Usted disculpe

Ayer el diario británico The Guardian se disculpó por haber publicado un reportaje de José Luis Montenegro acerca del departamento en Miami de la señora Angélica Rivera, esposa del presidente de México, Enrique Peña Nieto.

The Guardián no solo se disculpó: ¡eliminó el reportaje completo! Así de gordo debe haber sido el lío legal para ese periódico.

El imposible conflicto de interés

La nota se basaba en un “posible” conflicto de interés: Un contratista “potencial” del gobierno de México, Ricardo Pierdant, había pagado el impuesto predial del apartamento de Rivera en la ciudad estadounidense de Miami.

Reitero, ello significaba que podía haber un conflicto de interés, pero...

El problema, para The Guardian y su reportero, es que el señor Pierdant nunca ha trabajado para la actual administración federal mexicana. ¡Y no hay forma racional de probar que tiene pensado, algún día, ser contratista durante el sexenio de EPN!

Si Pierdant no es contratista del gobierno –sí es amigo cercanísimo, desde hace muchos años, del presidente de México–, entonces no hay conflicto de intereses.

Y si no hay conflicto de intereses, pues de plano no hay nota: lo que pasó con el pago del predial no fue una acción indebida, sino un arreglo entre personas que se quieren desde la juventud y que no tienen relaciones profesionales de ningún tipo.

The Guardian nunca se disculpa hasta que se disculpa

A The Guardian no le gusta disculparse. Hace tiempo tuvo que hacerlo con Televisa, pero solo después de que la empresa presidida por Emilio Azcárraga demandara al diario inglés.

Y aun en ese caso, la disculpa se disfrazó de “aclaración”, lo que llevó a un vocero de ese medio de comunicación, Rory Carrollo, a decir que “jamás hemos pedido disculpas por nuestros reportajes en México”.

Pienso que con Televisa se disculparon para evitarse problemas legales, pero está bien: los editores de The Guardian no usaron la expresión “disculpas”, sino simplemente admitieron que era incorrecta determinada información sobre la televisora.

En el caso del reportaje de José Luis Montenegro, The Guardian abiertamente ha pedido –o, como dicen muchos, ofrecido– que se le disculpe.

The Guardian no se ha disculpado con Angélica Rivera, sino con Ricardo Pierdant y su hermana Aurora –también injustamente mencionada en los textos redactados por Montenegro–, pero para el caso es lo mismo: The Guardian admitió que la esencia del reportaje era errónea y lo eliminó.

¿Problema legal?

Si el diario británico se disculpó solo con Ricardo y Aurora Pierdant significa que él o ella demandaron al prestigiado rotativo fundado en el siglo XIX.

Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto, por supuesto, jamás demandarían a un medio de comunicación... Pero los Pierdant no son políticos, así que les vale.

Debe tratarse de una demanda multimillonaria, de ahí que The Guardian decidiera rápidamente echarse para atrás.

No es fácil derrotar en los tribunales a un periódico global tan poderoso si este ha dicho la verdad en sus notas.

Pero, en el caso del departamento de Miami de Angélica Rivera, era obvio que The Guardian no tenía defensa: el reportaje de Montenegro estaba fundado en falsedades.

¿Terminará el problema legal para The Guardian con la disculpa y la eliminación de la nota de Montenegro?

No lo sé, pero ojalá ya no enfrente mayores problemas ese diario, que deberá ser mucho más cuidadoso con lo que publique en el futuro, particularmente en lo relacionado con México, o bien contratar periodistas más profesionales, ya que hasta el momento sus corresponsables han sido bastante irresponsables.

Los magueyes del reportero

¿Ha sido demandado también el reportero José Luis Montenegro? Lo ignoro, pero supongo que está en problemas legales, ya que él no ha dicho nada a las 7:11 AM del sábado 17 de septiembre de 2016, muchas horas después de las disculpas de The Guardian.

El último tuit de @jl_montenegroj es de hace un día –solo eso puede saberse de su cuenta de Twitter– y no tiene nada que ver con el departamento de Miami.

Montenegro publicó una reflexión ¿filosófica, poética? relacionada con su dormitorio, que “tiene dos ventanas encontradas: una mira, hasta ahora y no creo que por mucho tiempo, a un monte peinado de magueyes”.

Quizá los abogados de The Guardian le han sugerido a Montenegro que siga contemplando los magueyes y que  ya no se meta en problemas, esto es, que no insista en defender su reportaje –que por lo demás, insisto, no tiene defensa– y que busque un arreglo con el señor y la señora Pierdant, que necesariamente tendrá que partir de una disculpa del reportero.

Y después de que con humildad diga “me equivoqué, pido perdón”, José Luis Montenegro podrá volver al trabajo, seguramente ya no en The Guardian, sino en donde encuentre espacio para sus reportajes que serían excelentes si no estuvieran basados en fantasías.

Fantasías, en efecto: Montenegro, ahora es oficial, por así decirlo, inventó un conflicto de interés entre EPN y Ricardo Pierdant y antes, carajo, entrevistó a una “hija” de El Chapo Guzmán que no era hija del famoso capo de la droga.

En fin, de todo corazón deseo que Montenegro reaparezca pronto y dé una explicación convincente que no lo meta en problemas jurídicos, sino que lo saque de los mismos.

¿Y el otro tipo, uno que ayudó a Montenegro en su reportaje? Pues debe estar en las mismas.

¿Censurar a The Guardian? Ni Obama

Por lo demás, simple y sencillamente son ignorantes los que dicen que EPN censuró a The Guardian.

Simplemente no hay en el mundo un gobernante capaz de algo así. Ni Obama.