionado.

Para infortunio de México y del mundo, el virus continuará su paso arrasador, y con ello, la lamentable pérdida de vidas humanas alrededor del globo. En este contexto, los paparazzi que acosan a López-Gatell nada abonarán a la unidad nacional ni a la solución de una de las problemáticas más acuciantes que ha vivido México en su historia reciente.