Los Cabos, BCS.- Mi equipo de Big Data es experto en cruzar y refinar información y podemos corroborar con cierta facilidad lo que es falso.

Esto es más sencillo que hacer lo opuesto, porque todo mundo se siente dueño de la verdad.

Les platico: AMLO presume que se entera de todo, pues resulta que comprobamos que al señor le informan mal, con alevosía, ventaja y repetición.

Trivialidades como el asunto del hijo de Don Corleone, que “estudió en el extranjero” en la novela de Mario Puzo. Si hubiera leído el libro sabría que no fue así.

Hace dos días quería quitarle la concesión del Puerto de Veracruz a una empresa paraestatal creada, según sus mal informantes, por los maquiavélicos neoliberales. !Quitarle la concesión a una empresa del gobierno! Háganme ustedes el refabrón cavor.

En asuntos de importancia medular también recibe información errónea.

Alguien muy cercano a él le informó que Rocío Nahle estaba haciendo travesuras en la Secretaría de Energía.

El presidente confía ciegamente en la secretaria, tanto que a pesar de que esta le reporte que las refinerías del país están trabajando al 60% de su capacidad, la verdad es que lo están haciendo al 35%.

¿Por qué no le pone un “hasta aquí” al desastre energético que trae la susodicha? Porque tendría que aceptar que se equivocó con ella.

Las 6 Refinerías de México (¿por qué será que Texas solo tiene 26?) fueron convertidas para funcionar de combustóleo a gas y ¿qué pasa ahora?

Tenemos un titipuchal de combustóleo almacenado, al 90% de su capacidad.

¿Nahle le ha reportado esto al presidente? Claro que no, pues eso evidenciaría la inutilidad de la nueva refinería de Dos Bocas.

El presidente presume que ya se acabó el huachicol, pues no se acabó.

Lo que no le dicen es que solamente por Reynosa pasan 300 pipas de contrabando ¡todos los días! El gobernador García Cabeza de Vaca está metido hasta el cuello en ese negocio.

El que tenga tiempo, échele un ojo a los datos de ventas de gasolina de Pemex para ver que los números no cuadran.

¿Vamos bien, presidente? Perfecto, le sigo.

Los datos del manejo de esta pandemia no cuadran por ningún lado y aquí entra mi equipo que cruza datos entre los países más parecidos y cercanos a México.

¿Resultado? Nos faltan millones de contagiados que no se han reportado y cientos de miles de muertos que no marcaron su causa por Covid-19.

El presidente de la 4T ya premió a López-Gatell dándole el mando de Cofepris, cuando la verdad es que debería correrlo por los desastrosos resultados al frente de su Subsecretaría.

Ahí van datos duros: en EU, donde viven 35 millones de mexicanos, han aplicado 72 millones de pruebas Covid a sus 331 millones de habitantes. ¿Resultado? 5.6 millones de contagiados.

En México, con 129 millones de habitantes, se han aplicado 1.2 millones de pruebas. ¿Resultado? 531 mil contagiados.

Si en proporción se hubieran aplicado un mayor número de pruebas, tendríamos en México 2.2 millones de contagiados. ¡Cuatro veces más de los reportados!

Siguiendo el mismo razonamiento, habría 68 mil fallecidos, que no es gran diferencia a los 57 mil reportados oficialmente. Pero resulta que en México se muere el 14% de los infectados, contra el 5% de los que mueren en EU que han sido diagnosticados positivos. De tal manera que si en México realmente hemos tenido más de 2 millones de contagiados, nuestros muertos por Covid serían más de 300 mil.

Esto es un desastre nacional. Mucha gente no es recibida en hospitales, todos los sabemos; muchos pobres mueren en sus casas sin siquiera haber sido diagnosticados, porque las pruebas o cuestan mucho o están muy limitadas.

Que confíe tanto el presidente en su gente es extraño, porque en México somos un país de dudas, todo lo queremos notarizado, comprobado y ratificado.

A AMLO lo tienen viviendo en un mundo de caramelo.

El IMSS le reporta que vamos bien y que se están recuperando los empleos formales perdidos, cuando los datos duros dicen lo contrario en este indicador atroz que detona cruzando información del IMSS, Coparmex, Infonavit y el INEGI: 750,000 familias que antes vivían decorosamente porque sus cabezas tenían chamba, hoy mendigan por comida.

Qué triste lo que voy a decirles: el pobre que lo ha sido siempre aprendió a vivir así, pero el que no lo era, sufre lo indecible y de esto no informan o informan mal al presidente.

Ayer dije que el año que entra le va a faltar al gobierno un billón de pesos. Como al presidente no le gustan las malas noticias, prefiere creer que al país se le puede administrar como una miscelánea de Macuspana.

El secretario de Hacienda ya puso su renuncia sobre el escritorio de AMLO y anda en busca de un economista que le siga la corriente.

Las razones son las mismas que Urzúa, Jiménez Espriú y Germán Martínez: no quisieron engañar al presidente, como muchos otros lo hacen todos los días.

Los sindicatos que apoyaron a la 4T esperan que pase la pandemia para exigirle al presidente que cambie el rumbo, porque “nosotros te pusimos, nosotros te quitamos”, y esto, si se da, va a doler.

Gente que ha celebrado con AMLO sus cumpleaños me comenta que es una persona bien intencionada, con una obsesión descontrolada contra la corrupción, pero que cuando se dé cuenta que les falló a sus viejitos y a sus pobres, a los trabajadores y a los ninis, se va a ir.

Este es un presidente que va a renunciar, me dicen.

Cajón de sastre

“En la madre”, exclama la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.