Las leyes mexicanas en cuanto a armas de fuego y explosivas son de las más rígidas (y modernas) del mundo.
La cantidad de muertos en las calles y los hogares de nuestro país, estos tiempos tan violentos que vivimos los mexicanos, habrían de ser mucho mayores de manera exponencial.
El pasado lunes 29 de abril una joven estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) oriente de la UNAM, fue alcanzada supuestamente por “una bala perdida” y murió.
Las autoridades se enfrentan al misterio de resolver de dónde vino el mortal proyectil y quién lo disparó.
Sin embargo, una línea de investigación apunta a que la bala que mató a la estudiante, pudo haber sido disparada desde un mortal artefacto llamado “pluma pistola”, un dispositivo bastante discreto (parece una pluma) pero con la mortal capacidad de disparar balas de calibre .22 y hasta calibre .380.
Por su tamaño el arma es tan discreta que puede ser ocultada fácilmente hasta en el bolsillo de un pantalón o colgarse de la bolsa de una camisa, disfrazada como pluma.
En caso de una revisión, tiene que ser un ojo experto el que distinga la “pistola pluma” de un artefacto de escritura convencional.
Consulté con amigos especializados en el tema y me confirmaron que esta teoría no es imposible, ya que un proyectil calibre .22 alcanza hasta 1.5 kilómetros tras ser disparado.
Pero aquí le va lo peor: Buscando en Internet me encontré con muchos videos alusivos a la “pistola pluma”… Y lo peor es que están a la venta en páginas de comercio electrónico como Mercado Libre, desde poco menos de 700 pesos.
De esto último no creo que las autoridades federales o militares tengan conocimiento, porque, como ya dije, las leyes en cuanto a armas de fuego son muy estrictas en México.