1.-Videgaray, al rescate de su amigo Ha trascendido que Luis Videgaray, titular de Hacienda, es quien habría logrado vender la idea a Peña de que la visita de Trump le convenía a ambos, y quien habría operado la invitación. Eso explica la lejanía de Claudia Ruiz Massieu Salinas -secretaria de Relaciones Exteriores-, en todo este capítulo de la novela negra presidencial.

¿Por qué les convenía? Por varias razones. Uno, porque necesitaban hacer algo radical, ante la caída estrepitosa de la imagen y popularidad actual de Peña, ante el rechazo de la ciudadanía a su gobierno, sobre todo en un contexto previo al Informe.

Porque el Informe es una fecha de gran exposición mediática. Y si el discurso racista e insultante del candidato republicano se moderaba, se dulcificaba a raíz de la visita a México, incluso abandonando la insistencia de construir un muro y que México lo pagara, o suspendiendo amenazas de deportación a migrantes, el fin del TLC, o la retención de remesas, Peña se revelaría como el líder que, con sus “artes diplomáticas”, habría logrado amansar a un rabioso antimexicano, habría logrado que se disculpara implícitamente, que no insultara más, que empezara acaso a reconocer los infinitos méritos de los mexicanos en EU, y con ello la popularidad de Peña repuntaría...

Dos, porque Trump podría ganar las elecciones, y era mejor tener un acercamiento de una vez con él, e intentar al menos vacunar a México de todo el veneno antimexicano que tiene el magnate, tender un puente si era posible, buscar puntos de encuentro.

2.-Queriendo sacar luego raja por ser el fiel mexicano de la balanza en las elecciones gringas

Tres –y ésta es la peor de las razones-, incluso porque podía calcularse que se le podría ayudar electoralmente a Trump, vendiendo un supuesto acercamiento entre México y el candidato, un entendimiento, que lo favoreciera en las urnas. Que Trump le debiera a Peña el favorcito, y agradecido por siempre, ya desde la presidencia, el del pelo alocado y amarillo, lo tratara bien y hasta lo respaldara…

Al mismo tiempo, claro, a Trump le convenía porque con esta visita recuperaba en cierta medida el voto mexicano, latino, que necesita para ganar.

3.-Mal con Trump… y peor con Hillary

Pero nada fue como se calculó, y todo salió mal para el PRI-gobierno. Salió al revés: la popularidad de Peña no repuntó, sino que fue reprobada la invitación por una inmensa mayoría de mexicanos; Trump no le bajó a sus amenazas, mismas que retomó de inmediato en Arizona; y Hillary Clinton resultó muy molesta con todo esto. Un fiasco de cálculos políticos del PRI…

El resultado de esta invitación a Trump es muy adversa para México, ya que el republicano volvió a cargar contra nosotros, reiterando que pagaríamos “100%” el costo del muro, y en nada cambió su discurso de odio, de separación, de racismo, sino que, cínicamente, lo relanzó.

Peor aún, la candidata demócrata, Hillary Clinton, acusó -por supuesto- grave incomodidad por la visita de Trump. ¿Cuándo Peña va a reunirse con ella después de esto? Fue un desastre la reunión con el racista antimexicano Trump, pero no luce firme un encuentro con Hillary, quien tiene mayores posibilidades de ganar la presidencia (gracias a Dios, y a los votos de los norteamericanos cuerdos).

4.-¿Informe o Talk show?

Todo lo anterior, como contexto en el que se desarrolló el “Informe” de Peña. ¿Eso es un Informe? ¿Por qué sólo poner en el público a “jóvenes”? El jefe del Ejecutivo debe informar lo que ha hecho a todos, no sólo a los jóvenes. Además, había muchos militares y marinos ahí. Son parte de la población, sí. Pero tanto como los maestros, los abogados o los indígenas. Ya se ha señalado en redes sociales que muchos de esos jóvenes, tan “espontáneos”, son priístas que han participado en campañas de su partido. O sea, Peña sólo informa sobre las acciones del gobierno a cercanos militantes a modo, a priístas. Todo lo cual es una simulación, un montaje, un teatro, para evitar el verdadero clamor ciudadano que exige resultados y no un bonito decorado formato Town Hall. Luego del desastre diplomático del capítulo con Trump, pasamos al desastre del Informe… Una tras otra, y mientras el país con inmensos problemas que requieren soluciones reales, estrategia, seriedad…

5.-Lo malo sí se cuenta… porque a todos nos afecta

Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho, dicen los spots de Peña que promocionan su 4º. Informe. Pero no es así. No se cuenta mucho, porque no hay mucho bueno qué contar. Si hubiera mucho qué presumir y qué defender del desempeño gubernamental en este sexenio, todos estaríamos enterados y lo gozaríamos con los bolsillos sin hoyos, y en  paz y con salud. Pero de lo que estamos enterados, más bien, es de gasolinazos, desempleo, dólar en las nubes, deuda bruta de más de 8 billones, dos millones de pobres más, inseguridad terrible, Ayotzinapa, Nochixtlán y Tanhuato, y escándalos de corrupción e impunidad. Esto sí se cuenta mucho, porque es lo que reina en este sexenio lamentable.