Más allá del titular que porta este texto, no debemos caer en el amarillismo ni en la nota roja; sin embargo, me parece necesario destacar una noticia que ayer pasó prácticamente desapercibida en medios nacionales: Peña Nieto refuerza seguridad en Estado de México, el hecho noticioso deriva de la creciente violencia en la entidad mexiquense.

Considero que los hechos violentos tienen varias lecturas y más cuando se trata de la “burbuja” metropolitana. El término de burbuja me parece una expresión bastante jocosa, semejante al humor negro, dado lo ilógico del concepto:

Los políticos capitalinos aseguran que el DF es una burbuja, una ciudad aislada pero rodeada de violencia, inseguridad, narcotráfico, secuestros y demás hechos delictivos.  Luego entonces viene a mi mente Dante y Virgilio inmersos en el mismísimo infierno, rodeados de demonios, lagos mortales y fuego eterno, pero ellos a salvo, como en una burbuja.

Es decir, Virgilio sería el GDF que nos guía por “el mejor y más seguro camino”, nosotros los ciudadanos, un Dante asustado y confiado a su guía, y el infierno, toda la delincuencia alrededor de nosotros, pero que “no nos toca”, el resto de los nueve círculos comenzarían en el Estado de México.

Esa es una de las lecturas desde un punto de vista literario, pero hablando en serio, el DF está rodeado por una entidad sumamente violenta. El Estado de México desde hace muchos años se ha caracterizado por la inseguridad y en fechas más recientes por un alto índice de violencia, que se espera no llegue a la capital, aunque como van las cosas ya no sabemos qué esperar.

Lo que usted lee no es nada nuevo, desde que Enrique Peña Nieto gobernaba dicha corrupta entidad ya se percibían los altos índices de violencia. Por ejemplo, de acuerdo a datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), el Estado de México presenta los siguientes indicadores de violencia para este 2014:

-      Primer lugar en denuncias de homicido doloso

-      Primer lugar en secuestro

-      Primer lugar en extorsión

-      Primer lugar en robo con violencia

-      Primer lugar en robo de vehiculo

-      Segundo lugar en robo casa-habitación

-      Segundo lugar en robo a negocio

A ello se suma que “desde que murieron 22 personas en un enfrentamiento con el ejército en junio (2014) la inseguridad en el estado ha empeorado”. Y ni hablar del alto índice de feminicidios en dicha entidad, la cual se llegó a comparar incluso con Ciudad Juárez en este rubro, donde alcanzó a tener el porcentaje más alto de mujeres afectadas a nivel nacional, con un 15.5% de su población femenina.

Otro aspecto a destacar es que este tipo de información circulaba en la web y en redes sociales durante 2012, mientras EPN contendía por la presidencia de la república, con el fin de demostrar y puntualizar que el entonces gobernador del Estado de México no era eficiente; luego entonces, ¿cómo Peña podría combatir la violencia y delincuencia en todo el país sino podía ni en su estado natal, cuando participó en el gobierno mexiquense por más de 10 años?

La respuesta sigue en el aire, y luego de dos años en el gobierno federal apenas comienza a dar una pequeña muestra de interés, pero no porque se preocupe por la ciudanía o por la seguridad de los mexiquenses, desde mi punto de vista tiene intereses electorales.

Eruviel y su amigo Enrique

Me parece que la nota arriba presentada tiene que ver más con asunto electoral, pero lo que más me preocupa es cómo es que esos altos índices delictivos pudieron haber sido pasados por alto durante décadas y hoy por hoy quizá son tan altos que ya no pueden ser desatendidos. ¿Qué tan grave será la situación en el Estado de México?

Bajo una administración que no se ve prometedora, pero que tiene la mira en el 2018, considero que Peña Nieto le apuesta a Eruviel Ávila, después de todo, el ahora presidente le dio su apoyo incondicional a Ávila Villegas, incluso lo catapultó para llegar a dicha gubernatura.

Ahora que el estado mexiquense se encuentra en severos aprietos, pienso que la estrategia presidencial es “poner orden”, que se vea la fuerza del Estado, de mano dura, firme y demás frases hechas para causar la impresión de seguridad en la entidad. ¿La estrategia funcionará? Basta ver lo que ha pasado en otros estados del país que siguen sumergidos y a merced del narcotráfico.

Por eso pienso que la estrategia de EPN, es más un artilugio electorero que una verdadera apuesta por la paz en su estado natal; digo si cuando vivía ahí, trabajaba ahí y gobernaba ahí, no hizo mucho por contrarrestar la violencia, ahora que vive en la burbuja (Los Pinos) de la burbuja (DF), pues menos creo que haga algo para remediar tan agobiante situación.

Reforma Energética y violencia

Para no dejar… y ya que tratamos el tema de la inseguridad y violencia en México y las estrategias de Enrique Peña Nieto, luego de la promulgación de la Reforma Energética ha surgido otra interrogante que pone otra duda sobre su posible éxito, además de las que ya conocemos como: contaminación, conservación del  medio ambiente, competencia en el libre mercado, los pasivos, el Fracking, el sindicato petrolero, los bonos, el TLC, la venta del país, los negocios sucios, lujos de Deschamps…

Además de todas esas interrogantes últimamente se ha sumado una nueva:

¿Cómo garantiza EPN las condiciones óptimas para las nuevas inversiones extranjeras que se nos vienen en energéticos?

Por un lado tenemos la violencia que ya conocemos en diferentes estados del país, derivada del narcotráfico, pero también se ha extendido dicha empresa ilícita al robo en ductos: “Crecimiento exponencial en el robo de combustible a Pemex”, situación que no tiene nada de novedoso, salvo que en casi una década las tomas clandestinas pasaron de 136 a 2,167.

Eso es solamente una probadita de lo que les espera a las petroleras extranjeras, y demás inversionitas… A ver si no espinan con un nopal mexicano antes querer comérselo.

“Cuando México despertó, el dinosaurio del PRI todavía estaba allí.”

 

El Opinador

@LaColumnaMx