"En la guerra y en el amor, todo se vale". A punto de iniciar las campañas, los políticos se toman esto muy a pecho.
Con unas redes sociales que el INE no ha sabido -ni sabrá- regular, los partidos se dan vuelo para hacer todo tipo de campañas, tanto para promocionar su imagen, como para desprestigiar al oponente.
En la guerra no hay ética. En las campañas tampoco. A la gran mayoría de los candidatos no les tiembla la mano al jugar con temas impactantes para la ciudadanía, con el fin de llegar a sus fines políticos. Tal es el caso de la seguridad, tema que -sin duda- jugará un rol fundamental en los próximos comicios. Especialmente en Querétaro, que es uno de los estados más seguros del país.
Mientras que a la oposición no le importa exagerar cifras, al partido gobernante no le importa ocultarlas. Algo que, claramente, confunde, enoja y desinforma a la ciudadanía.
Con la llegada de los tiempos electorales, en este estado ha crecido una psicosis de seguridad, misma que es alentada por el reiterado discurso opositor que señala, seguro, que el estado es inseguro. No digo que no lo sea, pero la exageración partidista siempre contribuye a un cáncer llamado desinformación.
Tal es el caso de Adolfo Camacho, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al gobierno del estado, quien después de toda una carrera de silencio sepulcral en temas de inseguridad, "alza la voz" con cifras alarmantes -pero ya conocidas- , lo promociona en Facebook, y así se intenta consagrar como el defensor de la seguridad en Querétaro.
Literalmente, está pagando para que la gente vea que habla de delitos.
¿Por qué el silencio antes de ser candidato? ¿Por qué utilizar la inseguridad con fines políticos, sin una actitud propositiva? ¿Por qué utilizar la inseguridad como comercial político?
También el candidato del PAN, Francisco Domínguez, tuitea a menudo que hay niveles delictivos alarmantes en Querétaro, aunque contrario a su homónimo del Sol Azteca, lo hace proponiendo: "Hay que mejorar", "Aún hay mucho por hacer", "Es urgente implementar acciones para evitar que la inseguridad sigue creciendo", son algunas de sus frases. Aunque sería iluso pensar que esto no lo hace con fines electorales, dista mucho de recalcar, vacíamente, que el índice delictivo en Querétaro continúa creciendo.
Los "bots" y la guerra sucia
Mínimo, las declaraciones de los candidatos son relativamente decentes. Ese no es el caso de los "bots" y tuiteros que trabajan para ellos.
Electoralmente, conviene la psicosis. Para ganar votos, conviene que la gente no esté a gusto. Y de eso se trata que cientos de tuiteros difundan cifras, audios y vídeos sin ningún fundamento, y a menudo en contra del partido gobernante (PRI).
Por ejemplo, un video que circula en Facebook en donde ponen algunas imágenes de otros estados (colgados, decapitados) con la frase "en Querétaro no pasa nada", seguido de un logotipo del PRI manchado de sangre. Para dar credibilidad, combinan las imágenes con situaciones de inseguridad que sí han sucedido en la entidad (balaceras, asaltos, etcétera).
También el audio que causó conmoción, en donde una mamá, vía mensaje de voz en Whatsapp, advierte a sus amigas que "no lleven a sus hijos ni a las plazas, a una amiga de lo robaron desde la ventana del carro". Tal furor causó dicho audio, que la responsable tuvo que desmentirlo.
La estrategia es obvia, es simple: vender la idea de que Querétaro ya no es seguro. Vender que el crimen organizado opera en Querétaro (cosa de la que de momento no tenemos evidencia contundente), y vender que todo esto es culpa del PRI.
Una técnica que funciona.
¿Y el PRI?
Obviamente el PRI no es un angelito. Para asegurar que no perderán la gubernatura, la inseguridad es un tema tabú. El discurso del Querétaro seguro sigue presente en las campañas priistas. El candidato, Roberto Loyola, se irá por la vía de la industrialización y mejoramiento del estado para armar su campaña. La institucionalidad de su partido en conjunto con su pasado de alcalde, le impiden hacer propuestas que digan, entre líneas, que la entidad ya no es tan segura como antes.
De hecho, querrá evitar este tema.
Y eso -otra vez- nos lleva a una desinformación.
Los partidos deben ser responsables de sus declaraciones, ya que sea lo que sea que digan, afectará la percepción del ciudadano de a pie y en una de esas, su calidad de vida.
Por lo mismo, no me queda más que recomendar a los candidatos que sean sinceros en sus declaraciones, que todo lo que digan sea con actitud propositiva y no mera crítica sin fundamentos; y que no oculten información que nos afecta a todos.
Escríbeme, @memocalzada