En tanto la democracia estadounidense siga su debido cauce, Joe Biden será el próximo presidente de los Estados Unidos. A partir de ello, analistas han comenzado a especular sobre la salud de la próxima relación bilateral entre Washington y Ciudad de México. Si bien no pocos temen un distanciamiento en el marco de la aplicación del T-MEC en materia de protección ambiental, otros vaticinan una fructífera relación de nuestro país con la nueva administración demócrata.

En este contexto, ha trascendido que la exembajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, se ha integrado al equipo de transición de Biden. La diplomática —el lector recordará— representó a su país en el nuestro de 2016 a 2018 durante la administración del presidente Barack Obama. A pesar del arribo de Trump a la Casa Blanca, Jacobson conservó su encargo, quizá derivado del caos surgido al interior del Departamento de Estado tras la llegada de Rex Tillerson, un hombre carente de las mínimas credenciales académicas o profesionales para dirigir el servicio diplomático más extenso del mundo.

Roberta Jacobson demostró una intachable conducta institucional, sirvió eficazmente a su país, a la vez que promovió la sana cooperación entre ambos gobiernos, tanto en materia de combate al narcotráfico como en asuntos migratorios. La exembajadora fue capaz de ganarse la confianza del gobierno mexicano, a la sazón, encabezado por Enrique Peña Nieto, y defendió los valores de la cultura mexicana ante los embates del candidato republicano, y luego presidente, Donald Trump. Con un español impecable, Jacobson fue una digna embajadora en nuestro país.

Tras su reemplazo por el actual embajador, Christopher Landau, Jacobson expresó “creo profundamente en la relación entre México y Estados Unidos y no puedo fingir que no me siento aliviada de ya no tener que defender lo indefendible”.

Por lo anterior, el hecho de que Jacobson podría eventualmente ocupar un cargo político de relevancia, sea en el Departamento de Estado o en la Casa Blanca, supone una buena noticia para los mexicanos. Conviene señalar, empero, que Jacobson debería hipotéticamente renunciar al retiro del servicio diplomático. Con apenas 60 años, no se antoja como una falacia.

¿Qué rol podría jugar Jacobson en el gobierno de Biden? Previo a su responsabilidad en la Ciudad de México, la ex embajadora fue Secretaria Adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental. Ampliamente conocedora de la región latinoamericana, encabezó los esfuerzos del gobierno de Obama para el restablecimiento de las relaciones con Cuba. Quizá podría volver a nuestro país como embajadora o servir como asesora del presidente o de quien se cree será la futura Secretaria de Estado, la señora Susan Rice.

Jacobson, tras conocer el triunfo de Biden, expresó su entusiasmo vía twitter compartiendo que celebraría con una botella de Casa Dragones: casa tequilera mexicana de enorme reputación. En suma, Jacobson es una mujer comprometida con el servicio diplomático, consciente de la relevancia de una dinámica relación bilateral, conoce México, y podemos augurar que su vuelta a la vida pública supondrá un suceso positivo para nuestro país.